En el marco de la European Hydrogen Week, Chile y la Unión Europea dieron un paso clave en la transición energética al firmar un Memorándum de Entendimiento (MoU) entre Hydrogen Europe y H2 Chile. Este acuerdo busca acelerar el despliegue del hidrógeno renovable mediante el fortalecimiento de relaciones comerciales y la cooperación técnica entre ambas regiones.
El convenio, respaldado por la Embajada de Chile ante la Unión Europea y la Comisión Europea, representa un hito en el camino hacia la descarbonización global. Jorgo Chatzimarkakis, CEO de Hydrogen Europe, destacó que esta alianza abre nuevas oportunidades para inversiones y comercio, posicionando al hidrógeno como un pilar esencial en las cadenas de valor de energía limpia. Por su parte, Marcos Kulka, director ejecutivo de H2 Chile, subrayó la ventaja competitiva de Chile como proveedor de amoníaco verde y su papel estratégico en la transición energética global.
El acuerdo establece un marco de colaboración que incluye el desarrollo de marcos regulatorios, mecanismos de financiamiento, promoción de estándares internacionales y formación de capital humano. Además, refuerza el intercambio de buenas prácticas en investigación e innovación tecnológica, vinculando a actores de los sectores público y privado.
Para la embajadora de Chile ante la Unión Europea, Gloria Navarrete, este MoU es más que un compromiso técnico: “Es un reflejo del espíritu de colaboración que sustenta la relación bilateral entre Chile y la UE, cimentado en el nuevo Acuerdo Marco Avanzado, que incluye un capítulo dedicado a energía y materias primas para fortalecer nuestra economía verde”.
Con este acuerdo, Chile reafirma su posición como líder en hidrógeno renovable en América Latina, mientras la Unión Europea consolida su rol como motor de innovación y financiamiento en energías limpias. Félix Fernández-Shaw, director de cooperación de la UE para América Latina, resaltó que esta alianza marca el camino hacia una industrialización verde para toda la región.
La firma de este memorando no solo refuerza los lazos entre Chile y Europa, sino que también coloca al hidrógeno renovable como una solución clave frente a los desafíos del cambio climático, impulsando la transición hacia una economía más sostenible a nivel global.
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