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Francisco Mesonero Fernández de Córdoba, Director General de la Fundación Adecco, es una figura clave en la evolución de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad en España. Con más de tres décadas de trayectoria, su visión nace de una vocación temprana: “Supe desde el principio que la Responsabilidad Social era el camino adecuado para canalizar mi interés innato por ayudar y dejar una huella positiva”.
Desde sus inicios en la Expo 92, una experiencia que define como “vibrante y transformadora”, Mesonero ha sido testigo directo de cómo la Responsabilidad Social ha pasado de ser una “moda pasajera” a convertirse en un “imperativo de competitividad”. Hoy, asegura, “la Sostenibilidad ya es parte intrínseca del tejido empresarial”.
En un contexto marcado por los desafíos regulatorios, la polarización ideológica y la urgencia social, Mesonero insiste en el poder del propósito como motor: “No se trata solo de qué hacemos, sino de por qué lo hacemos”. En su recorrido, destaca hitos como los primeros códigos de conducta, las políticas de diversidad, equidad e inclusión, y proyectos como la Alianza #CEOporLaDiversidad, que ya cuenta con cerca de un centenar de líderes comprometidos con un modelo empresarial más inclusivo.
A propósito del 20º aniversario de Corresponsables, subraya que “Corresponsables ha sido un actor clave en el desarrollo y avance de la Responsabilidad Social en España. No solo dio voz a las empresas en los inicios, sino que ha sabido anticiparse y marcar tendencias”.
Y concluye con una mirada al futuro: “La Responsabilidad Social se escribe en clave de innovación, colaboración y autenticidad. El reto es pasar del storytelling al storydoing”.
Francisco, ¿por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
He tenido la suerte de crecer en un entorno familiar que valoraba la importancia de ayudar y dejar una huella positiva en los demás; por eso creo que desarrollé una inclinación natural hacia ello. Cuando me incorporé al mercado laboral, supe desde el principio que la Responsabilidad Social, que tanto empezaba a resonar en los años 90, era el camino adecuado para canalizar este interés innato. Y en torno a ella he desarrollado mi carrera profesional.
En el año 92, trabajando en la entonces Ecco (hoy Grupo Adecco), fui enviado a Sevilla a organizar la oferta de servicios con vistas a las obras y pabellones de las empresas participantes en la Expo 92. Imagínate la experiencia. Entonces yo era un joven en la veintena, con mucha energía e ilusión, que tuvo la oportunidad de formar parte de un gran evento que marcaría mi trayectoria profesional para siempre.
“Supe desde el principio que la Responsabilidad Social era el camino adecuado”
Creo, sin duda, que la visión que he desarrollado de la Sostenibilidad está forjada por aquella vibrante y transformadora Exposición Universal. De algún modo, fue la antesala de lo que hoy se conoce como “marca España” y sirvió de preludio para el desarrollo de la Responsabilidad Social tal como la entendemos actualmente. Aunque la Sostenibilidad no era un concepto asentado en ese momento, se empezaron a vislumbrar iniciativas y principios que la consolidarían como fenómeno.
“La visión que he desarrollado de la Sostenibilidad está forjada por aquella vibrante y transformadora Exposición Universal”
En la Expo 92, las compañías tuvieron la oportunidad de posicionarse como actores responsables y sostenibles, prácticamente por primera vez. Fue un acontecimiento que simbolizó un cambio de mentalidad, en el que la participación empresarial fue más allá del patrocinio, preparando el camino hacia un concepto de empresa que contribuye no solo a la economía, sino también al desarrollo sostenible y a la cohesión social.
¿Cómo era el panorama de la Responsabilidad Social cuando comenzaste en comparación con cómo es hoy?
Era un panorama ilusionante, estaba todo por hacer. Por aquel entonces, la Responsabilidad Social era un concepto emergente, más asociado a la filantropía y a acciones puntuales, que a una estrategia integral de negocio. Había que convencer a las empresas y a los equipos directivos de que la Responsabilidad Social era mucho más que una moda pasajera. En realidad, era un reto que había llegado para quedarse.
Hoy en día, el panorama ha cambiado drásticamente. La Sostenibilidad ya es parte intrínseca del tejido empresarial, se ha convertido en un imperativo de competitividad y en una exigencia por parte de todos los grupos de interés.
Es alentador observar cómo las empresas están cada vez más comprometidas y alinean sus objetivos de Sostenibilidad con los de negocio. Sin embargo, todavía hay muchos retos, sobre todo en materia de diversidad, equidad e inclusión —algunos segmentos de la población siguen encontrando grandes barreras—, y también hay cierto riesgo de greenwashing y de bajo impacto de algunas iniciativas, si no van respaldadas por una estrategia sólida.
“La Responsabilidad Social era mucho más que una moda pasajera. Era un reto que había llegado para quedarse”
Es muy importante seguir trabajando para implicar a los Comités de Dirección y generar capilaridad en toda la organización, de modo que las acciones tengan un impacto real y duradero.
Francisco, ¿cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la Responsabilidad Social en las últimas dos décadas?
Conozco a Corresponsables desde sus inicios en 2005. Por aquel entonces, la Fundación Adecco contaba con seis años de trayectoria, y siempre hemos compartido los mismos valores, con una colaboración y sintonía constantes a lo largo del tiempo. Corresponsables es un referente en el sector que ha contribuido a visibilizar y profesionalizar la Responsabilidad Social en España.
“Corresponsables ha sido un actor clave en el desarrollo y avance de la Responsabilidad Social en España”
Corresponsables ha sido un actor clave en el desarrollo y avance de la Responsabilidad Social, no solo porque ha dado voz a las empresas que apostaban por ella cuando aún era un concepto incipiente, sino porque ha logrado anticiparse y marcar tendencias, estableciendo marcos de referencia que han servido de guía a muchas compañías.
La publicación ha sabido conectar a empresas, entidades sin ánimo de lucro y expertos, creando una comunidad de conocimiento y buenas prácticas compartidas. Todo ello ha impulsado a muchas organizaciones a dar un paso adelante y a desarrollar su Responsabilidad Social de manera más estratégica.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
Son tantos que cuesta enumerarlos. Destacaría, entre otros, la emergencia de los primeros códigos de conducta en los años 90, y, más adelante, el creciente desarrollo de las políticas de Diversidad, Equidad e Inclusión.
Dentro de estas políticas, es significativa la apuesta por las personas con discapacidad, que ya no es solo una obligación legal, sino también una ventaja competitiva. Asimismo, las políticas de talento sénior han emergido con fuerza, y las compañías son cada vez más conscientes de la necesidad de contar con profesionales mayores de 50 años, en un contexto de envejecimiento sin precedentes.
“La Sostenibilidad ya es parte intrínseca del tejido empresarial”
También es destacable el tsunami regulatorio relacionado con los criterios ASG que estamos viviendo en Europa, y que establece estándares mínimos de Sostenibilidad para todos los Estados miembros.
Sin embargo, se está generando una gran polaridad ideológica en torno a la diversidad, equidad e inclusión, lo que dificulta su implementación y la búsqueda de soluciones reales para eliminar brechas sociales.
Por último, merece una mención especial la pandemia, que puso a prueba la Sostenibilidad de las empresas y revalorizó conceptos como el bienestar de los profesionales, la cadena de suministro responsable o la resiliencia como valor clave para afrontar cualquier crisis.
¿Qué lecciones has aprendido, Francisco, a lo largo de tu carrera en Responsabilidad Social?
El ámbito de la Responsabilidad Social es un continuo aprendizaje. Una de las grandes lecciones es que el propósito es un gran motor de Sostenibilidad. Aquellas compañías que tienen una misión clara desarrollan mayor capacidad para conectar con sus grupos de interés y generar confianza. En definitiva, no se trata solo de qué hacemos, sino de por qué lo hacemos.
Por otra parte, la colaboración y las alianzas son esenciales. Las mejores soluciones se encuentran en la cooperación entre todos los agentes sociales, destacando la colaboración público-privada y el apoyo de las empresas al tercer sector.
“Las mejores soluciones se encuentran en la cooperación entre todos los agentes sociales”
En la misma línea, la transparencia es un elemento clave que genera confianza y fortalece la relación con todos los grupos de interés. La honestidad a la hora de comunicar tanto éxitos como áreas de mejora es la base para construir relaciones sólidas y duraderas.
Por último, es importante señalar que cuando crees que estás en la vanguardia de la Sostenibilidad, es el momento de volver a empezar. Siempre hay nuevas metas, desafíos y expectativas. La Sostenibilidad es un proceso continuo de mejora, que exige humildad para aprender, valentía para cambiar y persistencia para seguir adelante.
¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la Responsabilidad Social?
La Alianza #CEOporLaDiversidad, nacida en 2019 de la colaboración entre la Fundación Adecco y la Fundación CEOE, y que hoy integra a cerca de un centenar de CEO comprometidos en torno a una visión común e innovadora de la diversidad, equidad e inclusión.
“La Sostenibilidad exige humildad para aprender, valentía para cambiar y persistencia para seguir adelante”
Su implicación está siendo clave para acelerar estrategias que mejoren la competitividad empresarial y reduzcan la desigualdad y exclusión en la sociedad española.
Querido Francisco, ¿cómo ves el futuro de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas para las próximas dos décadas?
Atravesamos un punto de inflexión en el que las empresas tienen la oportunidad de consolidar su papel como agentes de cambio social. Pero esto requiere un compromiso firme y una adaptación constante a un entorno regulatorio en evolución, en el que deberán ir más allá del cumplimiento normativo.
Además, es fundamental combatir el greenwashing y asegurar la autenticidad, respaldando la comunicación corporativa en acciones tangibles y medibles. En otras palabras, hay que dar coherencia al storytelling para que coincida con el storydoing.
“La honestidad a la hora de comunicar tanto éxitos como áreas de mejora es la base para construir relaciones sólidas y duraderas”
Por otra parte, emergen muchas oportunidades. Creo que el futuro de la Responsabilidad Social se escribe en clave de innovación y desarrollo de nuevos modelos de negocio. La transición hacia una economía más sostenible está impulsando la innovación en productos y servicios.
Además, el futuro pasa por fortalecer alianzas entre el sector público y privado, de cara a afrontar desafíos sistémicos como la exclusión social y laboral.
Para concluir, ¿qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Creo que hay que responder a esta pregunta en clave de intercambio generacional. El desarrollo y avance de la Responsabilidad Social va a depender, en gran medida, de la interacción entre generaciones y del compromiso que cada una desarrolle.
Los más jóvenes tienen un gran potencial para ello, a tenor de valores habitualmente presentes en ellos como la energía, la creatividad, la exigencia de cambio o la apertura a la diversidad.
Mientras tanto, los sénior aportan experiencia, perspectiva y conocimiento, fundamentales para seguir avanzando.
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