En un contexto marcado por reformas laborales —como la reducción de la jornada a 40 horas—, las empresas en México atraviesan un momento clave de revisión y ajuste de sus modelos de gestión. El mercado laboral exige una reconfiguración profunda de las estrategias organizacionales para responder a las nuevas expectativas de la fuerza laboral, especialmente en materia de equilibrio, bienestar y productividad.
En este escenario, la certificación Empresa Familiarmente Responsable (efr), promovida por la organización española, Fundación Másfamilia, se consolida como una herramienta estratégica de gestión que permite a las empresas avanzar hacia modelos más sostenibles, centrados en la calidad de vida y el bienestar de las personas, tanto dentro como fuera del entorno laboral.
Iván González, director de efr México, subraya la importancia de comprender la transformación del entorno de trabajo: “Lo que funcionaba hace 20 años hoy requiere ser replanteado. Las organizaciones necesitan procesos de reingeniería que respondan a una realidad laboral distinta”, afirma. La pandemia marcó un punto de inflexión al situar a las personas en un lugar diferente dentro del esquema organizacional, redefiniendo prioridades y expectativas.
El retorno de inversión de la conciliación
La implementación de un modelo de gestión como efr debe entenderse como una inversión estratégica, con beneficios tanto cuantificables como cualitativos. González explica que, cuando una organización integra la corresponsabilidad en su cultura y las personas se sienten cuidadas, el impacto se refleja directamente en la productividad empresarial..
“Las entidades experimentan mejoras significativas en su rentabilidad. A esto lo denominamos el retorno de la inversión de la conciliación o de la calidad de vida”, señala.
Los datos respaldan esta visión:
Atracción de talento: Un estudio de LinkedIn (2022) señala que el 63% de las personas solicitantes de empleo consideran clave la existencia de opciones de conciliación y equilibrio en la calidad de vida. En la misma línea, el informe ConZilia (marzo de 2024), elaborado por Fundación Másfamilia y el Club Top 30, concluye que la conciliación es un factor determinante en la elección de empleo para el 70,2% de las personas jóvenes.
Productividad y compromiso: La implementación de políticas de conciliación puede generar incrementos en la productividad de entre 20% y 30% por persona colaboradora, mientras que el nivel de compromiso con la organización puede aumentar en más de un 55%.
Eficiencia operativa: Las medidas de conciliación contribuyen a reducir el ausentismo entre 43% y 51%, disminuyen los niveles de estrés hasta en 45% y mejoran la calidad del servicio, con incrementos de entre 10% y 15% en los indicadores de satisfacción de clientes.
¿Cómo romper paradigmas en el 2026?
México se mantiene entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor número de horas trabajadas, un indicador que evidencia los desafíos persistentes en materia de equilibrio entre la vida laboral y personal. Frente a este escenario, el rumbo para las organizaciones pasa por un proceso profundo de transformación cultural.
Desde esta perspectiva, la iniciativa efr invita a las empresas a avanzar hacia una planeación estratégica de personas, que permita anticiparse a los cambios del entorno laboral y responder de manera estructurada. Este enfoque requiere una revisión integral de procesos, estructuras y prácticas organizacionales.
La conciliación —entendida en el contexto mexicano como bienestar, calidad de vida y equilibrio— posibilita que las personas destinen el tiempo optimizado a ámbitos fundamentales como la familia, la actividad física o el desarrollo personal. Este cambio genera una disrupción positiva que impacta tanto en el bienestar individual como en la sostenibilidad de las organizaciones.
Para González, este enfoque trasciende la gestión tradicional de recursos humanos: “Las personas no son un número, ni un headcount, ni un simple check dentro de una plantilla”. La gestión de la calidad de vida se consolida como un imperativo estratégico para el éxito organizacional a largo plazo.
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