¿Cuál fue el principal motor que llevó a vuestra empresa a convertirse en una B Corp y qué beneficios tiene formar parte de esta comunidad de empresas con propósito?
El motor siempre fue la coherencia. Fundeen nació con un propósito claro: democratizar la inversión en energía renovable para que cualquier persona pudiera participar activamente en la transición energética. Convertirnos en B Corp fue un paso natural para alinear ese compromiso con un estándar exigente, reconocido y colectivo. No se trata solo de lo que hacemos, sino de cómo lo hacemos. Pertenecer a la comunidad B Corp nos conecta con empresas que comparten nuestra visión y refuerza nuestra responsabilidad como agente de impacto.
En el camino hacia la sostenibilidad, ¿cuáles han sido los desafíos, ya sea internos o externos, más complejos que habéis enfrentado? ¿Podríais compartir algún caso concreto y cómo lograsteis superarlo?
Uno de los mayores desafíos ha sido convertir un modelo financiero complejo, como la inversión en energías renovables, en algo accesible, transparente y entendible para el ciudadano medio. Para lograrlo, hemos tenido que invertir en tecnología, comunicación clara y educación financiera. Un caso concreto fue cuando lanzamos nuestros primeros proyectos: adaptar el mensaje, los canales y los ritmos fue clave. Aprendimos que sostenibilidad también significa adaptabilidad y escucha activa de las personas y entorno del territorio donde estás desarrollando un proyecto.
Si tuvierais que destacar vuestros tres grandes objetivos estratégicos para seguir evolucionando como empresa de impacto, ¿cuáles serían y qué acciones clave estáis llevando a cabo para alcanzarlos?
Primero, escalar el modelo sin perder la esencia. Queremos multiplicar el volumen de inversión ciudadana en proyectos renovables, pero manteniendo siempre la transparencia, la trazabilidad y la calidad de los proyectos. Segundo, profundizar en la inclusión: llegar a más perfiles, más diversos, que hoy no se sienten parte del cambio energético. Tercero, fortalecer alianzas institucionales y con otras B Corps para generar impacto sistémico. Acciones como el reciente acuerdo con Impact Bridge o nuestro informe sobre inversión ciudadana son pasos en esa dirección.
Para una empresa que quiere comenzar el camino hacia convertirse en B Corp, ¿qué aprendizajes clave le compartiríais para evitar errores comunes y construir una estrategia de impacto sólida y auténtica?
Que no lo vean como una meta, sino como un proceso continuo. Convertirse en B Corp no es «marcar una casilla», es asumir una forma de operar que exige coherencia en cada decisión. Recomendamos empezar por lo más interno: la cultura, la gobernanza, el para qué. Si eso está claro, lo demás se alinea. Y que no teman mostrarse vulnerables: identificar áreas de mejora es también parte del compromiso.
En un contexto donde muchas marcas se apropian del lenguaje de la sostenibilidad, ¿qué buenas prácticas implementáis para comunicar vuestro propósito de forma auténtica y genuina y evitar el greenwashing?
Hablamos desde los hechos. Nos centramos en contar lo que hacemos, con datos, ejemplos y voces reales. Evitamos mensajes grandilocuentes o promesas vacías. La autenticidad también se construye mostrando el camino recorrido, pero también lo que falta por mejorar. En Fundeen creemos que la transparencia es la mejor forma de generar confianza.
¿Cómo os estáis preparando para superar con éxito los nuevos estándares del movimiento B Corp, que se publicarán este 2025?
Ya estamos analizando los cambios propuestos, especialmente en lo relativo a la gobernanza, la cadena de valor y la gestión del impacto ambiental. Nuestro enfoque es proactivo: no esperar a que la normativa entre en vigor, sino adelantarnos desde ya a integrar esas mejoras. También estamos reforzando la formación interna y los procesos de medición de impacto para que todo el equipo sea parte del cambio.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: B Corp – Empresas con Propósito