El Observatorio de Arquitectura Saludable es una iniciativa que tiene como objetivo la integración de la arquitectura y el urbanismo en la conversación de Salud Pública ¿Qué impulsó a sus fundadores a constituirse?
El Observatorio de Arquitectura Saludable (OAS) nació de la necesidad de crear un espacio de reflexión y acción sobre el impacto que los entornos construidos tienen en la salud pública, y de fomentar medidas que permitan alcanzar un marco regulatorio que promueva la salud en los edificios.
Se constituyó en 2020, en plena pandemia, aunque como proyecto nació mucho antes. Un grupo de expertos identificó un vacío en la integración de criterios de salud en el diseño arquitectónico y urbanístico, pese a la creciente evidencia científica que vincula el entorno físico con el bienestar y la salud de las personas. Esta visión impulsó la creación del OAS, con el propósito de fomentar prácticas que prioricen el bienestar físico, mental y social de los ciudadanos de forma democrática.
Desde entonces, hemos sumado apoyos individuales y colectivos, firmado convenios y construido alianzas con empresas y organismos. Es un proceso apasionante, en el que seguimos avanzando, y al que invitamos a sumarse a nuevas empresas e instituciones.
¿Cómo ha evolucionado la normativa relativa a la seguridad sanitaria de los espacios en España en los últimos 10 años?
En la última década, la normativa en España ha avanzado significativamente en materia de seguridad sanitaria, impulsada por emergencias sanitarias globales y un mayor reconocimiento de riesgos asociados a la calidad del aire, la luz, la ventilación, el ruido, las radiaciones ionizantes y el diseño de espacios seguros.
Se han actualizado regulaciones clave, como el Código Técnico de Edificación (CTE) y normativas específicas sobre ventilación y calidad del aire interior. La pandemia de COVID-19 aceleró la implementación de medidas más estrictas y la concienciación sobre entornos saludables, impulsando un enfoque integral y riguroso en espacios públicos y privados.
La evolución normativa también ha estado marcada por directivas europeas como la Directiva (UE) 2018/844 sobre eficiencia energética, que exige mejorar el rendimiento energético y reducir emisiones contaminantes, y la Directiva de Calidad del Aire Interior, que establece estándares para ventilación y control de contaminantes en espacios cerrados, afectando a oficinas, centros educativos y sanitarios.
A nivel nacional, un hito ha sido la aprobación de la Ley de Calidad de la Arquitectura (2022), que valora la arquitectura como bien de interés general y destaca su papel en la salud y el bienestar. Esta ley establece criterios de diseño y planificación urbana enfocados en la sostenibilidad, eficiencia energética y salud pública, promoviendo el uso de materiales saludables y facilitando la rehabilitación con criterios de accesibilidad y salud.
¿Las normas actuales son difíciles de cumplir para empresas y profesionales españoles?
Cumplir con estas normativas puede ser un desafío para algunas empresas, especialmente las más pequeñas o con recursos limitados. Sin embargo, el avance en materiales y técnicas constructivas facilita el acceso a soluciones más sostenibles y saludables.
El principal reto está en adaptar edificios antiguos a las nuevas exigencias, lo que implica inversiones importantes. Aun así, la tendencia hacia la sostenibilidad y la salud en el diseño arquitectónico marca un cambio positivo en la industria.
¿Qué sugerencias plantearíais a gobiernos autonómicos, nacionales y europeos?
Desde el Observatorio proponemos impulsar políticas públicas que promuevan estándares de salud en el diseño y construcción, con incentivos económicos, subvenciones e inclusión de criterios mínimos de arquitectura saludable en contratos públicos, garantizando entornos más saludables.
Abogamos por un marco normativo unificado que homogeneice criterios de salud y sostenibilidad en diseño urbano y arquitectónico, asegurando una aplicación coherente y facilitando el cumplimiento, promoviendo igualdad en el acceso a entornos saludables.
Es prioritario incentivar la investigación y desarrollo tecnológico en materiales y técnicas que optimicen la calidad del aire, eficiencia energética y confort acústico y lumínico, la integración de vegetación natural, y la mejora en seguridad y accesibilidad.
Finalmente, es esencial desarrollar campañas de sensibilización para la ciudadanía, que difundan los beneficios de vivir en entornos saludables y fomenten una mayor conciencia sobre el impacto del entorno construido en la salud pública.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Arquitectura Saludable