Cada 5 de junio, el Día Mundial del Medioambiente nos recuerda que la protección del planeta no es una opción, sino una responsabilidad compartida. Este 2025, bajo el lema “Sin contaminación por plásticos”, la ONU nos invita a reflexionar sobre uno de los desafíos más urgentes de nuestro tiempo: la gestión responsable de los residuos y el rediseño de nuestros modelos de producción y consumo.
Vivimos un momento decisivo. La triple crisis planetaria —cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación— exige una transformación profunda de nuestros sistemas económicos y sociales. La transición ecológica no solo es necesaria, sino posible. Y las empresas tenemos un papel importante en este proceso, no solo como generadoras de impacto, sino como agentes de transformación capaces de liderar soluciones sostenibles.
Más allá del cumplimiento normativo, el sector privado puede y debe ser un motor de innovación, colaboración y regeneración. Integrar la sostenibilidad en el corazón del negocio no es solo una cuestión ética, sino estratégica. Implica repensar cómo producimos, cómo consumimos y cómo nos relacionamos con el entorno. Implica también asumir que el éxito empresarial del futuro estará ligado, inevitablemente, a la salud del planeta.
En este contexto, en Ebro Foods, este compromiso se traduce en una estrategia clara y transversal: “RUMBO A 2030”, nuestro Plan de Sostenibilidad a largo plazo, que guía nuestras acciones en toda la cadena de valor.
Nuestro enfoque parte de una premisa fundamental: la sostenibilidad no es un área aislada, sino un elemento transversal en nuestra gestión. Por ello, trabajamos en tres grandes ámbitos:
- Cadena de suministro sostenible, promoviendo prácticas agrícolas responsables en las principales zonas de aprovisionamiento.
- Ecoeficiencia en operaciones propias, con inversiones en energías renovables, eficiencia energética y gestión de residuos.
- Innovación y alianzas, como palancas para acelerar la transición hacia una economía baja en carbono y circular.
En este sentido, en lo que se refiere a la primera área de trabajo, una de nuestras primeras responsabilidades es la de formar y sensibilizar a la cadena de suministro en el uso de técnicas de cultivo sostenible que permitan la preservación de los entornos naturales. En solitario, o en alianza con otros socios empresariales, promovemos programas en todas nuestras áreas de aprovisionamiento para mejorar la sostenibilidad del cultivo de nuestras materias primas principales. Todos estos proyectos tienen unos objetivos comunes: formar a los agricultores en las técnicas agrarias más modernas con el objetivo de aumentar su producción, incrementar sus ingresos económicos, asegurar la calidad y seguridad alimentaria de sus cosechas y procurar la protección del medio ambiente, mejorando los parámetros de gestión del agua, uso de fitosanitarios, preservación de biodiversidad y reducción de emisiones.
Durante 2024, hemos consolidado avances significativos en esta línea de trabajo. Con una inversión de €6,5millones, hemos impulsado proyectos de agricultura sostenible en países como India, España, Pakistán, Tailandia o Argentina.
Por ejemplo, en India, el Programa Control Farming-AWD ha permitido reducir un 45% las emisiones de metano en más de 16.000 hectáreas, gracias al riego intermitente y otras prácticas recomendadas por el IPCC. Y en España, por su parte, el proyecto Oryzonte ha logrado una reducción del 29% de emisiones y mejoras en biodiversidad y uso eficiente del agua.
En lo que se refiere al impacto de nuestras operaciones internas, es fundamental avanzar hacia soluciones ecoeficientes que optimicen el consumo de los recursos naturales, reduzcan y compensen las emisiones y permitan disminuir, aprovechar y valorizar los residuos con el objetivo a medio plazo de ser RESIDUO CERO. contamos con 13 instalaciones fotovoltaicas y varias plantas de cogeneración en Europa, Asia y América; en el último año hemos invertido más de €4 millones en la implementación de medidas de eficiencia energética, con proyectos en Reino Unido, Francia, India y Alemania, y estamos realizando importantes inversiones para optimizar el uso y la recirculación del agua en nuestras plantas. Estamos haciendo un importante esfuerzo en la valorización de residuos, la reducción del desperdicio alimentario y la reciclabilidad de nuestros envases, siendo ya un 88% de los mismos reciclables o listos para reciclar.
Participamos activamente en iniciativas como “La alimentación no tiene desperdicio” (AECOC) y en el último ejercicio hemos realizado donaciones de alimentos por valor de €1,25 millones, aunando el compromiso social con el compromiso medioambiental.
Sabemos que aún queda mucho por hacer. Por eso, en 2025 culminaremos la definición de nuestro Plan de Acción Climática, que establecerá metas cuantificables de reducción de emisiones y eficiencia energética. También reforzaremos nuestra estrategia de biodiversidad y gestión del agua, integrando criterios de sostenibilidad en toda la toma de decisiones.
La sostenibilidad no es solo una exigencia normativa o reputacional. Es una palanca de competitividad, innovación y resiliencia. En Ebro Foods, estamos convencidos de que solo desde la coherencia, la transparencia y la acción colectiva podremos construir un futuro más justo y habitable.
En este Día Mundial del Medioambiente, reafirmamos nuestro compromiso con un modelo agroalimentario más sostenible, inclusivo y regenerativo. Porque cuidar del planeta es cuidar de todos. Y porque cada paso cuenta, especialmente cuando se da con convicción y propósito.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente.