Alemania y Colombia están fortaleciendo sus vínculos con una alianza que trasciende lo diplomático para enfocarse en uno de los mayores retos globales: la transición hacia energías limpias. El viceministro alemán y diputado del Bundestag, Stefan Rouenhoff, explicó cómo ambos países trabajan para avanzar hacia un modelo energético basado en fuentes renovables, con enfoque en sostenibilidad, justicia social y desarrollo tecnológico.
Semana de la Alianza: un hito político y simbólico
Rouenhoff encabeza la delegación alemana que participa en la Primera Semana de la Alianza Colombo-Alemana por el Clima y una Transición Energética Justa, organizada en Bogotá. El evento reúne a representantes de cuatro ministerios alemanes, el Ministerio de Minas y Energía de Colombia y actores del sector privado, la academia y la sociedad civil. Para el viceministro, esta es una señal clara del compromiso bilateral: “Queremos aprender uno del otro”, afirma.
Además del intercambio técnico y político, el evento conmemora los 90 años de la Cámara de Comercio Colombo-Alemana, lo que refuerza una relación económica de larga data que hoy se adapta a los desafíos climáticos del siglo XXI.
Desafíos comunes, soluciones conjuntas
Alemania y Colombia enfrentan retos similares en su proceso de transición energética: reducir su dependencia de combustibles fósiles, fomentar las energías renovables y asegurar la estabilidad del suministro. Rouenhoff destacó que, ante presupuestos públicos limitados, es vital contar con la innovación y la inversión privada. “La economía debe ser protagonista del cambio”, señala.
El enfoque incluye no solo tecnologías limpias, sino también la protección de ecosistemas frágiles y la búsqueda de un equilibrio entre crecimiento económico y sostenibilidad. La alianza apunta a construir soluciones conjuntas que puedan escalarse y replicarse.
El papel clave del hidrógeno verde
Uno de los temas centrales en la cooperación bilateral es el hidrógeno verde. Para Alemania, este vector energético será crucial en la descarbonización de su economía en los próximos años. Sin embargo, reconoce que no podrá cubrir su demanda únicamente con producción nacional.
Ahí es donde Colombia entra como un socio estratégico. Con un enorme potencial en energía solar y eólica, el país puede posicionarse como uno de los grandes exportadores de hidrógeno amigable con el clima. “Colombia tiene una posición ideal para producir hidrógeno verde para el mercado mundial y contribuir significativamente a la protección del clima”, afirmó Rouenhoff.
Tecnología, digitalización y decisiones urgentes
La transición energética implica más que instalar paneles solares o turbinas eólicas. Según el viceministro, tecnologías como CCS (captura y almacenamiento de carbono), CCU (captura y uso) y redes inteligentes serán fundamentales. Además, la digitalización jugará un rol clave en la eficiencia del sistema.
Rouenhoff advierte que, debido a los largos ciclos de innovación y desarrollo, las decisiones deben tomarse hoy para que los resultados se materialicen en el mediano y largo plazo. “La neutralidad climática exige un esfuerzo enorme. No hay espacio para la indecisión”, sentencia.
Una alianza con proyección global
La visión de Alemania y Colombia va más allá de una cooperación puntual. Se trata de construir una alianza estructural, que combine políticas públicas, innovación tecnológica y compromiso ciudadano para enfrentar la crisis climática. El intercambio de experiencias será fundamental para avanzar de forma equilibrada y con visión de largo plazo.
En tiempos donde la crisis ambiental exige transformaciones profundas, esta alianza representa una oportunidad para demostrar que el desarrollo sostenible y justo es posible si se trabaja con voluntad política, cooperación internacional y compromiso colectivo.
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