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Antonio Javierre, pionero en el campo de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y con más de 23 años de experiencia, comparte su visión sobre la evolución de la RSE en España y los retos que aún enfrenta el sector. Javierre, quien ha sido una figura clave en la implementación de principios éticos en la gestión empresarial, destaca cómo la RSE ha cambiado y los desafíos que aún persisten. A lo largo de la entrevista, ofrece reflexiones sobre la autenticidad en las empresas, la importancia de los valores y el peligro de la mercantilización de la RSE: «La RSE tiene un alto coste», asegura, al referirse a las dificultades que enfrentan las pequeñas empresas al implementar prácticas responsables.
Javierre no duda en mencionar la creciente perversión de los conceptos de RSE con fines exclusivamente lucrativos, especialmente en el ámbito político, algo que él califica como una «normalización de la mentira como arte». Sin embargo, se mantiene firme en su optimismo al asegurar que «el futuro de la RSE lo tenemos en la actitud de cada uno de nosotros».
En un momento clave de la conversación, también reconoce el papel fundamental que ha jugado Corresponsables en estos 20 años: «Corresponsables ha logrado que la RSE haya estado en el foco durante 20 años», subraya, destacando la visibilidad y el impacto que ha tenido la publicación para posicionar la RSE en el centro del debate empresarial y social. Para Javierre, la autenticidad y la compromiso serio de Corresponsables han sido esenciales para mantener viva la conversación sobre la sostenibilidad.
Además, reflexiona sobre los retos del futuro: «La esperanza está en la educación del sentido común, frente al interés personal», una afirmación que resalta la importancia de una educación que forme a los futuros líderes empresariales con principios sólidos y un enfoque responsable.
Antonio, ¿cómo comenzaste a involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social?
Hay una institución a la cual debo agradecer que la RSE haya sido el eje central de la gestión empresarial que he desarrollado durante estos 20 años, en mi caso ya son 23 años.
Esa institución es el IESE (Universidad de Navarra).
Todo comenzó en el programa PDG-01 del IESE, que tuve la oportunidad de cursar en 2001. Allí observé cómo la toma de decisiones ante las diversas situaciones e incertidumbres a las que se enfrenta todo directivo debe considerar no solo los aspectos económico-financieros, sino también áreas como producción, estrategia, normativa, recursos humanos, e incluso la misión de la empresa frente a la sociedad, siendo esta última de gran peso e importancia.
Recuerdo que en 2002, de la mano de D. Rafael de Pino, se creó en España ASEPAM (Asociación Española de Pacto Mundial), que más tarde, una vez formalizada su constitución, pasó a llamarse Red Española de Pacto Mundial. Fui socio fundador de esta institución en 2004 y, posteriormente, formé parte de su Comité Ejecutivo y Secretaría de la Organización.
ASEPAM defendía 9 principios (posteriormente se adoptó el principio contra la corrupción). Me llamó mucho la atención y me generó dudas cómo una pequeña empresa con 5 trabajadores y unas ventas de 300.000 euros podía encajar entre las grandes empresas y organizaciones de nuestro país.
Lo cierto es que esas dudas se disiparon de inmediato. Encontré en ASEPAM una enorme generosidad y una sana complicidad en defensa de unos principios que, en ese momento, eran poco comprendidos por la mayoría de empresas y organizaciones en España.
«Lo importante no es hacerlo bonito, lo fundamental es hacerlo sencillo y asequible»
En 2004, en mi ciudad, Monzón (Huesca), con 15.000 habitantes, hice público en la prensa local mi compromiso con esos principios de Global Compact. Esto tuvo difusión a nivel regional. Nadie entendió esa decisión, fue visto como algo fuera de lo común, casi una locura. Pero generó una percepción positiva, aunque en ese momento la sociedad lo consideró algo raro.
Esa rareza ha perdurado más de 20 años.
¿Cuál fue el primer proyecto o iniciativa de RSE en el que trabajaste? ¿Cómo lo recuerdas?
Uno de los primeros proyectos en 2003 fue el ejercicio de transparencia. Decidimos qué modelo seguir, qué indicadores usar, la periodicidad, etc. Fue un ejercicio preliminar, porque debíamos darle forma para asegurar que tendría continuidad año tras año.
No soy una persona de letras, mucho menos lo era de edición de informes. Es por ello que, para la primera memoria (2004), realicé una redacción algo rudimentaria de los puntos que me parecieron importantes según nuestro compromiso con los 9 principios. La llevé a maquetación a una editorial, y allí me di cuenta de lo que realmente costaba. Pensé: ‘la RSE tiene un alto coste’.
La lección aprendida fue: no me puedo permitir ese coste y no quiero renunciar a un informe anual. Por tanto, decidí hacerlo yo mismo. Aunque no sea bonito, lo importante no es eso. Lo fundamental es hacerlo sencillo y asequible.
«Nunca, nunca, nunca debieron mezclarse RSE y política»
Este año, 2024, he editado nuestro 20º Informe de Sostenibilidad, todos ellos siguiendo las ediciones de las guías GRI, en su máxima y exhaustiva categoría. No son bonitos, pero repito, eso no es lo importante.
Otra iniciativa que tomamos fue adoptar el principio de lucha contra la corrupción, incluso antes de que Global Compact lo adoptara como el principio número 10. También lo hicimos público en la prensa local, provincial y regional de Aragón, ya que mis recursos no alcanzaban para un anuncio en la prensa nacional.
Establecí en 2006 una política anticorrupción de 6 puntos y 6 compromisos, igualmente hechos públicos. Desde entonces, y han pasado 18 años, nadie me ha hecho propuestas indecentes. Curioso, ¿verdad?
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Recuerdas alguna anécdota relacionada con nosotros a lo largo de todos estos años?
Conozco Corresponsables desde hace estos 20 años, una larga trayectoria en el mundo de la RSE en España, con Marcos González como director, superando grandes dificultades y siempre fiel a sus compromisos.
Aunque no hemos tenido relación comercial alguna con Corresponsables a lo largo de estos años, dado que mis recursos han sido muy limitados, me consta que Corresponsables ha ayudado a muchas empresas a establecer iniciativas y proyectos de RSE.
«Corresponsables ha logrado que la RSE haya estado en el foco durante 20 años»
Admiro y tengo en gran estima tanto la publicación Corresponsables como a Marcos y su equipo, así como la línea editorial que han desarrollado durante estos años.
¿Qué papel consideras que ha tenido Corresponsables en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Corresponsables ha logrado que el concepto de RSE haya estado en el foco durante 20 años, especialmente para aquellas empresas y organizaciones inquietas en España e Iberoamérica que buscan un modelo empresarial más humano.
Me consta que no ha sido una tarea fácil para Marcos. Al igual que yo, sabemos lo complicado que es, desde una pequeña empresa, nadar contracorriente en ese mar llamado mercado.
Conseguir una longevidad de 20 años en una empresa Pyme en España y gestionarla con responsabilidad y buen gobierno es todo un ejercicio de malabarismo, de agilidad y que todo el equipo de Corresponsables ha superado con éxito. Mi enhorabuena.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con cómo es hoy?
Me queda la percepción de que los comienzos de la RSE en España tuvieron compromisos auténticos por parte de las organizaciones y, en especial, de las personas que representaban estas organizaciones en los grupos de trabajo de ese entonces, como las “Mesas Cuadradas” de Global Compact, reuniones de trabajo, etc.
Corresponsables estaba allí, en aquellos años. Seguro esa percepción es compartida.
He tenido ocasión de participar muy activamente en innumerables grupos de trabajo sobre RSE, y en general, esa autenticidad y compromiso estuvieron presentes en todos los representantes de empresas y organizaciones con los que compartí esas experiencias.
«Hemos llegado al punto de consentir que la RSE sea vista como cultura de engaño»
No puedo decir lo mismo de las propias organizaciones, especialmente de las grandes empresas. Desde los inicios, siempre ha sido un punto débil llevar la RSE a la acción. Sin duda, esta es un área de mejora que merece más reflexión.
Hoy día asistimos a una perversión de los conceptos de RSE, utilizados con fines exclusivamente de lucro personal, especialmente en el ámbito político, con métodos excluyentes, divisorios y, en demasiados casos, malintencionados.
Se ha perdido la autenticidad, y lo peor, es que muchos lo ven frente a sus narices, lo que genera un desencanto generalizado.
¿Cuáles fueron los mayores desafíos, barreras y obstáculos que enfrentaste al implementar prácticas de RSE en las primeras etapas?
Implementar prácticas de RSE no es fácil para una Pyme. Hay que renunciar a ciertas reglas de mercado establecidas que restan competitividad, y esto es duro de asumir, especialmente cuando la escasez de recursos adquiere una relevancia particular en las PYMEs.
Se han editado multitud de guías, libros, discursos, relatos, conferencias, videos… todo un despliegue de información que, aunque repetitivo, aún no ha dado con la clave para armonizar la RSE.
«La RSE sigue en pañales»
El mayor desafío fue superar la dificultad de asignar de forma justa los escasos recursos de manera responsable. Cada empresa tiene sus propias amenazas y deficiencias, lo que hace imposible establecer un estándar de implementación.
En mi caso, no puedo hablar de “primeras etapas” ni “segundas etapas”; sencillamente ha sido un camino lleno de curvas, subidas, llanos y valles, en los cuales he intentado equilibrar los recursos con las necesidades en áreas relacionadas con la RSE y el Buen Gobierno, además del área económico-financiera. Todo un ejercicio de equilibrios.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
Una lección aprendida en RSE es que todos los esfuerzos por estandarizar procesos y procedimientos provocan acomodo y relajación del compromiso responsable y serio.
Otra lección aprendida es que el abuso y la mercantilización de la RSE, con contenidos y relatos superficiales (la mayoría de ellos), desmerece la enorme capacidad que la RSE tiene para humanizar la gestión de recursos.
«El futuro de la RSE lo tenemos en la actitud de cada uno de nosotros y de forma voluntaria»
Una lección más reciente ha sido considerar que RSE y política son incompatibles. Resulta un grave error juntar estos dos aspectos. A la vista de los acontecimientos, nunca, nunca, nunca debieron mezclarse.
Además, los bombardeos externos de relatos, plazos, agendas y catastrofismos son contraproducentes para quienes estamos interesados en este tema. Como profesionales responsables, tenemos que saber discriminarlos y dosificarlos para que no interfieran con los objetivos de supervivencia de la empresa.
Por último, es de especial atención relacionar la intensidad de implantación de la RSE con las capacidades económico-financieras de cada empresa.
¿Qué destacarías de la evolución de tu trayectoria profesional y/o personal en este ámbito a lo largo de los últimos 20 años?
Han sido más de 20 años intensos de auto-aprendizaje. No he seguido un modelo predefinido, sencillamente porque no existían. De hecho, la empresa ha creado su propio modelo, un modelo dinámico, adaptado año tras año a nuevos escenarios. Creo que así es como cada empresa debería enfocar la RSE.
Personalmente, ha sido una aventura, no exenta de dificultades, pero ha sido una etapa muy satisfactoria. Hoy, recientemente jubilado, me queda la satisfacción de haber hecho un buen trabajo. Mi legado a la nueva generación es una empresa sana, saneada en todos los ámbitos, y orgullosa de su permanencia.
«Los informes de RSE muchas veces buscan impresionar, no informar»
Ahora, sin tareas ejecutivas, como es bien sabido, un empresario mayor nunca se olvida de su criatura y sigue revisando su estado de salud. Puedo decir que ahora mi tarea es cuidar la viña.
Antonio, ¿qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde que comenzaste?
Como mencioné antes, los comienzos de la RSE en España estuvieron marcados por compromisos auténticos con los 9 principios. Eran claros y no daban lugar a dudas.
Hoy en día tenemos un mareo de objetivos, agendas, metas, siglas, directivas, normas y relatos. En mi opinión, estábamos mejor hace 20 años, cuando se vivió la oportunidad de cambiar la cultura empresarial hacia principios y valores humanos. Hoy, al querer atender a todo, no se atiende nada. Los resultados e indicadores macro, así lo demuestran.
«Lo relevante es lo que se ha hecho hasta ahora en RSE que realmente notemos en nuestro día a día»
Hace 20 años, la RSE se percibía con compromisos sinceros. Puedo dar prueba de ello, ya que los viví en las mesas de trabajo, reuniones, elaboración de informes, guías de RSE, etc.
Hoy, se ha normalizado la mentira como arte. Peor aún, es un arte que se aplaude, y aquellas instituciones que tienen autoridad moral para evitarlo no actúan. Me hago dos preguntas: ¿Les da pereza? o ¿Atienen a su misión con esta actitud?
Hemos llegado al punto de consentir que la RSE sea vista como cultura de engaño y no como una práctica genuina.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
Sé que mi respuesta a esta cuestión será conflictiva, pero si algo tenemos los aragoneses es que somos directos y claros.
Hitos importantes en RSE… Evolución… No lo veo, ni lo noto.
Por citar algún factor positivo e impulsor de cambios, reconozco y pongo en valor a aquellos directivos DIRSE que han tomado compromisos serios y trabajan conforme a principios y valores sin distracción. Y reconozco igualmente a aquellas empresas que han dado atribuciones ejecutivas con capacidad de decisión a esos directivos. Son pocas, pero existen.
Estamos acostumbrados a escuchar y ver informes sobre grandes, importantes y sobredimensionados avances en materia de RSE. Me temo que esos informes tienen un interés de parte, no con el objetivo de informar, sino de mostrar que se está trabajando en algo rimbombante.
Alguien percibe, en su entorno inmediato, avances reales en derechos humanos, salud, vivienda, educación, corrupción, etc.?
Si en algún momento alguien piensa que hay avances positivos en RSE, debería hacerse las siguientes dos preguntas y sincerarse consigo mismo. ¿Son avances reales? o ¿Son persuasión?
El factor que, en mi opinión, ha impulsado este efecto negativo ha sido la irrupción de la política en el mundo de la RSE con su habilidad en el arte del engaño.
¿Podrías compartir algún momento o experiencia que haya sido especialmente memorable en tu trayectoria en RSE?
Destaco como memorables los diferentes reconocimientos que hemos obtenido en RSE, añadir que en solo uno de ellos presenté candidatura y que en su mayor parte han sido notificados y otorgados sin conocimiento previo de participación. En los primeros años, tomamos la determinación de no presentarnos a ningún premio, ya que no era lo importante.
Tengo una anécdota en uno de estos premios. Se disputaba entre una empresa grande y nosotros, el cual se nos concedió. Durante el posterior almuerzo institucional, en el acto de entrega, se acercó el directivo de la otra empresa a la mesa, y en privado me hizo la pregunta, “¿Cuánto has pagado para que se nos concediera?”. Tal vez quería saber cuánto le costaría ese premio en la siguiente edición.
Querido Antonio, ¿cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
Prefiero no contestar al detalle en esta pregunta, ya que tengo miedo de dejarme personas e instituciones que tengo en mucha estima. Solo diré que, a lo largo de estos 20 años, todas las personas sin excepción con las que me he reunido y colaborado son gente especial. Algunos de ellos ya no están entre nosotros, pero todos ellos tienen mi admiración, cariño y amistad.
¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?
A las nuevas generaciones interesadas en RSE, les diría que se formen y se eduquen con una base sólida en principios y valores humanos, combinándolos con las diferentes áreas de gestión empresarial, como la económico-financiera, logística, RRHH, etc. Solo con conocimientos 360° de la empresa serán capaces de tomar decisiones responsables.
«La esperanza está en la educación del sentido común, frente al interés personal»
También les diría que, después de 20 años, la RSE sigue en pañales. Esto es así, debido a una serie de errores cometidos en su concepción. El enfoque dado por instituciones y organizaciones ha primado el número frente al compromiso serio. Se ha errado al dejar la RSE en el área de comunicación. Ha sido un despropósito contemplar a políticos como actores necesarios, y estamos asistiendo, como mencioné antes, a un mareante despliegue de absurdas y rimbombantes normativas.
También insisto en la necesidad de potenciar el papel neutral de la universidad en la transmisión de principios y valores humanos en la formación de directivos. Es fundamental que la universidad sea neutral, porque muchas han sido colonizadas por docentes politizados.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
Por el camino que lleva, veo una RSE automatizada, robótica, artificial, con menos alma que la actual y alimentada por baterías.
Algo no funciona… o es la sociedad, o son las instituciones, o son las empresas. Me temo que el diagnóstico está definido por los mandamases. Guardo para mí mis sospechas.
¿Hay esperanza? ¡Sí! Rotundamente sí, hay esperanza. El futuro de la RSE lo tenemos en la actitud de cada uno de nosotros y, de forma voluntaria. La esperanza está en la educación del sentido común, frente al interés personal.
Hay una ley que dice: “Donde no hay regla, se impone sola”.
¿Hay algo que harías diferente si tuviera la oportunidad de comenzar de nuevo?
Tengo claro que repetiría los mismos errores, porque sin ellos no hubiese tenido la oportunidad de crecer como persona y como profesional. No cambiaría nada, estoy satisfecho con los resultados tanto personales como en la empresa, y con los efectos externos que se han provocado.
Para terminar, Antonio, ¿cómo te gustaría que se te recordara en el ámbito de la RSE?
Personalmente, recordaré esta etapa como apasionante y de enorme orgullo haber estado en este ámbito.
Me gustaría que me recordaran como mejor les parezca a cada uno de ustedes. No tengo expectativas de dejar un legado histórico, solo pienso que ha sido mi camino y, aunque largo, considero que he tenido una excepcional compañía de amigos y compañeros de viaje.
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