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La Confederación Gallega de Personas con Discapacidad (COGAMI), ATEGAL y Contigo Galicia son tres de las 13 entidades sociales que están desarrollando desde octubre hasta el próximo enero el programa de Afundación «Conociendo las emociones», con 259 personas usuarias de sus organizaciones, en 21 localidades gallegas y Madrid. La iniciativa, que está en su V edición, ha sido codiseñada con personas mayores, testeada, validada e implementada en cuatro ediciones sucesivas en colaboración con Matia Instituto, entidad dedicada desde hace más de 20 años a la investigación en el ámbito del envejecimiento.
Como novedad en esta edición, a partir del trabajo de cocreación llevado a cabo por el equipo de Afundación con profesionales de seis entidades durante 2024, se ha impartido una versión del programa que se ha adaptado a las necesidades y capacidades cognitivas de participantes de centros de día y residencias y personas usuarias de asociaciones que trabajan en entornos vinculados a las enfermedades mentales. La trascendencia de esta adaptación consiste en llevar la formación en competencias emocionales a entornos asistenciales y de cuidados con materiales específicamente adaptados.
Las experiencias de participantes y facilitadoras
COGAMI desarrolla en esta edición el programa en ocho de sus centros en Galicia. En Baiona contó con 8 participantes que destacan, a las puertas de finalizarla el próximo 30 de diciembre, cómo les ha permitido «aprender a valorarse», a «sentirse muy a gusto» o «a estar satisfecha en todos los sentidos». Una apreciación que comparte Rocío González, facilitadora, para quien «resulta reconfortante tratar de enseñar y hablar con ellos desde el lenguaje emocional».
En los centros COGAMI de O Porriño y Tomiño, donde se desarrolló por primera vez el programa en su versión adaptada, participaron 12 personas, quienes subrayan la importancia de realizar actividades en clave emocional. Para Patricia Martínez, una de las facilitadoras, «me emociona el hecho de que lo que ellos transmiten son sus propias palabras. Y esto ya es mucho porque son personas que tienen dificultades para ello. Es por esto que, cuando uno facilita, dinamiza, comparte, acompaña en clave emocional, todo adquiere otro sentido. Es más, lo dota de sentido».
Unas impresiones que hacen muy visibles los comentarios de algunas de las personas participantes quienes, como Aurora, subrayan que «muchas cosas las sujeta cada uno en sí y hablarlo con otra persona te libera de esa situación y llegas a mejorar mucho», o José María que incide en haber aprendido la importancia de «saber de qué cosas hablas para que no perjudique a los demás», o Alberto Mariano que comenta cómo con esta experiencia ha podido visibilizar «lo importante que es saber escuchar, saber conocerse y saber qué función tiene una emoción».
Desde el centro Contigo Galicia de Cangas, que contó con 4 participantes en esta edición que acaba de finalizar, la facilitadora Lucía Gil subraya cómo «impartir este programa no solo ha sido beneficioso para cada una de las personas de forma individual, también ha sido un regalo de forma colectiva, donde han podido crear lazos». Así, las participantes resaltan cómo han descubierto, por ejemplo, las emociones que producen las cosas sencillas: «la alegría es esa sonrisa que se me pone en la cara cuando escucho la llave de casa y veo entrar a mi hijo».
En ATEGAL, en Vigo, participarán hasta el próximo 20 de enero 12 personas. En palabras de Belinda López, facilitadora, «lo que más me emociona de este curso es ser testigo de cómo el aprendizaje emocional transforma no solo a cada persona, sino a todo el grupo. Estas personas, que en su día a día apenas tenían espacio para hablar de su mundo interior, han abrazado el programa con una curiosidad asombrosa». Mientras las personas usuarias relatan cómo, por ejemplo, han descubierto que «escucharse a una misma no es un error, no solo me ha dado paz, sino que me permite relacionarme con los hijos y nietos desde la tranquilidad».
Desde COGAMI, en Coia (Vigo), donde han participado 6 personas, la facilitadora del programa subraya la importancia que ha supuesto su adaptación a distintos perfiles. Para Olivia Losada «hemos creado un clima de seguridad y confianza donde las personas han podido abrirse y compartir. No es habitual poder desarrollar este tipo de programas tan participativos con personas de centros de día» Algo que corroboran las personas usuarias, que destacan, por ejemplo, cómo «nos sentimos liberadas de que nos escuchen. Hay cosas de las emociones que no sabemos explicar y he aprendido un poco de eso».
Un impacto positivo que destacan también, además de las personas usuarias de estas 3 entidades, las 8 personas socias que han participado en esta edición en el Espazo+60 Afundación de Vigo, que subrayan cómo permite socializar en emociones y conocer cómo se puede reaccionar. «Este curso me está proporcionando muchas estrategias para actuar en situaciones que me superaban», «además de conocer las emociones, podemos ver cómo cada persona actúa de una forma diferente», «cada uno en el grupo aporta mucho a los demás» o «nos da claves para gestionar problemas» son algunas de las reflexiones que aportan con el curso recién finalizado.
Éxito del programa de Afundación
Los resultados obtenidos hasta ahora evidencian que «Conociendo las emociones» ha permitido la mejora del bienestar y la adquisición de competencias emocionales de las personas participantes, según la investigación realizada por Afundación y Matia Instituto, entidad de referencia en España en la materia y con más de 20 años de trayectoria.
Los resultados, validados a lo largo de estas 5 ediciones, muestran que 9 de cada 10 personas han obtenido beneficios en alguna dimensión, mejorando su conciencia emocional, su comprensión de las emociones, su regulación o su nivel de bienestar. Además de esto, las personas participantes relatan que han mejorado en sus relaciones con ellas mismas y con los demás, gracias a la adquisición y desarrollo de habilidades y competencias como la escucha activa, la comunicación asertiva o aprender a poner límites. También se observa un resultado significativo en la salud percibida, de manera que las personas valoran mejor su estado de salud al finalizar el programa de forma consistente a lo largo de las distintas ediciones.
“Conociendo las emociones” permite a las personas participantes fortalecer sus recursos personales y compartir experiencias que les ayudan a afrontar las situaciones cotidianas, entender sus reacciones, tomar alternativas para regularse y cuidar los vínculos afectivos, y así lo subrayan tras finalizar las sesiones, destaca Sabela Couceiro, coordinadora del área de Mayores de Afundación.
Tras la exitosa experiencia con personas socias de los 11 espazos +60 Afundación, el programa se ha extendido desde 2024 a 47 centros de distintas entidades que trabajan también en el ámbito de las personas mayores en localidades de las cuatro provincias y, en 2025, a Madrid. El objetivo es compartir aprendizajes y generar una red de entidades sociales del ámbito del envejecimiento activo y saludable con interés en trabajar la mejora del bienestar emocional a medida que envejecemos.
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