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Beatriz de Andrés, CEO de Art Marketing y de la EcoAldea Urbana Los Perales, lleva más de dos décadas impulsando la Responsabilidad Social desde la cercanía, la coherencia y la experiencia directa. “Oficialmente empecé en esto el 14 de marzo de 2001, cuando nació mi hijo y tuve que crear mis propias medidas de conciliación”, recuerda. Desde entonces, ha vivido en primera persona la evolución de la Sostenibilidad y la RSE en nuestro país, defendiendo siempre que “el cambio empieza desde arriba, pero la solidaridad y el compromiso deben estar en todos los niveles”.
Sobre el papel de las empresas en este recorrido, es clara: “Han sido el motor indiscutible para que este movimiento se haya implantado de arriba abajo en todas las organizaciones, incluso yendo por delante de lo que la sociedad demandaba”. También destaca que hoy “ya no es tolerable que las empresas contaminen abiertamente, traten mal a sus empleados o no sean solidarias con la sociedad”.
En el marco del 20º aniversario de Corresponsables, De Andrés pone en valor su contribución: “La RSE en España no hubiera sido lo mismo sin la divulgación de Corresponsables. Su papel ha sido fundamental desde el principio”.
Con una mirada crítica y constructiva hacia el futuro, insiste en que “las nuevas generaciones deberán tomar decisiones más valientes que las nuestras si no quieren perder los valores europeos de libertad y democracia”, y concluye con una advertencia clara: “Estamos como al final de cualquier imperio, en un momento de incertidumbre y caos, pero es el momento de tener autocrítica y preguntarnos hacia dónde queremos que vayan nuestras empresas y nuestras formas de vida”.
Beatriz, ¿cómo y por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Oficialmente el 14 de marzo del 2001, porque fue cuando di a luz a mi primer hijo y cuando necesité empezar a implantar medidas de conciliación para mí misma. En todo caso, la responsabilidad empresarial, como ética en los negocios o cómo actuar en la empresa según la moral cristiana, viene de familia. Se puede decir que crecí con ello y fue una herencia impagable.
“Comencé el 14 de marzo del 2001, porque fue cuando di a luz a mi primer hijo y cuando necesité empezar a implantar medidas de conciliación para mí misma”
En mi caso, siempre digo que he tenido más problemas con la incomprensión de mucha gente dentro de la propia empresa, ya que se han creado involuntarios celos o tiranteces entre los propios trabajadores por falta de empatía. Aunque el balance general ha sido muy positivo, también ha habido muchos abusos.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
No existía el horario flexible, ni el teletrabajo; los viernes por la tarde lo normal era trabajar, no había jornadas intensivas en verano… Ciertamente, en solo 20 años el panorama laboral ha cambiado muchísimo y en parte se lo debemos a la tecnología, que nos ha permitido ser igualmente productivos para la empresa, pero con menos tiempo de trabajo «humano».
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Desde el principio, Marcos me lo comentó en una comida desde que era un proyecto.
Fundamental. Yo creo que la RSE en España no hubiera sido lo mismo sin la divulgación de Corresponsables. Ha sido una plataforma clave para dar visibilidad a iniciativas reales, compartir buenas prácticas y conectar a personas y organizaciones comprometidas con la Responsabilidad Social.
“La RSE en España no hubiera sido lo mismo sin la divulgación de Corresponsables”
Durante estos años, su papel ha sido el de un catalizador que ha ayudado a profesionalizar el sector y a mantener vivo el debate sobre la Sostenibilidad en todos los ámbitos. Además, ha conseguido generar comunidad en torno a valores compartidos, algo muy necesario para avanzar con coherencia y perspectiva.
Querida Beatriz, ¿qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
Como decía, la forma de trabajar y la filosofía del trabajo ha cambiado drásticamente en muy poco tiempo. Pero hay muchos retos por delante ante los nuevos desafíos de la interculturalidad y la telepresencialidad.
“Hoy en día sería impensable una organización que al menos no ‘parezca’ responsable”
En cuanto a los temas de Sostenibilidad, solo hay que ver los eventos de hace unos años y los de ahora, donde los desechables compostables o la comida ecológica eran ciencia ficción. Por no hablar de la disminución de huella de carbono en viajes y desplazamientos, que se han sustituido con tecnología.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
El cambio de mentalidad, el compromiso de las empresas, que incluso han ido muy por delante de lo que la sociedad demandaba. A pesar de lo poco reconocidos que están esos esfuerzos por parte de ciertos líderes políticos. Creo que las empresas han sido el motor indiscutible para que este movimiento de Responsabilidad Social se haya implantado de arriba hacia abajo en todas las organizaciones.
“Creo que las empresas han sido el motor indiscutible para que este movimiento de Responsabilidad Social se haya implantado de arriba abajo en todas las organizaciones”
Hoy en día sería impensable una organización que al menos no «parezca» responsable. Que se cumpla todo lo que se dice es otra cosa, porque personas deshonestas hay en todos lados, pero por lo menos, ya no es tolerable que las empresas contaminen abiertamente, traten mal a sus empleados o no sean solidarias con la sociedad.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
El cambio empieza desde arriba, pero la solidaridad y el compromiso deben estar en todos los niveles si se quiere un éxito, porque todos los cambios (incluso los que son para mejor) suponen un desafío y un cierto «dolor», ya que nos suele incomodar salir del área de confort, aunque lo que esté por venir sea mucho más confortable.
El cambio se aborda siempre con miedo, y suele generar recelos, incomprensión y conflictos.
Beatriz, ¿tienes alguna anécdota que refleje el espíritu y los desafíos de los primeros años de la RSE?
Ni se puede contar el tiempo que he dedicado, como empresaria, a tratar de procedimentar y «normalizar por escrito» porque había roces y celos entre los trabajadores que usaban, incluso abusaban, y los que no usaban las medidas de conciliación.
“Las sensibilidades están muy a flor de piel, y nadie se atreve a abordar el tema desde los datos y la realidad”
A veces daban ganas de volver al «antiguo régimen» por no parecer que la empresa era una guardería, cuidando egos y sensibilidades… cuando se supone que estas cosas son para el bien del conjunto.
¿Cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
Personalmente, siempre he ido un poco por delante de lo que había en mi sector. A mí me han ayudado mucho los ejemplos de justicia en los empresarios de mi familia. El movimiento de la Economía del Bien Común también me ha ayudado mucho.
Como soy una micropyme, y desde hace tantos años, nunca encontré literatura o métodos ya establecidos que me ayudaran, así que los he tenido que ir aprendiendo.
Como autodidacta, me ha servido mucho presentarme a premios diversos de RSC, porque en las propias preguntas surgían ideas de medidas que luego he podido ir implantando.
¿Puedes compartir, Beatriz, algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?
Es difícil decir uno porque ahora es posible que sean conocidos y nada originales, pero en los años que nosotros empezamos a hacerlo, era inconcebible, por ejemplo, tener sesiones de masaje o reflexología nodal en la oficina, o entrenamiento y coreografía…
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de estos años en el campo de la RSE y la Sostenibilidad?
Sin las personas no hay plan que se sostenga.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
El cambio generacional y las inquietudes de los jóvenes de hoy cambiarán mucho la forma de ver el trabajo. La pérdida de poder adquisitivo, la reducción de la clase media, la polarización política y los retos demográficos implican un incremento de población culturalmente ajena a nuestros valores cristianos.
“Estamos como al final de cualquier imperio, en una etapa de incertidumbre y caos, pero es el momento de tener autocrítica y ser valientes para preguntarnos hacia dónde queremos que vayan nuestras empresas y nuestras formas de vida”
La pérdida de libertad de opinión, el fin de los medios de comunicación independientes como garantes de la democracia, la política y la libertad de mercado.
Beatriz, ¿qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Deberán reconducir y tomar decisiones más valientes que lo que hemos hecho nosotros, si no quieren tensionar y provocar la pérdida de nuestros valores y principios europeos de libertad y democracia.
Para finalizar, añade si lo deseas cualquier otra reflexión o consideración que consideres oportuna.
No podemos permitir que se siga poniendo toda la responsabilidad en las empresas, cuando durante años han hecho ímprobos esfuerzos, incluso a costa de reducir sus beneficios, mientras desde las administraciones públicas hay un boicot constante, una falta de empatía y un desconocimiento total de los principios y valores empresariales.
Por último, me preocupa el arma de doble filo en la que puede convertirse la tolerancia cultural, que podría derivar en una pérdida total de nuestros valores y libertades.
También la inseguridad y la integración de la inmigración desordenada y masiva. Esto requiere una reflexión más detallada, porque las sensibilidades están muy a flor de piel, y nadie se atreve a abordar el tema desde los datos y la realidad, no desde lo que nos gustaría, sino desde lo que realmente es o puede llegar a ser.
“Como soy una micropyme, y desde hace tantos años, nunca encontré literatura o métodos ya establecidos que me ayudaran, así que los he tenido que ir aprendiendo”
Tampoco se ha reconocido ni valorado que el liderazgo de la economía china comience a impactar en la forma de hacer negocios y en la gestión empresarial, especialmente en el área de Recursos Humanos y el medioambiente.
Por no hablar de la urgente necesidad de recuperar la industria perdida en los últimos años y de dinamizar el primer sector, que ha sido duramente castigado.
Es un momento interesante, porque estamos como al final de cualquier imperio, en una etapa de incertidumbre y caos. Pero también es el momento de tener autocrítica y ser valientes para preguntarnos hacia dónde queremos que vayan nuestras empresas y nuestras formas de vida.