María López Fernández-Pacheco, Jefa de la División de Clientes y Responsabilidad Social Empresarial de ENAIRE, es una profesional comprometida con la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. Con una sólida formación en Derecho, ADE y Cooperación Internacional, comenzó a involucrarse en el ámbito de la RSE a través de proyectos de voluntariado. Fue en esos primeros años cuando comenzó a entender el verdadero impacto que las organizaciones podían tener en su entorno social y medioambiental. “La RSE es una de las formas más poderosas para generar un impacto positivo en la sociedad, y entender cómo las empresas pueden contribuir a mejorar las condiciones de vida de las personas es algo que me apasiona desde el principio”, explica María.
Desde que asumió un puesto en ENAIRE en 2018, ha sido una de las principales impulsoras de la estrategia de Responsabilidad Social Empresarial de la empresa, alineándola con la Agenda 2030 de Naciones Unidas y los ODS. “Integrar la sostenibilidad en nuestra estrategia empresarial no solo es un compromiso ético, sino también un motor para el desarrollo empresarial. La clave está en involucrar a todos los actores que pueden hacer realidad un desarrollo sostenible”, afirma.
En esta entrevista, María reflexiona sobre los avances que ha experimentado la RSE en las últimas dos décadas, subrayando el impacto de hitos como la Agenda 2030 y el Acuerdo de París. Sin embargo, uno de los aspectos que destaca con más orgullo es el papel que medios como Corresponsables han jugado en el impulso de la RSE. María señala que “Corresponsables ha sido un aliado fundamental para el sector, proporcionando un espacio donde compartir buenas prácticas y fortalecer redes de colaboración”. A su juicio, la capacidad de Corresponsables para crear redes, facilitar la formación y comunicar iniciativas de éxito ha sido clave para sensibilizar a las empresas y la sociedad sobre la importancia de la Sostenibilidad.
Este año, al celebrarse el 20 aniversario de Corresponsables, María destaca cómo la plataforma ha sido esencial para que muchas empresas avancen en sus objetivos de Sostenibilidad. “En momentos en los que la presión regulatoria y la demanda social exigen más de nosotros, medios como Corresponsables ayudan a consolidar un enfoque estratégico de la Sostenibilidad. Gracias a ellos, el impacto de la RSE ha dejado de ser un concepto abstracto y ha pasado a formar parte del ADN de las empresas”.
A lo largo de esta entrevista, María no solo repasa el panorama de la RSE y la Sostenibilidad en España, sino que también reflexiona sobre las lecciones aprendidas en su carrera, el futuro de la RSE y el papel esencial de las nuevas generaciones para continuar el legado de la Sostenibilidad.
María, ¿cuándo y por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Soy Licenciada en Derecho y ADE y me formé como Técnico Superior en Cooperación Internacional en 2009. Mis primeros contactos con la responsabilidad social fueron a título particular, a través de proyectos de voluntariado donde pude conocer las actividades que realizaban otras empresas junto con el tercer sector. Ahí fui consciente de cómo las organizaciones podían impulsar acciones que mejoraran las condiciones sociales y medioambientales de su entorno. Tuve la oportunidad en el año 2018 de conseguir un puesto en mi empresa para sentar las bases de una estrategia de Responsabilidad Social Empresarial, lo cual estaba totalmente en línea con los valores y conceptos que había desarrollado años atrás y, una vez aterrizada dicha estrategia recabando las necesidades y expectativas de nuestros grupos de interés, comenzar el análisis de nuestra contribución empresarial a la Agenda 2030 de Naciones Unidas.
Me especialicé a nivel académico gracias a entidades como la AEC y el CMI Business School y con el apoyo de grupos de trabajo, mis homólogos en otras empresas y entidades como Forética, Pacto Mundial o medios como Corresponsables, desarrollar en la organización el concepto de la RSE y el desarrollo sostenible, pudiendo llevar a cabo iniciativas y acciones de sensibilización para integrar los ODS en el plan estratégico de la empresa. Sin duda, la aprobación de la Agenda 2030 de la ONU para mí fue un hito y un marco inspirador. En especial el conseguir involucrar a todos los actores que pueden hacer realidad un desarrollo sostenible es una garantía de éxito en la que quiero estar involucrada, y su lema «no dejar a nadie atrás«, recogido en su preámbulo, se alinea profundamente con los valores de todos aquellos que pensamos que un mundo mejor, más justo y equitativo es posible.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
El panorama ha cambiado mucho en estos años. Cuando empecé a acercarme a la RSE, esta se entendía todavía como una iniciativa voluntaria que desplegaba acciones aisladas, asociadas a la filantropía. Después, pasó a ser una ventaja competitiva que empezaba a incluirse en los planes estratégicos de las empresas contando con el apoyo de la Dirección. Hoy día y, sin duda, gracias a la presión regulatoria y las demandas de los inversores y la sociedad que han hecho avanzar el concepto de Sostenibilidad en sus tres pilares: social, ambiental y económico, trayéndonos el concepto de la ESG a la gestión, encontramos que la RSE se ha integrado en ese concepto para definir modelos de negocio sostenibles como una herramienta indispensable para el desarrollo de acciones, colaboraciones y reporte a los grupos de interés.
La Sostenibilidad nos ha dado un marco más amplio y un impulso mayor, pero los profesionales de la RSE seguimos realizando actuaciones con los mismos objetivos que veníamos desarrollando durante años y que, en mi caso, cuando explico el propósito de mi trabajo siempre defino como hacer de nuestra empresa una “mejor persona”.
Querida María, ¿cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Conocí a Corresponsables en mis primeros años en el ámbito de la RSE. Recuerdo haber acudido a vuestros eventos y el poder escuchar las buenas prácticas de otras empresas y compartir experiencias me ayudó mucho a recabar información suficiente y sentirme más arropada para poder proponer a nuestro Director General diferentes acciones, entre ellas y como anécdota, una entrevista sobre la relevancia de la RSE que publicasteis hace años. En aquel momento contar con el apoyo de la Dirección fue fundamental y la preparación de aquella entrevista supuso exponer y debatir algunos temas que no se habían puesto sobre la mesa hasta entonces.
Creo que la RSE y la Sostenibilidad son materias en las que continuamente estamos aprendiendo los unos de los otros y contar con medios como Corresponsables en los que se favorece la creación de redes, la formación y la comunicación de iniciativas de éxito, ha ayudado mucho a elevar la conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad entre las empresas y la sociedad.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
En mi opinión, los hitos más significativos en estas décadas han sido la adopción de la Agenda 2030 y el Acuerdo de París. Ambas iniciativas han constituido poderosas llamadas a la acción, especialmente para gobiernos y empresas. En particular, el impulso al ODS 13 sobre cambio climático, al ODS 5 de igualdad de género y al ODS 8 de trabajo decente ha sido fundamental para establecer estas áreas como prioridades en las agendas. Este enfoque ha coincidido con un entorno de creciente presión regulatoria que ha llevado a las empresas a integrarlas en sus estrategias en las últimas dos décadas.
Según datos de Pacto Mundial, en 2018, el 35% de las empresas españolas implementaba acciones en Sostenibilidad, y para 2022, el 57% contaba con un departamento especializado en este ámbito, lo cual es muy significativo.
Además, es importante resaltar la evolución en la divulgación de información sobre sostenibilidad, impulsada por las recomendaciones de inversores, reguladores y supervisores del mercado financiero. La aprobación de la Ley 11/2018, que unificó los informes en torno a aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, marcó un hito y presenta numerosos desafíos, especialmente con la llegada de la Directiva CSRD y la transición hacia los estándares de reporte ESRS.
María, ¿qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
Una de las lecciones más importantes en mi caso ha sido que la comunicación y la transparencia son esenciales. Es fundamental no solo implementar acciones asociadas a la RSE, sino también reportar y comunicar adecuadamente los resultados y los desafíos tanto a la sociedad como a las personas de nuestras empresas. Tenemos que ser conscientes de que este enfoque no solo es rentable, sino que es además un diferenciador competitivo. La clave para el futuro está en las empresas que elijan un modelo de negocio más sostenible, alineado a sus valores, y así debe entenderlo toda la empresa.
También he aprendido que medir el impacto de las iniciativas de RSE para poder hacer esa comunicación efectiva, nos permite no solo demostrar a los grupos de interés el impacto social y el valor tangible que estas acciones aportan, sino también identificar áreas de mejora que nos ayuden a continuar avanzando.
Por otro lado, destacaría la importancia de la colaboración como una lección aprendida: trabajar en alianza con otras organizaciones, tanto del sector privado como del público y la sociedad civil, enriquece las iniciativas y amplifica su impacto.
Y por último, como lección fundamental, he aprendido que contar con el apoyo de la Dirección y que esto es una carrera de fondo: la persistencia y constancia son fundamentales para integrar la Sostenibilidad en las iniciativas estratégicas.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
El futuro de la RSE y la Sostenibilidad en España lo veo bastante prometedor. Muchas empresas están haciendo los deberes, aunque enfrentamos retos significativos.
En 2022, casi la mitad de las empresas españolas afirmaba que la incorporación de la sostenibilidad y los ODS había tenido un impacto positivo en sus resultados económicos, y el 79% señaló ventajas competitivas derivadas de estas prácticas. Dos años después, este segundo porcentaje ha aumentado al 84%.
Entre los retos, destacaría la necesidad de una regulación más integrada y sencilla que garantice su efectividad y facilite la implementación de prácticas sostenibles. La presión regulatoria ha actuado como palanca, incentivando a las empresas a adoptar estrategias más sostenibles, aunque ha incrementado la complejidad en dicha implementación.
Mi perspectiva es que la RSE evolucionará hacia un enfoque más integrado y estratégico, en el que la Sostenibilidad será una consideración fundamental en la toma de decisiones. La creciente concienciación sobre el impacto social y ambiental de las actividades empresariales será un imperativo, especialmente para los nuevos líderes en sectores como el aeronáutico, quienes deberán comprender y valorar estas dimensiones en sus estrategias.
Para concluir, María, ¿qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Las nuevas generaciones deben convertirse en auténticos líderes en la promoción de la RSE y la Sostenibilidad. Veo fundamental que analicen y comprendan en profundidad el impacto de las decisiones y actividades empresariales en el entorno social y ambiental, y que asuman la responsabilidad de la construcción de un futuro más equitativo y sostenible.
La educación y la formación juegan aquí un papel crucial. Es vital que las instituciones educativas integren temáticas de RSE y sostenibilidad en sus planes de estudio, fomentando así la cultura del pensamiento crítico y la capacidad de innovar para conseguir soluciones orientadas a la Sostenibilidad. Tenemos que proporcionarles las herramientas necesarias para comprender y abordar los complejos desafíos que enfrenta nuestra sociedad y que les ayuden a desarrollar las capacidades necesarias para encontrar soluciones creativas y efectivas.
Creo también que sería especialmente relevante que las nuevas generaciones se involucrasen activamente en la formulación de políticas y la toma de decisiones. Su perspectiva y aproximación a las tecnologías emergentes pueden brindar la capacidad de impulsar prácticas más sostenibles y responsables, desde el interior de las empresas hasta las comunidades en las que operan.
De la misma manera, también es fundamental que estas generaciones se conviertan en defensores de la transparencia y la ética en sus organizaciones. La exigencia de prácticas sostenibles y responsables no debe ser solo una expectativa, sino un estándar que los mismos jóvenes deberían promover en su entorno, creando empresas que sean verdaderos agentes de cambio positivo y motor de un desarrollo sostenible a largo plazo.
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