El reciclaje ya ha dejado de ser una práctica opcional y se ha convertido en un pilar fundamental en la estrategia sostenible de cualquier sector, y el inmologístico no es una excepción. Como personas y como profesionales, debemos estar cada vez más comprometidos en reducir nuestra huella de carbono y adaptarnos y, sobre todo, hacer frente a los retos climáticos. Las empresas que forman parte de toda la cadena de suministro están liderando este camino hacia un futuro más limpio, verde y sostenible, y la industria inmologística estamos plenamente sumergida en esta forma de trabajar, en la que la integración de materiales reciclados y la implementación de estrategias operativas más responsables tienen un rol clave.
La inmologística somos más que las cuatro paredes que forman un edificio logístico: somos innovación, tecnología, comunidad, valor añadido y, por supuesto, sostenibilidad. En Prologis reflejamos todo este know how en la transición que actualmente vivimos como sociedad y como compañía, pasando de ser una empresa puramente inmologística a una compañía que ofrece soluciones que van más allá del activo logístico a través de, por ejemplo, nuestra plataforma Essentials.
Se trata de ejes que ya no son tendencias, sino necesidades y, en el caso de Prologis, apostamos desde hace más de veinte años por soluciones que minimizan el impacto ambiental. Una de nuestras primeras iniciativas fue en 2005, cuando comenzamos un ambicioso proyecto de instalación de paneles solares en nuestros edificios. La apuesta por la energía solar fue solo el primer paso, a partir del cual hemos avanzado a pasos agigantados en infinidad de iniciativas, como el uso de material de construcción y recursos más sostenibles.
Ante los retos climáticos y las demandas en materia de sostenibilidad, las empresas inmologísticas replantean sus modelos de construcción, o así debería ser. En nuestro caso, en lo que respecta a la reducción de la huella de carbono en el proceso de construcción, apostamos por elegir materiales reciclados y de bajo impacto ambiental. Por ejemplo, el uso de soleras de hormigón reciclado, que incorporan fibras metálicas obtenidas de neumáticos, o el empleo de cementos más sostenibles.
Otro aspecto a tener en cuenta cuando hablamos de reciclaje y de edificios logísticos es su vida útil. Este tipo de soluciones, además de contribuir a la sostenibilidad, impactan positivamente en la durabilidad de los activos, como es el caso de las láminas de cubierta de larga duración que tienen una vida útil significativamente más extensa. Para que todas estas acciones tengan sentido y garantías, es necesario trabajar con proveedores que compartan tu mismo compromiso con el reciclaje.
La acción y compromiso de reciclar no se limita particularmente a los materiales de construcción. En Prologis adoptamos una filosofía integral de reutilización de recursos, como la utilización del agua de lluvia, a lo que se suma la instalación de sensores que optimizan el consumo energético o el uso de iluminación LED y natural. De hecho, desde 2008 en Prologis implantamos el certificado ISO 14001, que en nuestro caso garantiza el sistema de gestión ambiental de nuestros proyectos y edificios, y que se renueva cada año, lo que permite la integración progresiva de nuevas prácticas.
Una vez más, las alianzas, colaboraciones y trabajo en equipo son necesarios para un bien común y para construir un futuro más verde y eficiente: un enfoque colectivo entre empresas, usuarios, clientes, comunidades, instituciones públicas, y marcar metas realistas. En el caso de Prologis, contamos con nuestro calendario Net Zero 2040, con el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas para este horizonte.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Reciclaje 2025