B. Braun ha sido reconocida en los Premios Voluntades de RSE 2025 de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) por su iniciativa “La huella verde de la hemodiálisis”, una propuesta pionera que redefine el tratamiento de la Enfermedad Renal Crónica desde una perspectiva ambiental, tecnológica y operativa.
El proyecto, desarrollado por B. Braun Avitum, la división de terapia renal de la compañía, impulsa un modelo integral de hemodiálisis sostenible, combinando innovación y responsabilidad ambiental sin comprometer la excelencia clínica ni el bienestar del paciente. Corresponsables ha tenido el placer de conversar con Nuria Ibáñez, Directora de Avitum de B. Braun, para conocer de primera mano las características que han llevado a la iniciativa de la compañía a obtener tal reconocimiento.
“La huella verde de la hemodiálisis” ha sido reconocida como un modelo pionero en sostenibilidad dentro del sector sanitario. ¿Cómo nació esta iniciativa y qué retos enfrentaron para integrar criterios ambientales en un entorno clínico tan complejo como la diálisis?
La sostenibilidad es uno de los valores fundamentales de B. Braun y ha guiado nuestra forma de innovar y desarrollar soluciones para el sector sanitario. La hemodiálisis es, por su propia naturaleza, uno de los procesos clínicos con mayor impacto ambiental, y eso nos llevó a asumir un papel activo para impulsar una transformación real en este ámbito.
Así nació “La huella verde de la hemodiálisis”, una iniciativa orientada a reducir el consumo energético y de recursos, especialmente agua, energía y plásticos, mediante el diseño de soluciones más eficientes. Pero su alcance va más allá del impacto ambiental.
En B. Braun trabajamos con una visión integral de la sostenibilidad basada en tres ejes: la eficiencia económica, optimizando espacios y procesos sin comprometer la calidad asistencial; la dimensión social, centrada en el bienestar del paciente y el cuidado de los profesionales; y el respeto medioambiental, reduciendo residuos y utilizando los recursos de forma responsable. Integrar estos tres planos en un entorno tan complejo como la diálisis no ha sido sencillo, pero está permitiendo avanzar hacia una asistencia más humana, eficiente y respetuosa con su entorno.
El proyecto combina eficiencia hídrica, energética y digitalización. ¿Qué tecnologías o procesos destacarían como más transformadores y qué resultados concretos han obtenido en ahorro de recursos o reducción de residuos?
El proyecto se apoya en tres ejes: optimización de recursos, eficiencia energética y reducción de residuos. En primer lugar, hemos incorporado sistemas que permiten generar materiales de tratamiento in situ, lo que disminuye el uso de envases plásticos y reduce la logística asociada.
En segundo lugar, el agua, un elemento clave en la hemodiálisis, se gestiona ahora con tecnologías que reducen el consumo hídrico y energético, apoyadas en la digitalización para monitorizar en tiempo real, detectar ineficiencias y anticipar necesidades de mantenimiento.
Por último, avanzamos hacia materiales más ligeros y con menor volumen de plástico, que ayudan a reducir residuos y a minimizar complicaciones clínicas, lo que también disminuye intervenciones adicionales y su impacto ambiental.
En conjunto, estas medidas nos permiten avanzar hacia un modelo de hemodiálisis más eficiente, responsable y respetuoso con el entorno.
¿Cómo equilibra B. Braun la sostenibilidad ambiental con el bienestar de los pacientes y la seguridad del personal sanitario en sus centros de hemodiálisis?
En B. Braun entendemos que la sostenibilidad tiene que ir de la mano del bienestar de las personas. Por eso, en nuestros centros de hemodiálisis trabajamos para equilibrar ambos aspectos: reducir el impacto ambiental y, al mismo tiempo, crear entornos seguros, funcionales y humanos para pacientes y profesionales.
La optimización de procesos y la incorporación de soluciones más eficientes permiten disminuir residuos, transporte y consumo de recursos, pero también mejoran la ergonomía y la seguridad del personal de enfermería. Cuando los profesionales pueden desarrollar su labor en mejores condiciones, la calidad asistencial se refuerza y el paciente lo percibe directamente.
Esta visión se complementa con nuestro compromiso histórico con la humanización del cuidado. Llevamos 30 años acompañando a personas con enfermedad renal crónica en nuestros 13 centros de hemodiálisis, presentes en siete comunidades autónomas. Durante estas tres décadas hemos aprendido que la excelencia técnica solo tiene sentido cuando se combina con cercanía y atención emocional.
Por eso hemos contribuido al “Manual de buenas prácticas de Humanización en las Unidades de Hemodiálisis”, presentado recientemente en el Ministerio de Sanidad, que refuerza la importancia de mirar más allá de la patología y atender también el bienestar psicológico y el acompañamiento. Estas recomendaciones ya forman parte de nuestro trabajo diario.
¿Prevén extender este modelo de hemodiálisis sostenible a todos sus centros en España o incluso a otros países? ¿Qué aprendizajes pueden servir de referencia a otras organizaciones del ámbito sanitario?
Ya estamos incorporando en nuestros nuevos centros de diálisis las soluciones más recientes en eficiencia hídrica, energética y de reducción de residuos, y contamos con un plan de renovación progresiva para el resto de las clínicas. La “huella verde de la hemodiálisis” es, además, una estrategia global del Grupo B. Braun que se extenderá de forma homogénea a todos los países en los que operamos.
Un aprendizaje clave es que la sostenibilidad no puede abordarse de manera aislada. Requiere integrar tecnología, rediseñar procesos y acompañar a los profesionales en este cambio. Y, sobre todo, exige colaboración. Los hospitales son cada vez más conscientes de su impacto ambiental y buscan avanzar hacia modelos más responsables. En este camino, necesitan aliados que aporten experiencia, rigor técnico y una visión centrada en el paciente.
Desde B. Braun creemos que la colaboración público-privada es esencial para alcanzar objetivos que, por su magnitud, solo pueden lograrse de la mano. Nuestro objetivo es claro: ofrecer soluciones que mejoren la calidad asistencial y, al mismo tiempo, reduzcan el impacto ambiental, demostrando que es posible avanzar hacia una diálisis más sostenible sin comprometer la seguridad ni la eficiencia del proceso.
Más allá de este proyecto, ¿cómo integra B. Braun la sostenibilidad y los valores ESG en su estrategia global y en la cultura de sus equipos? Y, ¿qué mensaje final dejaría a la audiencia de Corresponsables?
En B. Braun entendemos la sostenibilidad como un pilar clave. Los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno forman parte de nuestro día a día: están presentes en el diseño de soluciones, en la manera en la que acompañamos a nuestros equipos y en la relación que mantenemos con profesionales, pacientes y administraciones.
Nuestra cultura se apoya en la idea de cuidar de la salud significa también cuidar del entorno y de las personas que hacen posible la atención sanitaria. Por eso fomentamos equipos comprometidos, formados y conscientes del impacto de su trabajo; promovemos una innovación responsable; y colaboramos estrechamente con hospitales, profesionales y administraciones para avanzar hacia modelos asistenciales más eficientes, seguros y respetuosos.
De cara al futuro, seguiremos impulsando iniciativas que conecten tecnología, sostenibilidad y humanización, porque creemos que la excelencia técnica solo tiene sentido cuando mejora la vida de las personas.
A la audiencia de Corresponsables le trasladaría un mensaje clave: la sostenibilidad en sanidad se construye entre todos. Requiere colaboración, constancia y una visión de largo plazo para fortalecer un modelo asistencial más responsable, más eficiente y humano.
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