Nos enfrentamos como sociedad a uno de los momentos más críticos de nuestra historia. La lucha contra el cambio climático y la injusticia social no son problemas aislados y desconectados entre sí: son síntomas de un sistema que necesita una transformación urgente. Estos desafíos exigen respuestas innovadoras, pero sobre todo, requieren acciones colectivas, inmediatas, coordinadas y con visión de largo plazo.
Durante demasiado tiempo, la mayoría de las soluciones planteadas se han basado en esfuerzos fragmentados y experiencias individuales. Sin embargo, ya no basta con iniciativas aisladas. La sostenibilidad, entendida en su dimensión ambiental, social y económica, es una prioridad que exige una perspectiva global y acciones coordinadas de todos los agentes de la sociedad. La interdependencia entre sectores y actores nos obliga a trascender las respuestas fragmentarias y construir una agenda común que promueva el bienestar colectivo.
Este contexto nos lleva a una pregunta fundamental: ¿Cuál debe ser el rol de las empresas en la sociedad del presente? La respuesta es clara: ya no es suficiente con generar únicamente beneficios económicos para el accionista. Se espera de las compañías que integren de forma explícita el impacto social y ambiental en el centro de su modelo de negocio. De hecho, según el último estudio de reconocimiento social y tendencias de consumo de B Lab Spain (2025), nueve de cada diez personas en España exigen a las empresas que tengan en cuenta a todos los grupos de interés en la toma de decisiones. Esto no es sólo una exigencia ética, sino también una estrategia de competitividad, reputación y perdurabilidad a largo plazo para las compañías.
Las organizaciones que liderarán el futuro serán aquellas que se atrevan a impulsar procesos de transformación profunda. Organizaciones capaces de redefinir su propósito, de operar bajo principios regenerativos y de colaborar activamente con actores clave (gobiernos, sociedad civil, academia, tercer sector) y en la construcción de soluciones sistémicas. La naturaleza de los desafíos que enfrentamos no admite respuestas unilaterales. Solo una acción colectiva, orquestada desde múltiples sectores y niveles, tendrá la capacidad de generar un cambio duradero.
Si bien esta transformación exige un compromiso activo, existen fechas simbólicas como el Día Mundial del Medio Ambiente que nos invitan a una reflexión estratégica: ¿Estamos logrando movilizar cambios con efectos concretos en el corto y largo plazo? ¿Estamos dispuestos, como sociedad, a replantear nuestras prioridades en favor de un futuro más justo y habitable? Sin duda, el momento de actuar no es un horizonte lejano, es ahora. Debemos ser capaces de vivir en armonía con el planeta, sembrar conciencia social y medioambiental, apostar por medidas en favor de la regeneración del planeta y fomentar la acción entre empresas, gobierno y ciudadanía.
En este contexto, el movimiento B Corp ofrece un modelo empresarial que busca responder de forma colectiva a estos desafíos, con la visión de avanzar hacia una economía más inclusiva, regenerativa y equitativa. En un mundo todavía regido por lógicas económicas tradicionales, la verdadera transformación comienza en el corazón del tejido empresarial: en líderes y organizaciones que demuestran que generar valor económico e impacto positivo no son objetivos opuestos, sino profundamente interdependientes.
Los nuevos estándares B Corp son reflejo de esta ambición: un marco más exigente, claro y medible que introduce siete temas de impacto clave que responden a los principales desafíos del presente: desde la acción climática y la justicia, equidad, diversidad e inclusión hasta los derechos humanos, la circularidad y el trabajo justo. Estos nuevos estándares no solo elevan el listón del impacto empresarial, sino que ofrecen una hoja de ruta clara para que todo el tejido empresarial pueda medir, gestionar y mejorar su impacto.
Hoy, miles de empresas alrededor del mundo ya se han sumado a este movimiento global que está redefiniendo el papel del sector empresarial. La comunidad B Corp se ha consolidado como un referente para aquellas organizaciones que buscan integrar la sostenibilidad, de forma estructural y no periférica, en su estrategia de negocio y en su operativa diaria. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. En este contexto, el Día Mundial del Medio Ambiente no es solo una conmemoración simbólica, sino que se convierte en un llamado urgente y colectivo a redefinir nuestra manera de habitar, producir y convivir en este planeta. Es un recordatorio ineludible de que todos los actores, públicos, privados o individuales, tenemos un papel determinante que ejercer en la construcción de un futuro más justo, resiliente y sostenible.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Medioambiente.