Una experiencia que conecta con lo esencial
El pasado martes 7 de octubre, un grupo de periodistas tuvimos la oportunidad de acompañar a Retree en una jornada de reforestación regenerativa en Robledillo de la Jara, en plena Sierra Norte de Madrid. Lo que en el programa figuraba como “Manos a la tierra” se convirtió, en la práctica, en una experiencia transformadora: plantar robles en un paisaje que busca regenerarse tras años de abandono rural y cambio climático no solo tiene un valor simbólico, sino también profundamente humano.
Participar en la plantación, aprender sobre los tiempos del bosque y entender la importancia del suelo como punto de partida fue una invitación a volver a lo esencial. En un mundo de métricas, pantallas y emisiones de CO₂, poner las manos en la tierra fue, literalmente, una forma de reconectar con la raíz. La acción de plantar, aunque sencilla, conlleva un mensaje inspirador: la prevención frente al fuego empieza mucho antes de las llamas, en la restauración del territorio y en la implicación colectiva.
Robledillo de la Jara, un ejemplo de resiliencia rural
El enclave elegido por Retree no es casual. Robledillo de la Jara, con apenas 140 habitantes y una altitud media de 1.200 metros, representa la esencia de la España rural que lucha por mantener su vitalidad. Sus montes de jara y retamas, junto a pequeños robledales, son testigo de la despoblación y la pérdida de actividad agrícola y ganadera que ha afectado a tantas zonas del país.
Allí, Retree trabaja para convertir terrenos degradados en sumideros de carbono vivos, combinando la reforestación con la creación de empleo rural y la recuperación de biodiversidad. En la práctica, esto significa que cada acción de plantación contribuye a regenerar suelos, aumentar la cobertura vegetal y mejorar la resiliencia frente a incendios, un riesgo cada vez más presente en la península.
Tecnología para medir la vida del bosque
Más allá del componente emocional y natural, lo que distingue a Retree es su modelo tecnológico y científico. La compañía española aplica inteligencia artificial, datos satelitales y algoritmos propios para medir en tiempo real la absorción de carbono y la salud del ecosistema.
Gracias a este sistema, la organización no solo planta árboles, sino que monitoriza el impacto ambiental y social de cada proyecto con precisión. Su plataforma digital, Treegital, permite a las empresas y particulares acceder a los datos vivos de sus bosques: cuántas toneladas de CO₂ se han compensado, cuánta agua retiene el suelo o cómo evoluciona la vegetación. Esta transparencia elimina el riesgo de greenwashing y consolida su compromiso medible con la regeneración.
Reforestación regenerativa: ciencia, comunidad y propósito
El modelo de reforestación regenerativa de Retree se apoya en tres pilares:
- La ciencia, que garantiza la medición precisa del impacto ambiental;
- La tecnología, que ofrece trazabilidad total y herramientas de análisis en tiempo real;
- La comunidad, que convierte cada acción en una experiencia compartida y con propósito.
Durante la jornada, el equipo de Retree —liderado por Pedro Pérez de Ayala (fundador e ingeniero industrial) y Marie Drouard (científica especializada en I+D)— explicó cómo la combinación de tecnología y participación social es clave para escalar soluciones frente a la crisis climática. Su visión es clara: no basta con plantar árboles, hay que regenerar ecosistemas y comunidades.
En sus tres primeros años, la compañía ha plantado más de 107.000 árboles, absorbido más de 30 kilotoneladas de CO₂ y regenerado más de 100 hectáreas en España y Portugal, alcanzando un 98% de supervivencia de especies autóctonas gracias a una metodología adaptada a cada terreno.
Una red de bosques descentralizados
Retree impulsa actualmente diez proyectos activos distribuidos por la península ibérica —desde Cáceres hasta Teruel o Beja (Portugal)— que forman parte de su innovador concepto de bosques descentralizados: espacios físicos interconectados que, unidos digitalmente, constituyen un único “bosque” regenerativo y medible.
Cada uno de estos territorios, como el Valle de los Sueños (Madrid) o la Cima de los Pottokas (Extremadura), actúa como laboratorio vivo donde ciencia y naturaleza trabajan juntas para restaurar suelos, frenar la desertificación y generar empleo rural.
Empresas que apuestan por regenerar, no solo compensar
La propuesta de valor de Retree está pensada especialmente para empresas comprometidas con la descarbonización y los criterios ESG.
Entre las más de 30 organizaciones colaboradoras se encuentran nombres como Mahou San Miguel, Decathlon, Santander, Sanitas, Rovi, Cofares, NH Hotels, Minor Hotels, Ecoembes, Pernod Ricard, Helios, Fundación «la Caixa», Indra, Prosegur o Capital Energy, entre otras.
Estas alianzas no se limitan a compensar emisiones: impulsan proyectos de reforestación medibles, auditables y con retorno social. En palabras del equipo de Retree, “el suelo no entiende de urgencias humanas. Antes de plantar, necesita sanar”. Una filosofía que traduce en acción el compromiso corporativo con la regeneración y la prevención activa frente al fuego.
Pies en la tierra, mirada al futuro
Al terminar la jornada, mientras el grupo compartía comida frente al paisaje de Garganta de los Montes, el aire olía a tierra húmeda y a posibilidad. Los robles jóvenes que plantamos quedaban atrás, alineados en un terreno que volverá a ser bosque.
Esa imagen resume el espíritu de Retree: un puente entre la innovación tecnológica y la sensibilidad humana. En tiempos de crisis climática, su propuesta demuestra que el futuro puede medirse en datos, pero también sentirse en el suelo que pisamos.
Plantamos árboles, sí. Pero también plantamos conciencia.
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