Los modelos de negocio de los bancos han evolucionado significativamente en las últimas décadas. La globalización y la innovación tecnológica llevaron a una diversificación de los modelos de negocio bancarios. Así se ha llegado al modelo actual en el que los bancos también participan en actividades de inversión, gestión de activos y servicios de asesoramiento financiero.
Con toda esta actividad, resulta obvio decir que la banca, como pilar fundamental de la economía, tiene un impacto muy significativo en la sociedad y que cada vez es mayor. Este impacto se manifiesta en múltiples dimensiones, desde las que se entienden como más relacionadas con su actividad directa, como la inclusión financiera, hasta otras en las que ha ganado protagonismo por la necesidad de inversión para afrontar los desafíos globales que tenemos por delante, como la transición hacia una economía verde, con la descarbonización y las energías limpias.
En el sector bancario tenemos la capacidad de influir en la vida de millones de personas. A través de nuestra actividad, con nuestros productos y servicios, los bancos facilitamos el acceso al crédito, fomentamos el ahorro y facilitamos la inversión en proyectos para que empresa y hogares puedan impulsar el desarrollo económico sostenibles. Toda esta capacidad de influir en el sistema económico y en la sociedad también supone una responsabilidad muy significativa.
Por eso, CaixaBank destaca como referente en sostenibilidad, por cómo tenemos integrado este ámbito en nuestra gobernanza, en la estructura de gestión y en nuestro modelo de negocio, lo que nos permite no solo generar beneficios económicos, sino también contribuir a través de la búsqueda de generación de impacto social y ambiental positivo.
Desde CaixaBank hemos cumplido con nuestros objetivos de movilización de finanzas sostenibles, más de 86.700 millones de euros entre 2022 y 2024, que junto a un asesoramiento especializado nos ha permitido acompañar a nuestros clientes para que inicien o puedan acelerar sus proyectos sostenibles.
Esta actividad financiera se puede traducir en impacto. Y es que parte de la movilización se ha hecho mediante la emisión de bonos verdes y sociales. Con los primeros, los fondos obtenidos se han comprometido en proyectos medioambientales o relacionados con el cambio climático, y se han logrado impactos muy relevantes como evitar la emisión de más de tres millones de toneladas de CO2 o facilitar que se puedan generar más de 13.000 GWh anuales en energía renovables, por ejemplo.
Gracias a las emisiones de bonos sociales, para financiar proyectos que tienen como objetivo solucionar o mitigar problemas sociales o para determinados colectivos sociales, se han conseguido impactos como la inversión en incrementar en 12.214 el número de camas hospitalarias o que se hayan mejorado las condiciones educativas en 22 centros en favor de casi 24.500 estudiantes, entre otros muchos impactos.
Todo esto forma parte de nuestra estrategia de sostenibilidad, con esfuerzos de inversión, de recursos y de negocio planificados de manera adecuada. Pero cuando ocurre un fenómeno imprevisto, como la pasada DANA, que requiere una reacción inmediata para atender necesidades tan diversas y complejas como han sucedido, es cuando también se destapa el ADN de una entidad como CaixaBank. Es cuando se manifiesta de la forma más evidente el valor social de la banca y cuando el propósito de estar cerca de las personas para lo que importa cobra más sentido.
Es en momentos así cuando sale a la luz la esencia del banco: su compromiso social fundacional. Solo en 24 horas se puso en marcha un plan de medidas de afectados, para clientes y no clientes, que iban desde soluciones de financiación, con líneas de crédito ventajosas, moratorias en pagos o la asistencia bancaria con oficinas móviles, hasta iniciativas menos del contexto financiero, como apoyar en agilizar los trámites con seguros, habilitar una plataforma para la recaudación de donativos y el apoyo de los voluntarios de CaixaBank.
Por iniciativas como estas, hace pocas semanas CaixaBank ha sido premiada por la revista Global Finance a nivel mundial como Mejor Banco en Bonos Sociales y Mejor Banco por su Apoyo a la Sociedad. Reconocimientos como estos nos sirven para mantener nuestra convicción con nuestro compromiso de ser útiles a la sociedad y que se perciba claramente que ser sostenibles para nosotros no es una tendencia, si no una manera de entender cómo hacer banca puede servir para garantizar un futuro próspero y responsable, por lo que tenemos que estar en una continua adaptación y evolución a las necesidades reales de la economía y de las personas.
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