Para quienes aún no la conocen, ¿cómo definirían la identidad y la trayectoria de Fundación Alas Madrid dentro del ámbito de la discapacidad intelectual?
La Fundación Alas Madrid nace hace más de cuatro décadas gracias al impulso de un grupo de familias que decidieron unirse para construir un futuro diferente para sus hijas con discapacidad intelectual: un futuro con oportunidades, con acceso al empleo, con vínculos seguros y con entornos donde sentirse queridas y respetadas. Aquellas niñas que terminaban su educación en el Colegio María Corredentora —y que algunas aún forman parte de la Fundación— fueron el origen de esta historia.
Estas familias, pioneras y visionarias, crearon un modelo alejado del enfoque residencial tradicional. Apostaron por hogares pequeños y cálidos, donde cada persona pudiera vivir con dignidad y autonomía.
Desde entonces, la Fundación ha evolucionado sin perder su esencia: cercanía, honestidad y una defensa firme de los derechos de cada persona con discapacidad intelectual y de sus familias.
A lo largo de los años hemos consolidado un modelo que combina acompañamiento y apoyo profesional, para que cada persona pueda vivir la vida que elija y, la participación activa en la sociedad.
En la Fundación gestionamos recursos y servicios que abarcan todos los ámbitos de la vida adulta: vivienda (residencia y pisos tutelados), apoyo a las familias, formación y empleo (Centro Ocupacional y Centro de Formación, Oportunidades e Inserción Laboral – COFOIL) y empleo protegido (Centro Especial de Empleo TREFEMO).
Nuestro propósito es claro: velar por el bienestar de cada persona, crear oportunidades reales y garantizar que puedan desarrollar su proyecto de vida participando plenamente en su comunidad.
¿Cómo es el día a día de la Fundación? ¿Qué tipo de actividades, apoyos o programas articulan el trabajo que realizan con las personas adultas con discapacidad intelectual?
El día a día en Fundación Alas Madrid es diverso, vivo y centrado en las personas. Acompañamos a más de 160 personas adultas que participan en distintos servicios: el Centro Ocupacional y de Formación Laboral (COFOIL), nuestra residencias y pisos tutelados y el Centro Especial de Empleo TREFEMO.
Las actividades van desde formación ocupacional en distintos talleres donde las personas recuperan materiales como el papel, textil, cuero, madera…, creando productos de alta calidad, bajo la marca Alas Natura; hasta experiencias tan significativas como promoción de la accesibilidad cognitiva, deporte adaptado, actividades de ocio, acompañamiento emocional, hábitos de vida autónoma, participación en la comunidad y acompañamiento en la vejez.
Todo está articulado bajo un mismo principio: ofrecer apoyos personalizados que permitan a cada persona desarrollar sus capacidades, tomar decisiones y vivir su vida adulta plena, con la mayor autonomía posible.
Más allá de Alas Natura, ¿qué iniciativas o proyectos consideran que mejor reflejan hoy el impacto social de la Fundación y su evolución en estos más de 40 años de trabajo?
Alas Natura es uno de nuestros proyectos más visibles por su apuesta por la sostenibilidad y la economía circular, donde las personas con discapacidad intelectual se transforman en verdaderos agentes de cambio social, pero no es la única muestra del impacto de la Fundación.
Nuestra labor en el ámbito de la vivienda es prioritaria: crear entornos seguros, accesibles y afectivos donde las personas puedan vivir, envejecer y desarrollarse con los apoyos adecuados en cada etapa de su vida.
Impulsamos proyectos como “En Casa”, centrado en la formación para la vida autónoma de las personas con discapacidad intelectual, junto a iniciativas innovadoras de envejecimiento activo y acompañamiento en el final de la vida. Nos encontramos ante una realidad inédita: la primera generación de personas con discapacidad intelectual está alcanzando la vejez. Muchas de ellas han sobrevivido a sus padres y afrontan esta etapa vital sin una red familiar que las sostenga.
Este cambio demográfico es, sin duda, un logro social, pero también plantea retos complejos. Desde la Fundación Alas llevamos años trabajando en planes específicos de envejecimiento activo y en metodologías que mejoran la calidad de vida en la vejez, como las terapias Montessori y la estimulación Basal. Estas intervenciones permiten mantener el bienestar de las personas, así como ofrecer acompañamientos respetuosos y cuidados adecuados en los procesos de final de vida.
Además, la Fundación apuesta por modelos más personalizados, más centrados en derechos y más conectados con el entorno social. Queremos crear espacios donde las personas con discapacidad tengan mayor presencia y poder de decisión. En 2026 cambiaremos nuestros estatutos para que dos personas con discapacidad intelectual se incorporen a nuestro patronato, lo que marcará un hito en nuestra Fundación y en los derechos de las personas.
Mirando al medio y largo plazo, ¿cuáles son los principales retos que afronta Fundación Alas Madrid en materia de inclusión, participación comunitaria y sostenibilidad de sus proyectos?
Nuestros retos tienen mucho que ver con el presente, pero sobre todo con el futuro que queremos garantizar. El primero es asegurar que cada persona adulta con discapacidad intelectual pueda vivir donde quiere, con los apoyos que necesita y en un entorno que respete su autonomía. La vivienda inclusiva seguirá siendo un desafío clave.
El segundo reto es reforzar la participación comunitaria. Queremos que las personas estén cada vez más presentes en su barrio, en la cultura, en el deporte y en la vida social y en los espacios donde se toman las decisiones. La comunidad tiene que ser un lugar accesible e inclusivo, no un territorio a conquistar.
En tercer lugar, a estos desafíos se suma un reto cada vez más visible: la incorporación y el acompañamiento de personas con discapacidad intelectual que viven situaciones de mayor vulnerabilidad social. Hablamos de mujeres, personas migrantes o personas sin hogar, cuya discapacidad se cruza con desigualdades estructurales que multiplican las barreras de acceso a apoyos, vivienda, empleo o redes comunitarias. Desde Fundación Alas Madrid trabajamos para adaptar nuestros modelos de intervención y reforzar el trabajo en red con otros agentes sociales, para diseñar apoyos que tengan en cuenta estas intersecciones, poniendo el foco en la protección de derechos y la prevención de situaciones de exclusión.
Y, por supuesto, la sostenibilidad. Mantener y mejorar estos proyectos exige estabilidad económica, alianzas estratégicas con empresas y entidades, innovación social y una sociedad comprometida. Nuestro trabajo solo es posible cuando lo construimos en conjunto.
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