La gestión del tiempo en la era de la inmediatez nos plantea un nuevo reto como organización. Las estadísticas demuestran que el resultado de esta lógica no es eficiencia: es desgaste. Según el reporte State of the Global Workplace 2023, realizado por la consultora Gallup, de cada 100 trabajadores en el mundo, 44 dicen sentirse estresados. Se trata de una cifra récord en la historia que sugiere que el conocido síndrome del burnout no es un problema psicológico sino estructural, al que tenemos que dar respuesta. Por eso, en ese contexto, hablar de conciliación no es una cuestión de beneficios laborales, sino de responsabilidad empresarial.
El ritmo de nuestro lugar de trabajo nos plantea desafíos constantes para conseguir que las agendas se consoliden como un aliado, no como un freno. Estudios como los de la neurocientífica Amishi Jha alertan sobre el impacto de la sobrecarga en la atención, la memoria y la toma de decisiones. Así que, si el modelo predominante no es sinónimo de eficiencia, sino de desgaste, apostar por la conciliación es una decisión estratégica. Es, o debería ser, una idea fundacional de cualquier cultura del trabajo que aspire a desarrollar y a cuidar del mejor talento, sus personas.
Quizás por eso el verdadero reto de las organizaciones no se limite a ofrecer tiempo libre, sino más bien a devolverle al tiempo su calidad. La conciliación supone rediseñar la experiencia laboral para que las personas puedan vivir —y trabajar— con dignidad, con compromiso e ilusión por el proyecto al que hacer frente. Implica reconocer que el tiempo no es solo duración: es calidad de presencia, es energía, es salud. Significa devolverle al tiempo su carácter humano.
Desde esta convicción hemos articulado, en Ecoembes, una propuesta integral que combina más de 80 medidas de conciliación, estructuradas en torno a seis ejes: calidad en el empleo, bienestar, flexibilidad, apoyo a la familia, desarrollo personal y profesional, e igualdad de oportunidades. No hablamos de medidas cosméticas, sino de cambios estructurales que se traducen en apuestas concretas por la flexibilidad y la corresponsabilidad. Como empresa que sitúa a las personas en el corazón de la organización, este compromiso no responde a una obligación ni a una imposición. Responde a nuestra razón de ser.
Pero además de proteger, buscamos activar. El programa IDEA, nuestra iniciativa de intraemprendimiento, nace precisamente de esa ecuación: cuando las personas disponen de tiempo que no está dominado por la urgencia, pueden imaginar, crear, proponer. IDEA permite que cualquier profesional, sin importar su puesto ni antigüedad, pueda impulsar proyectos innovadores relacionados con la misión de la organización, que le ofrece las herramientas necesarias para que el producto final vea la luz. Es, también, un mecanismo de colaboración entre áreas, formando equipos interdisciplinares que fomenten la pluralidad en cada una de nuestras acciones. Porque cuidar el tiempo no es frenar la innovación, sino abrirle espacio.
Desde 2022 contamos con la certificación EFR (Empresa flexible y responsable que aboga por la flexibilidad, el respeto y el compromiso mutuo.) en la categoría de excelencia. Es un aval, sí. Pero, sobre todo, es un compromiso: revisar continuamente cómo estamos cuidando ese recurso escaso que condiciona el valor humano de cualquier organización. Un proceso constante de mejora en el que aseguramos que cada propuesta sea valorada, como refleja nuestro nuevo Plan de Cultura, fruto de la escucha activa de cada persona que conforma Ecoembes.
Conciliar no significa renunciar a la productividad, sino alinearla con las necesidades de sus empleados. Significa entender que el bienestar no es el opuesto de la eficacia, sino su vía de subsistencia. Que no hay talento que florezca en el agotamiento.
Como empresas, es nuestra responsabilidad adaptar nuestros objetivos a las circunstancias de cada persona. Entender que el tiempo es un valor irremplazable que necesita un contexto flexible para no perder su naturaleza humana. Las organizaciones que lo asuman estarán dibujando las reglas del trabajo del futuro.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: La conciliación en 2025