¿Cuál fue el principal motor que llevó a vuestra empresa a convertirse en una B Corp y qué beneficios tiene formar parte de esta comunidad de empresas con propósito?
La decisión de certificarnos como B Corp surgió de nuestra voluntad de demostrar con hechos lo que ya veníamos aplicando en nuestro día a día: que es posible construir un modelo de negocio rentable que genere un impacto social, ambiental y económico positivo. Desde nuestros inicios en 2014 en Francia, nos propusimos trabajar por una economía más circular y regenerativa. La certificación B Corp ha sido la confirmación externa de ese compromiso.
Los beneficios de formar parte de esta comunidad van más allá del reconocimiento: supone pertenecer a una red global de empresas que comparten una visión de transformación sistémica, nos proporciona herramientas para seguir mejorando de manera continua y nos ayuda a atraer tanto talento como alianzas estratégicas que valoran el propósito por encima del puro beneficio. Además, esta certificación ha fortalecido nuestra relación con grandes cadenas como BM Supermercados o Areas Iberia, cuyos modelos de gestión se apoyan cada vez más en criterios ESG y en alianzas con actores comprometidos con la sostenibilidad verificada.
En el camino hacia la sostenibilidad, ¿cuáles han sido los desafíos, ya sea internos o externos, más complejos que habéis enfrentado? ¿Podríais compartir algún caso concreto y cómo lograsteis superarlo?
Uno de los principales desafíos ha sido traducir la sostenibilidad en procesos operativos tangibles dentro de grandes estructuras como cadenas de supermercados, fábricas o plataformas logísticas. Muchas veces, el desperdicio alimentario no se debe a la falta de voluntad, sino a la ausencia de herramientas, tecnología y protocolos que permitan actuar a tiempo.
Un caso de éxito ha sido nuestra colaboración con BM Supermercados (Grupo UVESCO), que decidió anticiparse a la Ley de Prevención del Desperdicio y convertir la gestión del excedente en una ventaja competitiva. Implementamos un sistema de donaciones que permitió escalar de 10 a 79 tiendas en solo 30 días, integrando formación al personal, trazabilidad digital y alianzas locales con entidades sociales. El resultado fue una reducción significativa del desperdicio alimentario, una mejora de la eficiencia operativa en tienda y un refuerzo de su reputación como empresa comprometida. También ha sido clave el trabajo con La Menorquina, que logró reducir en un 95% su desperdicio alimentario y transformar un problema de gestión de excedentes en una herramienta de acción social y ahorro de costes.
Si tuvierais que destacar vuestros tres grandes objetivos estratégicos para seguir evolucionando como empresa de impacto, ¿cuáles serían y qué acciones clave estáis llevando a cabo para alcanzarlos?
Liderar la transición del retail español hacia modelos de prevención y valorización del excedente, expandir el alcance del modelo Phenix en nuevos sectores y territorio y reforzar la medición y comunicación del impacto a través de tecnología y datos.
Utilizamos metodologías robustas y colaboramos con consultoras como iCare para calcular el CO₂ evitado, los metros cúbicos de agua ahorrados y las raciones de comida rescatadas. Este sistema nos permite demostrar con evidencia científica el valor generado por cada cliente y mejorar la toma de decisiones estratégicas, no sólo nuestras sino de nuestros clientes.
Para una empresa que quiere comenzar el camino hacia convertirse en B Corp, ¿qué aprendizajes clave le compartiríais para evitar errores comunes y construir una estrategia de impacto sólida y auténtica?
El primer aprendizaje es que la sostenibilidad debe estar integrada en el modelo de negocio. Tiene que ser visto y trabajado de manera transversal, no por silos. Segundo, la transparencia y la autenticidad son los mejores aliados. Las auditorías de B Lab son rigurosas, y eso es lo que da valor al sello. Por eso, recomendamos medir desde el inicio y documentar cada avance, incluso si todavía queda camino por recorrer. Y, tercero, apostar por la escucha activa: muchos de nuestros procesos y mejoras han surgido de la conversación directa con entidades sociales, con empleados, con clientes.
En un contexto donde muchas marcas se apropian del lenguaje de la sostenibilidad, ¿qué buenas prácticas implementáis para comunicar vuestro propósito de forma auténtica y genuina y evitar el greenwashing?
La credibilidad se construye con hechos y datos. Por eso, nuestra comunicación se apoya en aquello que podemos acreditar, asegurando así un relato transparente y alineado con nuestro impacto real. Nos apoyamos siempre en indicadores auditables y datos contrastables, como las toneladas de alimentos o raciones redistribuidos, el CO₂ evitado, o el agua conservada. Solo en 2024, en España, rescatamos 257 toneladas de alimentos y evitamos la emisión de 944 toneladas de CO₂.
¿Cómo os estáis preparando para superar con éxito los nuevos estándares del movimiento B Corp, que se publicarán este 2025?
Nos estamos preparando para los nuevos estándares B Corp revisando y reforzando nuestras políticas de impacto social, ambiental y de gobernanza. Uno de los pilares de esta preparación es la medición del impacto. Para ello, trabajamos con la consultora medioambiental ICare, que nos ayuda a garantizar la trazabilidad de los datos y la precisión en indicadores como toneladas de alimentos rescatados, emisiones de CO₂ evitadas y m³ de agua conservada.
Además, colaboramos en iniciativas como el Barómetro del Desperdicio Alimentario, presentado junto a AECOC, que nos permite alinear nuestras acciones con las expectativas del consumidor y los marcos normativos.
En Phenix entendemos que no se trata solo de cumplir, sino de liderar con el ejemplo. Por eso, vemos los nuevos estándares de B Corp como una oportunidad para seguir construyendo una empresa con propósito, con datos y con impacto real.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: B Corp – Empresas con Propósito