Álvaro Goicoechea, Director de Fairtrade, recuerda cómo hace diez años comenzó a trabajar en el ámbito de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad, motivado por la necesidad de actuar de manera ética y de contribuir al bienestar de la comunidad. “Los inicios fueron complicados, con casi ningún interlocutor con quien poder abordar los temas de Sostenibilidad”, explica. Sin embargo, subraya que hoy la realidad es bien distinta: “Hemos pasado de lo voluntario a lo legislado, y del donativo al Impacto”.
Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, Goicoechea destaca el papel que ha jugado la organización en la evolución de la RSE: “Corresponsables ha mantenido un compromiso con el Comercio Justo desde el principio” y “ha ayudado a difundir las mejores prácticas desde un punto de vista responsable”. En su opinión, este rol de altavoz y dinamizador ha sido decisivo para profesionalizar el sector y dar visibilidad a iniciativas pioneras.
Al mirar hacia adelante, Goicoechea insiste en que “el reporting es un medio, no una finalidad” y en que las nuevas generaciones deben ser los grandes impulsores de este cambio cultural. Entre las lecciones más valiosas que ha aprendido, destaca la importancia de la paciencia, el foco y la certeza de que “es un trabajo conjunto de todas las partes implicadas”.
Álvaro, ¿cómo y cuándo comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad?
Desde hace 10 años, como manera de actuar de forma ética y contribuir al bienestar de la comunidad. Para mí fue una forma natural de alinear mis valores personales con mi desarrollo profesional. Siempre tuve claro que las empresas no podían quedarse únicamente en la búsqueda del beneficio económico, sino que debían asumir un rol más activo en la construcción de sociedades justas, equitativas y sostenibles. Esta convicción fue la que me llevó a dar los primeros pasos, aunque en ese momento todavía se hablaba poco de estos temas y resultaba difícil encontrar espacios donde compartir inquietudes o buenas prácticas.
“Los inicios fueron complicados, con casi ningún interlocutor con quien poder abordar los temas de Sostenibilidad”
Los inicios fueron complicados, con casi ningún interlocutor con quien poder abordar los temas de Sostenibilidad, lo que me obligó a aprender de manera autónoma y a tocar muchas puertas hasta que algunas empezaron a abrirse. Con el tiempo, esa soledad inicial dio paso a un presente muy distinto, en el que existen incluso Departamentos de RSC casi sobredimensionados en algunas organizaciones. Este contraste refleja el enorme avance que ha tenido la materia en apenas una década, y me motiva a seguir apostando por una visión de la empresa que combine resultados económicos con impacto positivo real.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
En aquellos años, la Responsabilidad Social estaba muy vinculada a la idea de donativos y acciones puntuales de filantropía. Se entendía más como un gesto voluntario y caritativo que como una parte estructural de la estrategia de negocio. Muchas organizaciones actuaban desde la buena intención, pero sin una verdadera medición de los resultados o un enfoque que garantizara continuidad y profundidad en el impacto.
“Hemos pasado de lo voluntario a lo legislado, y del donativo al Impacto”
Hoy la perspectiva es diferente: hemos pasado del donativo al Impacto. Ahora se busca generar cambios medibles, sostenibles y alineados con los objetivos estratégicos de las empresas. El lenguaje de la RSE ya no es únicamente solidario, sino que también se ha vuelto estratégico, enfocado en crear valor compartido. Esto representa un paso enorme en la madurez del sector y en la forma en que las empresas se relacionan con la sociedad.
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Conocí a Corresponsables a través de su compromiso con el Comercio Justo desde el principio, un enfoque que me pareció honesto, coherente y muy necesario. Desde entonces, he visto cómo se han mantenido firmes en su propósito de dar visibilidad a los avances en materia de Responsabilidad Social y de actuar como un punto de encuentro para todos los actores implicados. Esa primera impresión se reforzó con el tiempo, al comprobar que no se trataba de un discurso pasajero, sino de un compromiso sólido con el cambio social.
“Corresponsables ha mantenido un compromiso con el Comercio Justo desde el principio”
El papel de Corresponsables ha sido clave porque ha ofrecido compromiso y ayuda a difundir las mejores prácticas desde un punto de vista responsable. En un contexto en el que era difícil encontrar referentes especializados, este medio se convirtió en un altavoz necesario, generando espacios de reflexión y difusión. Gracias a ellos, muchas iniciativas que de otra manera hubieran quedado invisibles, han logrado tener un alcance mucho mayor e inspirar a otras organizaciones.
Querido Álvaro, ¿qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
Uno de los cambios más evidentes ha sido el paso de lo voluntario a lo legislado. Al inicio, las empresas decidían si querían o no desarrollar políticas de Sostenibilidad, y lo hacían a menudo de forma aislada o experimental. Hoy, en cambio, las regulaciones nacionales e internacionales han marcado la pauta, obligando a incorporar estos aspectos en la estrategia y la gestión. Esto ha elevado el nivel de compromiso y ha impulsado una transformación más homogénea en distintos sectores.
“El reporting es un medio, no una finalidad”
Otro cambio notable es la transición del donativo al Impacto. La RSE ha dejado de centrarse en proyectos aislados de caridad para convertirse en una forma de crear valor medible, estratégico y a largo plazo. Ya no basta con “hacer algo bueno”, ahora se exige demostrar resultados concretos, reportar avances y garantizar que las acciones tengan continuidad.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
Uno de los grandes hitos ha sido la consolidación del Compromiso Empresarial, entendido no como un añadido a la estrategia, sino como una parte fundamental del modelo de negocio. Esto se ha reflejado en la creación de departamentos especializados, en la elaboración de memorias de sostenibilidad y en la integración de indicadores ESG en la toma de decisiones.
A este hito se suma la demanda de la sociedad, cada vez más informada y exigente. Los consumidores, inversores y ciudadanos en general han reclamado mayor transparencia y coherencia a las organizaciones, y esa presión ha sido un motor esencial para acelerar los cambios. Entre ambos factores, se ha configurado un escenario en el que ya no hay marcha atrás: la Sostenibilidad es parte del presente y será aún más parte del futuro.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
La primera gran lección ha sido la Paciencia. Los cambios en Responsabilidad Social y Sostenibilidad no se logran de la noche a la mañana; requieren tiempo, esfuerzo constante y la capacidad de seguir adelante incluso cuando los resultados no son inmediatos. Aprendí que sembrar hoy puede dar frutos dentro de varios años, y que la perseverancia es una virtud indispensable en este campo.
La segunda es el Foco. Ante la multiplicidad de retos sociales y ambientales, resulta imposible abarcar todo. Es necesario identificar prioridades, establecer objetivos claros y mantener la coherencia en cada acción. De lo contrario, el esfuerzo se dispersa y pierde efectividad. Mantener el foco ha sido clave para generar impacto real y sostenido.
¿Cuáles consideras, Álvaro, que han sido los pioneros en esta materia?
Pienso en María Rodríguez como referente, una persona que supo adelantarse a su tiempo y marcar un camino cuando todavía eran muy pocos los que hablaban de estos temas. Su capacidad para inspirar, liderar y demostrar que era posible integrar la Responsabilidad Social en la empresa ha sido una fuente de motivación constante.
“Corresponsables ha ayudado a difundir las mejores prácticas desde un punto de vista responsable”
Los pioneros, como ella, fueron quienes abrieron camino en un contexto difícil y crearon los primeros ejemplos tangibles de lo que hoy damos por sentado. Gracias a su trabajo, se pudo pasar de las palabras a la acción y sentar las bases para lo que vendría después.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de estos años en el campo de la RSE y la Sostenibilidad?
He comprendido que se trata de un trabajo conjunto en el que deben participar todas las partes implicadas. Ninguna organización, por más recursos que tenga, puede avanzar sola; se necesita la cooperación entre empresas, instituciones, ciudadanía y administraciones para lograr cambios sostenibles.
Este aprendizaje me ha enseñado también a valorar la importancia de la colaboración y las alianzas. Solo cuando diferentes actores se sientan a dialogar y construir soluciones compartidas, se puede garantizar un impacto duradero y significativo.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
El futuro pasa por entender que el reporting es un medio, no una finalidad. Las memorias y reportes son herramientas necesarias para medir y comunicar avances, pero no deben convertirse en el objetivo último. Lo verdaderamente importante es la transformación que se logre detrás de esos datos.
“La Sostenibilidad es un trabajo conjunto de todas las partes implicadas”
Visualizo un futuro en el que la RSE y la Sostenibilidad estén plenamente integradas en la estrategia de negocio, y en el que la transparencia y la coherencia sean condiciones indispensables para operar. Las organizaciones que lo entiendan a tiempo estarán mejor preparadas para los retos que vienen.
Para finalizar, ¿qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Las nuevas generaciones deben ser impulsores de este cambio. Su visión fresca, su compromiso con los valores sociales y ambientales, y su capacidad para cuestionar lo establecido los convierten en actores fundamentales para la consolidación de la Sostenibilidad.
Además, cuentan con una sensibilidad distinta hacia los problemas globales y una mayor disposición a exigir coherencia a las empresas y a los líderes. Su papel será clave para mantener el ritmo del cambio y asegurar que la Responsabilidad Social no retroceda, sino que se consolide como un pilar del desarrollo empresarial.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa de Fairtrade en el Anuario Corresponsables 2025.