En Takeda, llevamos 244 años evolucionando con el mundo. Nuestra historia nos ha enseñado que la cultura no se improvisa: se construye con tiempo y con decisiones basadas en valores. La integridad, la equidad, la honestidad y la perseverancia son siempre nuestro punto de partida. Y sobre esa base, lideramos con propósito y con un compromiso permanente con la innovación.
Nuestro propósito es claro: mejorar la vida de los pacientes. Es la brújula que guía nuestras decisiones, nuestras prioridades y nuestra forma de trabajar. En un entorno donde la velocidad del cambio desafía incluso a las organizaciones más consolidadas, tener un propósito compartido nos permite mantener el rumbo y adaptarnos con sentido.
Las expectativas de las personas han cambiado. Hoy, las personas buscamos algo más que un empleo: buscamos significado, conexión y autenticidad. Esta evolución no se trata de una moda, sino de una transformación profunda que nos desafía a repensarlo todo.
En Recursos Humanos, esta transformación nos impulsa a ir más allá de lo establecido. Debemos anticiparnos y rediseñar estructuras que respondan a lo que el talento necesita hoy y necesitará en el futuro. En Takeda, construimos experiencias profesionales que no solo atraen talento, sino que lo inspiran a quedarse y crecer.
Nuestro modelo de trabajo flexible, basado en el propósito, parte de una convicción, no de una concesión. Las personas deciden cómo y desde dónde trabajar en función del propósito de cada tarea. Si se trata de colaborar, compartir ideas o cocrear, la oficina se convierte en un espacio de encuentro y energía. Si se trata de concentrarse, reflexionar o avanzar en tareas individuales, el entorno remoto ofrece el foco necesario. Esta flexibilidad no solo mejora la productividad, sino que refuerza la confianza y la autonomía.
La diversidad, la equidad y la inclusión son también pilares fundamentales en nuestro camino. Fomentamos una cultura en la que cada voz se escuche y se valore, porque creemos firmemente que la pluralidad de ideas y experiencias son una fuente constante de innovación.
Nada de esto sería posible sin un liderazgo que acompañe. Un liderazgo que no imponga, sino que escuche, reconozca señales y genere espacios seguros. Invertimos en el desarrollo de nuestros managers para que se conviertan en referentes auténticos, capaces de inspirar y consolidar equipos resilientes. No desde la perfección, sino desde la coherencia. Porque entendemos que la clave del liderazgo transformador no reside en tener todas las respuestas, sino en saber hacer las preguntas correctas.
Ser reconocidos como la mejor empresa para trabajar no es un logro puntual. Es una responsabilidad que se renueva cada día. En Takeda, la asumimos con orgullo y con humildad. Nuestro equipo de Recursos Humanos no busca reconocimiento: busca impacto. Lo consigue porque tiene hambre, mantiene el foco y sabe que innovar no es una opción: es el único camino.
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