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Plan International, organización que trabaja por la igualdad de las niñas y los derechos de la infancia y la juventud, presentaba en la Fundación José Antonio Llorente su nuevo informe sobre el estado de la adolescencia en España, Así hablamos: las voces de la adolescencia, realizado a través de grupos de discusión, en el que se confirma que la mayoría de chicos y chicas están en desacuerdo sobre lo qué son la igualdad y el feminismo, no reconocen como violencias las actitudes de control a través de medios digitales y ven la inteligencia artificial como una segunda opinión objetiva.
“Lo que hemos visto en este informe es que, si bien es cierto que las chicas tienen un consenso casi absoluto sobre las políticas de igualdad, los chicos tienen sus dudas, e incluso muchos creen que feminismo e igualdad no son lo mismo. Es imprescindible escuchar y entenderles para ver cómo llegarles mejor de como lo hemos hecho hasta ahora, y no solo que tengan voz sino hacerles partícipes de la toma de decisiones para evitar la desafección creciente”, explicaba la Directora General de Plan International, Concha López.
Esta nueva investigación -la ampliación cualitativa de Así somos. El estado de la adolescencia en España, una de las mayores radiografías sobre los y las adolescentes y el impacto de la inteligencia artificial en sus vidas, presentado el pasado septiembre- se ha lanzado en una mesa redonda en la que participaron López; Belén Barreiro, CEO y fundadora de 40dB; Ignacio Crespo, médico y divulgador científico; Leticia Dolera, actriz, guionista y directora de la serie ‘Pubertat’; Albert Medrán, Director General de la Fundación José Antonio Llorente; y Marta Mateo, joven activista del comité juvenil Youth for Change.
“Escucharlos en los grupos ha sido apasionante porque nos ha permitido entender qué es lo que hay detrás del hecho de que esta generación de chicos jóvenes sea aparentemente mucho menos feminista que sus abuelos, que es en principio algo chocante. La pregunta de los chicos sería ¿para qué queremos el feminismo, si no representa la igualdad y ellas ya son mejores que nosotros? Lo que hay que evitar es que esto se convierta en un auténtico desencuentro que lleve a mayor desafección política«, afirmó Belén Barreiro.
Por su parte, Leticia Dolera, que estrenó a finales de septiembre ‘Pubertat’, una serie que reflexiona sobre sexualidad adolescente, acoso y masculinidad tóxica; ha afirmado: “Es imprescindible hacer presión política para un pacto por la educación sexual. Como sociedad nos resistimos a llegar a un consenso sobre esto, como si la política no hubiera entrado ya en nuestras camas, o nuestro deseo no estuviera marcado por el capitalismo en el que vivimos. Las redes sociales pensar que cada uno decide lo que quiere, aunque en realidad haya un algoritmo detrás que solo busca el consumo y que acaba absorbiendo nuestra imaginación, hasta el punto de que tú misma, y esto le está pasando a muchas chicas jóvenes, te ves como mercancía”.
La inteligencia artificial es un experto “objetivo” para esta generación
El informe Así hablamos constata que la inteligencia artificial se ha incorporado de forma creciente y habitual a la vida cotidiana de la adolescencia. En el ámbito académico, la describen como “una herramienta fundamental”, “mi principal fuente fiable” o incluso “alguien que lo sabe todo”. Los estudios de Plan International indican que un 60 % de los y las adolescentes en España considera que la IA actúa como una segunda opinión experta e imparcial. En general, la mayoría recurre a estas herramientas como una voz “objetiva” o “especializada” que complementa el criterio de sus familias o de su círculo de amistades.
«Hay algo que a los seres humanos nos cuesta: tomar decisiones. Ante muchas opciones, nos bloqueamos y somos más felices cuando se acotan, cuando deciden por nosotros. Si además lo enmarcan en un aura de superioridad, de saber más, de ser objetiva… lo compramos fácilmente. Otra opción, sabiendo que la IA es una fantástica simuladora, es que esos consejos lleven un prompt asociado: no solo decirle ‘oye me pasa esto’, sino darle un marco —‘háblame como psicólogo, como cura’— porque así sabes qué estará simulando y con qué sesgo hablará. La clave no es que desaparezca la herramienta, sino generar espacios donde las nuevas generaciones la usen sin depender totalmente de ella«, contó en la mesa redonda Ignacio Crespo.
«Las redes sociales nos filtran por edad y género: a muchas chicas les aparece maquillaje y a los chicos fútbol, aunque no les guste. Esto refuerza roles y contribuye a la polarización: las mujeres consumen más contenido hecho por mujeres y algunos hombres, con sensación de inferioridad, recurren a discursos tradicionales como la manósfera o las tradwives. Los jóvenes somos conscientes del tiempo que dedicamos y del poder del algoritmo; yo misma dejé Instagram por el enganche, pero acabé en YouTube durante horas. No creo que falte pensamiento crítico, sino herramientas para filtrar contenidos, un problema que afecta también a adultos y niños», dijo Marta Mateo, activista juvenil.
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