Sarita comienza su jornada cada mañana en un pequeño taller de papel reciclado en un remoto pueblo de Nepal. Entre pegamento y colores trabaja duro cada día por su independencia económica. Como Sarita, miles de mujeres en comunidades rurales del sur de Asia impulsan microemprendimientos que abren oportunidades reales para sus familias. Detrás de cada historia como la suya hay una red de colaboración que lo ha hecho posible: el compromiso conjunto entre la Fundación Vicente Ferrer y numerosas empresas comprometidas.
Hablar de alianzas en favor de la infancia es hablar de esperanza. Es transformar la responsabilidad social corporativa en una fuerza real, capaz de incidir en contextos donde la vulnerabilidad infantil aún marca la pauta de la vida diaria. En el sur de Asia, que es el hogar del 36% de los niños y niñas del mundo, supone que más de 30 millones de menores no van a la escuela. Tras más de cinco décadas en India, desde la Fundación Vicente Ferrer hemos decidido ampliar nuestra acción más allá de India para extender nuestro modelo de desarrollo sostenible a países como Nepal o España y próximamente llegaremos a Sri Lanka, Mozambique y Filipinas. En la Fundación hemos comprobado que cuando se apuesta por la educación, la pobreza deja de ser una herencia inevitable.
Pero este avance no sería posible sin quienes caminan a nuestro lado. Desde pequeñas cooperativas hasta grandes empresas, los colaboradores que se suman a esta causa no solo contribuyen con recursos, sino que se convierten en aliados estratégicos de un proyecto de transformación profunda. Porque cuando una organización decide invertir en infancia, invierte también en un futuro más justo, más equitativo y más humano.
Quiero aprovechar este espacio para agradecer, en nombre de toda la Fundación, a las entidades que han confiado en nosotros y han hecho de la infancia su prioridad. Gracias por no mirar hacia otro lado. Gracias por hacer de la ética un principio activo y de la colaboración un motor de impacto.
Hoy, más que nunca, necesitamos seguir construyendo puentes. Desde la Fundación Vicente Ferrer os queremos invitar a sumaros a esta causa por la infancia. No solo como donantes, sino como agentes de cambio. Porque cada alianza suma. Porque cada proyecto que desarrollamos juntos es una promesa cumplida. Y porque cada niño y cada niña merece crecer con acceso a educación, salud y dignidad.
Les debemos una infancia feliz. Pero no podemos hacerlo solos. Ahora es el momento de unirnos.