Cada año, el Día Mundial del Medio Ambiente nos recuerda la importancia de proteger nuestro planeta y buscar soluciones sostenibles para los retos ambientales que enfrentamos. En este camino, ENGIE se posiciona como un actor fundamental en la transición hacia la neutralidad de carbono y la implementación de soluciones para la descarbonización industrial.
A nivel global, el Grupo ENGIE se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de carbono en toda su cadena de valor para 2045, abordando tanto sus emisiones directas como indirectas (alcances 1, 2 y 3). Este objetivo cuenta con el respaldo de la iniciativa Science Based Targets (SBTi), que valida metas alineadas con la ciencia climática. Entre estos objetivos, destaca la reducción de 43 millones de toneladas de CO₂ vinculadas a la actividad de generación eléctrica. Además, se prevé evitar la emisión de 45 millones de toneladas anuales gracias a soluciones energéticas sostenibles ofrecidas a clientes industriales.
En este contexto, el Grupo ENGIE reafirma su compromiso con una transición energética justa, que no solo reduzca emisiones, sino que también proteja los ecosistemas y promueva un desarrollo más equitativo y resiliente a través de una gestión sostenible de los recursos naturales y del desarrollo de energías renovables y soluciones energéticas que minimicen el impacto en el entorno.
Precisamente los riesgos ambientales a los que se enfrentan las empresas son cada vez más complejos y frecuentes. De acuerdo al Informe de Riesgos Globales 2025 del Foro Económico Mundial, los principales riesgos incluyen eventos meteorológicos extremos, escasez de agua, interrupciones en las cadenas de suministro y pérdidas económicas derivadas de catástrofes naturales. Ante este escenario, las empresas deben anticiparse a estos riesgos mediante estrategias de adaptación y mitigación, que no solo protejan las operaciones, sino que también aseguren la competitividad en un entorno cada vez más regulado y exigente en términos medioambientales.
El impacto de la naturaleza en la economía mundial y en las industrias es actualmente elevado. El Foro Económico Mundial ha calculado unos 40 billones de euros de generación de valor económico mundial -más de la mitad del PIB mundial-, depende moderada o altamente de la naturaleza y sus servicios. De hecho, las industrias que dependen altamente de la naturaleza generan el 15% del PIB mundial, lo que supone unos 12 billones de euros, mientras que las industrias moderadamente dependientes generan el 37%, alrededor de 28 billones de euros. Es por ello que el compromiso de ENGIE con la sostenibilidad trasciende la reducción de emisiones y abarca una visión más amplia del respeto por el entorno natural. Solo durante el año 2023, la compañía destinó más de 1,2 millones de euros a medidas de protección y conservación de la biodiversidad, en línea con su enfoque de desarrollo renovables responsable. Estas actuaciones se desarrollaron en el marco de diversos proyectos renovables y contemplaron iniciativas como la restauración de hábitats, el seguimiento de fauna y flora, o la revegetación con especies autóctonas, contribuyendo a preservar la riqueza ecológica de los territorios donde opera.
Para poder hacer frente a estos compromisos, la inversión y adaptación en nuevas tecnologías, suponen un reto significativo. Según datos de Top-down Climate Finance Needs de Climate Policy Initiative, las necesidades de financiación para la transición climática deben multiplicarse por cinco respecto los niveles actuales, alcanzando algo más 8 de billones de euros en 2030 y superar los 9 billones anuales entre 2031 y 2050. De toda esta inversión, la institución afirma que el 97% se destinará a inversiones en mitigación climática. Dado que actualmente el mundo no está en vías de mantener el aumento medio de la temperatura dentro de los 1,5 °C para 2030, es probable que aumenten las pérdidas y los daños debidos a los impactos del cambio climático.
Aunque esta cifra puede parecer desalentadora, también representa una oportunidad para la creación de empleos y el desarrollo de nuevas industrias. Un sector clave en la descarbonización de nuestra economía, es precisamente el energético. Según un informe del Foro Económico Mundial, en este sector se está avanzando en la adopción de tecnologías limpias, pero todavía queda camino por recorrer. El camino a seguir pasa por un planteamiento global que incluya innovación tecnológica, sólidas asociaciones internacionales y, lo que es más importante, el compromiso público.
Y es precisamente este compromiso público uno de los aspectos que la ciudadanía española destaca a la hora de guiar la transición energética en nuestro país. De acuerdo a los resultados de último informe del Observatorio ENGIE España: Ciudadanos y cambio climático, el 48% de los encuestados señala al gobierno nacional como el principal responsable de abordar el cambio climático. Lo que corrobora la necesidad de un compromiso público en este sentido. En esta línea, las dos principales acciones para hacer frente al cambio climático que identifica la ciudadanía son, en primer lugar, el despliegue de energías renovables (47%) y, en segundo lugar, el desarrollo de procesos industriales menos contaminantes (44%).
Esto supone también una oportunidad de negocio para las empresas. Según un análisis de Mckinsey, en los sectores del acero, el cemento y los productos químicos, por ejemplo, podría haber hasta un 60% de déficit entre la oferta y la demanda en 2030 de productos con cero emisiones. Aunque esta escasez podría ralentizar la transición hacia las cero emisiones, los actores más dinámicos tienen la oportunidad de aprovechar el valor de la descarbonización total. De hecho, el Foro Económico Mundial afirma que los modelos de cadena de suministro circulares, podrían generar hasta 4,1 billones de euros en valor económico hasta 2030, al tiempo que reducen de forma significativa el impacto ambiental.
Vemos así como la innovación y adaptación a las nuevas tecnologías y prácticas sostenibles no solo ayudará a mitigar el cambio climático, sino que también abrirá caminos para la innovación, mejora de la resiliencia y crecimiento económico. Un claro ejemplo de estas nuevas tecnologías y soluciones sostenibles, es el desarrollo de ENGIE en España de más de 100 km de redes de calor y frío en ciudades como Barcelona, Zaragoza o Pamplona. En Barcelona, se ha iniciado la construcción de una nueva central en Bogatell dentro de la red Districlima, que reforzará la eficiencia y sostenibilidad del sistema. En Pamplona, la red de Districalor continúa ampliando su alcance al conectar nuevas comunidades al suministro de calor renovable. Además, la integración de DH Eco Energías en ENGIE España refuerza nuestra posición en el mercado de redes de calor urbanas con en ciudades como Palencia, Ávila o Zamora.
La transición hacia una economía neutra en carbono no es solo un reto energético, sino un imperativo medioambiental y social. Por ello, ENGIE avanza con una visión que integra la preservación de los ecosistemas, la adaptación a un clima cambiante y la mejora del desempeño ambiental de empresas y territorios. En este Día Mundial del Medio Ambiente, ENGIE España reafirma su voluntad de ser un actor comprometido con la conservación del entorno, contribuyendo a un modelo energético más limpio, justo y respetuoso con la naturaleza.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente.