El precio de la sostenibilidad: ¿es más caro reciclar?

07-06-2022
Equipo de Kömmerling

Antes de hablar de costes es importante entender qué es el reciclaje y cómo repercute en nuestro ecosistema. Solo así comprenderemos porqué desde mediados de los 90 adquirió un valor cada vez más importante, tanto en los hogares españoles como en las empresas y administraciones públicas. Si nos ceñimos a su definición, el reciclaje es “un proceso cuyo objetivo es convertir residuos en nuevos productos o en materia prima para su posterior utilización”.

Basándonos en esta explicación su incorporación ya podría entenderse como una práctica elegible, cuya puesta en marcha dependa de cada empresa u organismo. Sin embargo, esto adquiere otra perspectiva cuando entramos en el contexto de cómo es el planeta en el que vivimos y qué impacto medioambiental tienen las empresas y su actividad.

El reciclaje es el camino para que un material vuelva a ser materia prima en lugar de residuo, asegurando así el futuro de la actividad industrial y la supervivencia de los recursos naturales. Esto también supone un ahorro del consumo energético. Por ejemplo, el PVC reciclado consume un 90% menos de energía que la necesaria para obtener PVC virgen.

Al margen de los beneficios que el reciclaje puede suponer para el propio devenir de una empresa, no podemos olvidar que vivimos en comunidad y en un planeta que debemos cuidar. Es en este punto donde el reciclaje deja de suponer un beneficio directo para las empresas y pasa a ser una necesidad medioambiental.

Reciclar no solo supone un ahorro de recursos materiales y una disminución del volumen de desperdicios, sino también una reducción de las emisiones de CO2 que se emiten a la atmósfera (como decíamos, se consume menos energía reciclando) y de la cantidad de residuos que se generan. “Aplicando un modelo de economía circular, en nuestra producción hemos reducido las emisiones de CO2 en un 40% en los últimos cinco años”, afirma Ignacio Mayoral, director de operaciones de KÖMMERLING, fabricantes de sistemas de ventanas de PVC.
 
No basta con reciclar, debemos ir más allá

No debemos tomarnos el reciclaje como una moda a la que hay que sumarse, sino que debe formar parte de nuestra conciencia empresarial. Es importante que las corporaciones estén lideradas por personas que pongan en valor la responsabilidad social ambiental, entendiendo esto como la forma de contrarrestar el impacto medioambiental de la empresa.

Por eso debemos ir más allá, transformando nuestros procesos productivos en modelos circulares en los que aplicar las 3 famosas erres de las que tanto se habla: reciclar, reducir y reutilizar. Incluso, desde KÖMMERLING, nos cuentan que añadirían una cuarta R: responsabilidad. No solo se trata de darle una segunda vida al material sobrante o a un producto cuando finaliza su vida útil, sino de ser óptimos durante todo el proceso productivo, minimizando al máximo los posibles residuos y desperdicios. Ser responsable y hacernos preguntas como: ¿dónde acaban los residuos que genera mi empresa? ¿Puedo reducir la cantidad de desperdicios?

No se trata de reciclar por reciclar, como si fuese un check de una lista que hay que marcar, debemos buscar la eficiencia en el reciclado. Cómo somos capaces de obtener lo máximo posible con el menor de los recursos”, afirma Mayoral. En este aspecto, la marca de perfiles de PVC lleva años implantando acciones con las que asegurar un proceso de fabricación de residuos cero. Partiendo de la formulación de PVC exclusiva de la marca, desde hace ya más de veinte años se incorpora un porcentaje de material reciclado en la mezcla, que en la actualidad llega al 50%; e incluso, en el Grupo los nuevos modelos incorporan ya hasta un 100% de material reciclado.

Y, por supuesto, con una formulación 100% reciclable y que únicamente utiliza estabilizados respetuosos con el medioambiente. Es aquí donde cobra especial importancia el concepto de reciclabilidad, “es fundamental, ofrecer productos reciclables y que ya cuenten con material reciclado”, afirman desde la marca.
 
Otras iniciativas de la marca en ese camino hacia la eficiencia medioambiental es su apuesta por la fabricación nacional, el hecho de producir en España permite reducir notablemente las emisiones de CO2 ligadas al transporte en la distribución. En la actualidad, KÖMMERLING trabaja pensando siempre en local, con proyectos de reciclaje de ventana terminada, que tienen como objetivo localizar las plantas de reciclaje en los diferentes países en los que la marca tiene presencia. Esto permitirá llevar a cabo un proceso de reciclaje de bajo impacto energético y completamente optimizado en términos de energía de desplazamiento y emisión de gases contaminantes.
 
¿Qué precio tiene reciclar?
 
No todas las empresas otorgan a la sostenibilidad el mismo valor. Pero partiendo del ejemplo de KÖMMERLING, podemos hacernos una idea de la cantidad de recursos, económicos y humanos, que implica poner en marcha un programa de desarrollo sostenible. Entonces… ¿Es caro reciclar? Pensemos primero en cuál es el coste medioambiental de no hacerlo.
 
El principal precio a pagar es la escasez de materias primas. Si seguimos consumiendo desmedidamente los recursos finitos del planeta, llegará un punto que su escasez disparará sus precios, a la vez que provocará daños irreparables en el ecosistema. ¿Qué pasaría si talásemos todos los árboles de la Tierra? ¿Y si se siguiesen vertiendo aguas residuales al mar? Todos conocemos la respuesta a estas preguntas, y más cuando ya hemos experimentado algunas de sus consecuencias, como los fenómenos meteorológicos extremos, el incremento de los incendios o la extinción de algunas especies.
 
“Por muy barato que algo sea si supone un mayor consumo de recursos limitados no podemos considerarlo barato. Por eso no hay que hablar de reciclaje como un coste, sino como un valor”, indica Ignacio Mayoral, de KÖMMERLING. En términos económicos, en nuestro imaginario tendemos a pensar que no reciclar es más barato que hacerlo, ya que estamos habituados a los modelos de economía lineal, en los que se produce, consume y deshecha.

Pero, ¿y si esto no fuese así? La realidad es que se necesita mucha más energía para extraer, procesar y transportar materias primas que para transformar materiales reciclados, por lo que el coste energético es menor si reciclamos. Indirectamente esto supone una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y de los residuos.
 
Pero podemos ir un poco más lejos. Si convertimos los residuos en materia prima para generar nuevos productos, con un coste energético de fabricación muy inferior y con la misma calidad y prestaciones que el producto virgen, ¿podemos empezar a asignar un valor al material recuperado? ¿Podríamos concienciarnos de que se trata en realidad de materia prima de segunda vida en lugar de residuos? ¿Cambiaría esto nuestra forma de hacer las cosas a nivel global? Con esta idea KÖMMERLING, dentro de su compromiso de residuos cero, tiene desde hace años un programa de compra y recogida de desperdicios de todos los fabricantes de su Red Oficial.
 
Y teniendo en cuenta todo esto, ahora cada uno de nosotros podemos contestar a la pregunta: ¿Qué precio tiene reciclar?

Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día del Medio Ambiente