Fundación MAPFRE celebra en 2025 su 50 aniversario, un medio siglo de compromiso social que ha marcado una huella importante a nivel nacional e internacional. A lo largo de estos 50 años, la Fundación ha invertido más de 1.140 millones de euros, beneficiando a 179 millones de personas en cerca de 30 países, especialmente en América Latina. Su acción se ha centrado en cinco grandes áreas: acción social, cultura, prevención y seguridad vial, promoción de la salud, y seguro y previsión social. Esta labor ha incluido desde proyectos educativos innovadores hasta la investigación en terapias avanzadas, pasando por un firme apoyo en crisis humanitarias como la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania.
En este contexto, Corresponsables ha entrevistado a Elvira Vega, Directora General de Fundación MAPFRE, quien nos ofrece una visión detallada sobre los hitos alcanzados por la organización y sus planes para el futuro. Durante la conversación, Vega destaca no solo la trascendencia de la Fundación en áreas como la integración laboral y la salud, sino también su constante innovación social en un mundo cambiante. Además, señala el impacto de su programa de voluntariado y el compromiso de la Fundación con la Sostenibilidad, la educación y el bienestar de los colectivos más vulnerables.
Este año Fundación MAPFRE cumple 50 años ¿En qué áreas de actividad se han centrado? ¿podría darnos en líneas generales los hitos de este medio siglo de actividad?
Sí, este año cumplimos 50 años de compromiso social centrado en cinco grandes áreas: acción social; cultura; prevención y seguridad vial; promoción de la salud; y seguro y previsión social.
A lo largo de este medio siglo hemos invertido más de 1.140 millones de euros, beneficiando a 179 millones de personas. La Fundación ha desarrollado una intensa labor social a nivel internacional con proyectos en cerca de 30 países, especialmente en Latinoamérica, y una destacada respuesta ante crisis humanitarias, como la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania o la actuación ante la DANA que en octubre de 2024 anegó Valencia y otras regiones de España.
Además, llevamos a cabo campañas de sensibilización sobre salud, seguridad vial, prevención de lesiones y educación financiera, e impulsamos programas educativos innovadores para todas las etapas escolares.
También promovemos la investigación con nuestra Convocatoria de Ayudas Ignacio H. Larramendi y apoyamos, desde su inicio, el Programa de Terapia Celular para el Tratamiento de la Lesión Medular, llevado a cabo en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid, que ha desarrollado el primer medicamento de fabricación no industrial de terapia celular para la lesión medular aprobado en nuestro país, que actualmente se aplica en este hospital. Colaboramos con el proyecto sobre Terapias en las Fases Iniciales de la Enfermedad de Parkinson, desarrollado por la Fundación de Investigación HM Hospitales, y con la Fundación Pro CNIC para el impulso de investigaciones que tienen como objetivo mejorar la salud cardiovascular de nuestra sociedad.
En el ámbito cultural, hemos organizado más de 700 exposiciones de artes plásticas y fotografía. Asimismo, trabajamos por la integración laboral como vía para el bienestar de las personas; hemos creado el Centro de Investigación Ageingnomics para estudiar el envejecimiento activo, y reconocemos el compromiso social a través de nuestros Premios Sociales y Premios a la Innovación Social.
La mayoría de las iniciativas que he citado se complementan con una amplia labor editorial. Por último, me gustaría destacar nuestro programa de voluntariado, activo en 23 países.
Recientemente, han dado a conocer las principales cifras de estos cincuenta años. Son grandes cifras, que demuestran en gran impacto social de su Fundación. Parece que ya estaría todo hecho, pero conociendo el compromiso con la sociedad que tiene esta Fundación, sabemos que no se van a quedar aquí. ¿Cuáles son sus planes a medio plazo?
Nuestros planes, tanto a medio como a largo plazo, se centran en seguir promoviendo la igualdad de oportunidades y eliminar las barreras que aún enfrentan los colectivos más vulnerables.
En un entorno en constante cambio, es esencial anticiparnos a las nuevas necesidades sociales para poder cumplir con nuestro propósito: cuidar de las personas. Para ello es fundamental estar cerca de los que nos necesitan y escuchar para poder ofrecerles aquello que contribuya a mejorar su calidad de vida y contribuir al progreso social.
La parte cultural es posiblemente la más conocida de Fundación… pero llevan a cabo múltiples proyectos, tanto en España como en otros países ¿Cuándo surgió la vocación internacional de la Fundación? ¿cuáles son los proyectos más destacables?
Es una vocación muy temprana. Creo que hemos sido pioneros en contemplar a América Latina como un escenario regular de nuestras actividades. En concreto, el punto de arranque puede considerarse la celebración, en 1984, del Primer Seminario Hispano-Argentino de Seguridad contra Incendios y Riesgos Industriales en Buenos Aires y, simultáneamente, la Semana Internacional de Seguridad en São Paulo, que incluyó a su vez dos encuentros: el Simposio Internacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo y el de Seguridad contra Incendios.
Esta vocación global se plasma en varios programas que llevamos a cabo. El más destacado es el de Proyectos Sociales Internacionales, con los que apoyamos a entidades locales en más de 25 países, trabajando con niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad para proporcionarles educación integral, nutrición y salud y acceso al empleo.
En 2024, desarrollamos 77 proyectos sociales, mejorando la educación de más de 88.000 niños y jóvenes, proporcionando apoyo nutricional a 71.000 niños y facilitando acceso a tratamientos médicos a más de 67.000.
Hablando de proyectos internacionales, el programa de voluntariado de la Fundación se desarrolla en varios países ¿por qué es tan importante este proyecto? ¿cuántos voluntarios han tenido a lo largo de 2024? ¿Y de cuántos países?
Con nuestro Programa de Voluntariado Corporativo queremos impulsar el espíritu solidario de los empleados del Grupo y de las empresas adheridas. Por este motivo, es muy importante para nosotros canalizar la solidaridad y la dedicación de nuestros voluntarios hacia quienes más lo necesitan.
El programa está dirigido a empresas socialmente responsables y a sus empleados, fomentando la participación en proyectos alineados con los valores de la fundación y con un impacto en áreas clave como la salud, la educación, la nutrición, el medio ambiente y la atención en emergencias.
Desde que nació este programa, hemos destinado más de 8 millones de euros, impactando en las vidas de más de 1.378.000 personas. Concretamente, en 2024 hemos estado presentes con el programa en 23 países, han participado 9.804 personas y se han beneficiado más de 165.000 personas.
Además del envío de esta noticia, ¿cómo piensan comunicar esta iniciativa?
Para celebrar estos 50 años hemos llevado a cabo distintas iniciativas. La primera de ellas, en colaboración con la ONCE, que creó un cupón conmemorativo con el lema ‘Construyendo un futuro más humano’. Posteriormente, hemos promovido un Simposio Europeo de Fundaciones Empresariales, con la presencia de la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y de destacados representantes de fundaciones europeas con las que mantenemos una estrecha relación. El simposio contó con el respaldo y participación de Philea (Philanthropy Europe Association) y de la Asociación Española de Fundaciones (AEEF).
En acto central del aniversario lo hemos celebrado recientemente, el 12 de junio, contó con la presencia de Su Majestad el Rey don Felipe de Borbón y Grecia.
Durante el evento escuchamos los testimonios de algunos de nuestros beneficiarios, como Luis Padilla, de la Asociación Manabí, una entidad que trabaja para fomentar el aprendizaje y la educación en valores en Guatemala; y Pilar Aural, creadora de El Pato Amarillo en los años 80. Esta entidad, situada en el barrio de Orcasitas, en Madrid, ayuda a familias que acuden cada día a recibir alimento y, sobre todo, productos para niños.
Además, participaron el Dr. Valentín Fuster y la Dra. Mercedes Zurita, codirectora —junto con el fallecido Dr. Vaquero, de quien también es viuda— del proyecto de investigación en Terapia Celular. Durante sus intervenciones, ambos destacaron el valor de las iniciativas de la Fundación en el ámbito de la investigación.
Uno de los momentos más emotivos para mí fue cuando nuestros voluntarios subieron al escenario. Algunos de ellos habían estado ayudando a los afectados por la DANA y estuvieron acompañados por Gabriel Ferrandis, de la Fundación Altius, entidad beneficiaria de parte de la ayuda que Fundación MAPFRE ha destinado a Valencia.
Elvira, usted comenzó su trayectoria profesional en la Fundación MAPFRE Estudios, después ha desempeñado cargos de responsabilidad dentro del Grupo MAPFRE ¿cómo ha sido volver a la que fue su casa? ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta?
Tras casi tres décadas en el Grupo, mi vocación y mi compromiso se mantiene invariable, siempre al lado de las personas. En esta nueva y apasionante etapa este compromiso adquiere incluso una mayor dimensión, poniendo mucho más foco en las personas, pero especialmente en las más vulnerables.
La creciente polarización, las tensiones geopolíticas, el incremento de las desigualdades, el acceso desigual a la tecnología, el aumento de la pobreza infantil, el drama que estamos viviendo con las personas que se ven obligadas a abandonar sus países —en muchos casos menores de edad que arriesgan sus vidas en búsqueda de oportunidades—, las personas mayores que se enfrentan a vidas más largas —en ocasiones acompañados únicamente por la soledad—, o los problemas de salud mental que cada vez afectan a un mayor número de jóvenes. Todos ellos son realidades que afectan a la sociedad a nivel global y en los que Fundación MAPFRE puede apoyar, igual que lo ha venido haciendo a lo largo de estos 50 años. Nuestro mayor reto es “no dejarnos a nadie atrás”.
¿Por qué cree que son importantes las fundaciones empresariales? ¿Qué aportan a la sociedad? ¿qué oportunidades creen que tiene en los próximos años?
Las fundaciones empresariales son una declaración del compromiso social de las corporaciones, y un vehículo para cumplir con su propósito más allá de los beneficios. Este tipo de entidades aporta un valor añadido para la sociedad, especialmente en áreas donde los recursos públicos no siempre alcanzan.
Creo que el uso de la tecnología, la digitalización nos ofrece y ofrecerá muchas oportunidades, nos ayuda a potenciar nuestras capacidades y llegar a un mayor número de beneficiarios de una manera más ágil y eficiente. La inteligencia artificial, entendiéndola como una herramienta y no como un fin, cuidando aspectos legales y éticos, también es una gran aliada en general y lo mismo resulta pare el tercer sector.
Para finalizar, ¿podría indicarnos cuál es el proyecto del que se siente más orgullosa?
Esto es como cuando les preguntan a unos padres a cuál de sus hijos quieren más… Cada proyecto que desarrolla la Fundación tiene un objetivo distinto, pero todos, sin excepción, contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas, cualquiera que sea su edad, género o condición social. Proyectos como “Juntos Somos Capaces”, nos muestran cómo es posible hacer que personas con discapacidad intelectual tengan acceso a un trabajo digno, que debería ser un elemento básico para cualquier persona, y puedan desarrollar su proyecto de vida. Cada oportunidad que brindamos nos hace sentir tremendamente orgullosos.
Pero lo mismo ocurre con el voluntariado, donde miles de empleados de MAPFRE en todo el mundo, de manera desinteresada, están al lado de los más vulnerables y en los momentos más complejos. Esto es un reflejo de alto grado de compromiso de todos los que forman esta gran familia. Nuestro apoyo a la infancia, en más de 25 países, con educación, nutrición y cuidando de su salud, tienen un valor y un impacto difíciles de cuantificar, pero con resultados muy satisfactorios para las personas en las que impacta. Son oportunidades para los niños y sus familias.
La prevención, la seguridad vial y el apoyo a la investigación, suponen dejar un legado a las generaciones venideras, que se podrán aprovechar de mejoras sanitarias, mejores sistemas y legislaciones que favorezcan la seguridad y la salud de las personas. Y no nos olvidemos de los proyectos educativos y culturales, que brindan la oportunidad de contar con ciudadanos más informados, con más habilidades, mejor pensamiento crítico, lo que les convierte en ciudadanos más capaces de aprovechar los recursos y las oportunidades.
De modo que, como resumen, podría decir que el proyecto que me hace sentir más orgullosa es la creación de esta Fundación hace 50 años, con una vocación tan indiscutiblemente social, por y para las personas.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de MAPFRE en el Anuario Corresponsables 2025.