Hace apenas unas semanas, tuve el orgullo de acompañar a mi madre, María Teresa Rodríguez, a la entrega del IX Premio Reino de España a la Trayectoria Profesional, con el que el Rey Felipe VI, quiso reconocer toda una vida dedicada al desarrollo económico y social de nuestra tierra. Emocionada, comprobé cómo la mirada llena de humildad y agradecimiento que mi madre dedicó a los muchos asistentes al acto de entrega del galardón era la misma con la que dirigió durante tantas décadas Galletas Gullón. Aquella mañana, en el Palacio Real de El Pardo, ese orgullo fue triple: como hija, como mujer y como presidenta de Galletas Gullón.
Como hija, evidentemente, porque conozco de primera mano el esfuerzo y valentía con la que, tras el fallecimiento de mi padre, se puso al frente de la compañía. Desde aquel momento, en 1983, y con tesón, humildad y visión estratégica, lideró una transformación basada en la reinversión continua de beneficios, la modernización industrial y el impulso a productos saludables cuando este concepto aún era prácticamente una excentricidad. Todo ello apoyada por un equipo directivo profesional liderado por Juan Miguel Martínez Gabaldón. Cuando en 2019 me cedió la presidencia, Galletas Gullón ya se había convertido en el referente internacional del sector agroalimentario que es hoy.
Como mujer, nunca le estaré lo suficientemente agradecida por su valentía, por dar un paso al frente y liderar una empresa en una época en la que el liderazgo femenino era, por desgracia, tan escaso. Y lo hizo demostrando decisión, coraje y capacidad, apostando por la innovación y la internacionalización. Sin duda, María Teresa fue una pionera que marcó el camino a las muchas mujeres que seguimos su ejemplo y a las muchas que lo seguirán haciendo el día de mañana.
Y por supuesto, como Presidenta de Galletas Gullón que es una empresa presente en todo el mundo, con una facturación de 697 millones de euros, de los cuales el 44% procede de mercados internacionales. Una empresa que genera empleo de calidad con más de 2.200 puestos de trabajo, siendo uno de los mayores empleadores de Castilla y León, y demostrando que la España rural tiene mucho que ofrecer. Una empresa, además, que reivindica esas raíces de esfuerzo, pero también de comunidad, que tanto nos enorgullecen.
Mantenemos un firme compromiso por nuestra tierra, colaborando con organizaciones y entidades en los ámbitos social, deportivo o cultural, además de contribuir al gran desafío del cambio climático al reducir, año tras año, nuestras emisiones de carbono.
Hoy, María Teresa, como Presidenta de honor de Galletas Gullón, continúa siendo un ejemplo para todos los que tenemos la suerte de tenerla cerca. Su mirada, esa mirada llena de humildad que tanto me emociona, es también símbolo de esfuerzo, visión y amor por su tierra. Y continuará siendo nuestra fuente de inspiración por mucho tiempo.
Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Gullón en el Anuario Corresponsables 2025.

