Un año más, llega el Día Mundial del Refugiado. Un año más en que las cifras nos invitan a reflexionar. Un año más, organizaciones como ACNUR nos recuerdan cuántas personas se han visto obligadas a dejarlo todo atrás: su hogar, su tierra, sus recuerdos. Un año más, millones de personas se enfrentan a una situación límite que no podemos ignorar.
Detrás de cada número hay un rostro, un nombre, una historia. Juntas, todas estas personas formarían uno de los países más poblados del planeta. Y ese “país” crece cada día, alimentado por la urgencia del exilio. En la última década, el número de personas que huyen contra su voluntad ha aumentado sin tregua. Hoy, más de 122 millones de personas viven en movilidad forzosa, el doble que en 2014. Pero esto no va de cifras; va de humanidad. Va de vidas suspendidas entre lo perdido y lo incierto.
Desde Deloitte, llevamos años colaborando con ACNUR y otras organizaciones dedicadas a la protección y acompañamiento de las personas refugiadas. Creemos, con firmeza, que el sector privado tiene un papel que asumir ante esta emergencia global. Porque nos toca a todos. Porque cada vida importa.
Vivimos en un mundo donde las emergencias humanitarias suceden con frecuencia. Algunas son más visibles, otras permanecen en la sombra. Pero todas afectan profundamente a millones de personas forzadas a abandonar su hogar. Muchas de ellas no cruzan fronteras y permanecen como desplazadas dentro de su propio país, mientras que quienes logran salir suelen quedarse en países vecinos, que a menudo enfrentan grandes desafíos para ofrecer una acogida adecuada.
Como empresa, sentimos que también debemos actuar. No solo porque es lo correcto, sino porque está en el centro de nuestro propósito: generar un impacto positivo en la sociedad, más allá de nuestro trabajo con clientes o de nuestro compromiso con el talento. Así nos lo reclama la sociedad, y también nuestros profesionales, conscientes de que las alianzas entre empresas y organizaciones sociales pueden ser semillas de esperanza.
No somos una organización humanitaria, pero sí creemos en el valor de sumar esfuerzos. Por eso, colaboramos como aliados de quienes sí están en primera línea, trabajando cada día para proteger derechos, apoyar a quienes más lo necesitan y contribuir a construir nuevas oportunidades. Nuestra colaboración se materializa a través de tres pilares: el apoyo económico a proyectos, el voluntariado corporativo y los servicios pro bono.
El apoyo económico, porque sin recursos no hay acción posible. Nos enfocamos especialmente en proyectos de educación y empleo, convencidos de que son las verdaderas llaves que abren puertas a la integración, la autonomía y la esperanza.
El voluntariado, porque creemos que nuestros profesionales también pueden ofrecer su tiempo y su empatía. Es parte de su crecimiento, y parte de lo que como Firma promovemos: una carrera con propósito.
Y los servicios pro bono, que nos permiten poner nuestra experiencia profesional al servicio de las organizaciones sociales: ayudándoles a mejorar su estrategia, su gestión, sus sistemas, su impacto.
En Deloitte España estamos comprometidos con las personas refugiadas, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Respondemos ante las grandes emergencias, pero también estamos presentes en aquellas más silenciosas. Actuamos con urgencia cuando es necesario, pero también con continuidad, acompañando procesos a largo plazo como el acceso a la educación y la reconstrucción de vidas.
Intervenimos sin dudar en situaciones críticas, como la emergencia en Ucrania, pero también apoyamos iniciativas menos visibles, como proyectos de escolarización infantil en Zimbabue, en campos de refugiados en Kenia o programas de educación y nutrición en Chad, para quienes han huido del conflicto en Sudán.
Además, colaboramos con organizaciones especializadas en el ámbito legal, financiero o tecnológico mediante trabajo pro bono. Y movilizamos a nuestros profesionales, que participan activamente en programas de voluntariado orientados a la formación e inserción laboral de personas refugiadas y migrantes en situación de vulnerabilidad.
Hoy, una vez más, renovamos nuestro compromiso con quienes se han visto obligados a partir. Seguiremos colaborando, escuchando, aprendiendo y poniendo nuestras capacidades al servicio de una causa que debería unirnos a todos.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de los Refugiados