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“Me considero muy honrado de haber formado parte de la evolución de la RSE en este país y de ser uno de los pioneros en su puesta en marcha.” Así resume Javier de la Nava Trinidad su trayectoria en el ámbito de la Responsabilidad Social. Responsable de Acción Social durante una década en BBVA, formó parte del equipo que configuró el entonces incipiente departamento de RSC en la entidad. “Desde el año 2000 hasta 2010 me entregué en cuerpo y alma a esta labor”, recuerda con orgullo, destacando cómo aquella etapa estuvo marcada por el descubrimiento, la cooperación y las relaciones entrañables entre quienes empezaban a construir un nuevo modelo de empresa.
Consciente de la transformación del concepto en las últimas dos décadas, valora especialmente el auge de la Sostenibilidad como eje clave en las organizaciones, aunque lamenta que, en muchos casos, “se haya dejado fuera a la gran P que representa a las personas”. También reivindica los orígenes del movimiento: “En aquel reducido grupo de los años dos mil y pocos, admirabas a muchas personas, más por su favorable predisposición a alcanzar nuevas metas que por sus conocimientos”.
En este recorrido, Corresponsables ha sido un aliado clave. “Me he sentido muy cómodo en las relaciones con Corresponsables, en especial con Marcos”, afirma. “Siempre hemos compartido de forma muy transparente y respetuosa planteamientos y opiniones, que al menos para mí me ayudaron a ver las cosas desde múltiples perspectivas”. Con motivo del 20º aniversario del medio, reconoce su papel imprescindible: “La labor de Corresponsables ha sido y es muy encomiable, tanto por cruzar experiencias como por facilitar apoyo ante circunstancias novedosas”.
Javier, ¿por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Llevaba algunas décadas trabajando en BBVA (en sus distintos orígenes) cuando me ofrecieron la oportunidad de integrarme en el equipo de personas que iba a configurar el departamento de RSC. La orientación que se quería dar cuadraba perfectamente con mis inclinaciones personales, y para mí fue un gran honor y enorme satisfacción que se me ofreciera esta oportunidad, máxime cuando en la distribución interna me encomendaron ocuparme de la Acción Social, integrada en la RSC.
Desde el año 2000 hasta 2010, fecha en la que me prejubilé, me entregué en cuerpo y alma a esta labor y disfruté enormemente de mis funciones, a la vez que creo haber contribuido a realzar el papel del Banco como entidad.
“Me considero muy honrado de haber formado parte de la evolución de la RSE en este país”
Todo era nuevo al principio, para nosotros y para todas aquellas entidades que nos iniciábamos en este camino. Había mucho por hacer y mucho por descubrir. Por este motivo, creo que las relaciones personales entre quienes estábamos involucrados en las empresas con estos cometidos fueron entrañables, y siempre me encontré con una predisposición favorable a ayudar y colaborar, solidaridad que personalmente siempre tuve con los muchos que se acercaron a mí con la intención de compartir las distintas líneas de actuación que en BBVA teníamos emprendidas.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Como ya he dicho, las cosas eran muy diferentes a la actualidad. Éramos auténticos pioneros, con todo por descubrir y por hacer. Hoy todo ha evolucionado hacia algo muy distinto. No sería justo decir que a peor; creo que los enfoques son distintos, tal vez más mecanicistas. La evolución ha ido por la tiranía de las cuatro “P” (Plan, Proyecto, Programa y Piloto) y se ha dejado fuera, en la mayoría de las ocasiones, a la gran “P” que representa a las Personas.
“Todo era nuevo al principio, para nosotros y para todas aquellas entidades que nos iniciábamos en este camino”
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Entre esas entrañables relaciones de los orígenes de la RSC, me he sentido muy cómodo en las relaciones con Corresponsables, en especial con Marcos. Hemos coincidido en muchos lugares y siempre hemos compartido de forma muy transparente y respetuosa planteamientos y opiniones, que al menos para mí me ayudaron a tratar de ver las cosas desde múltiples perspectivas.
“La labor de Corresponsables ha sido y es muy encomiable”
Muy positiva. La labor de Corresponsables en el impulso y la evolución de la RSE ha sido y es muy encomiable. Tanto en el ámbito de cruzar experiencias y planteamientos por parte de los distintos agentes involucrados, como en el de facilitar ayuda y apoyo ante circunstancias novedosas.
Javier, ¿qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
El ayer de ayer y el hoy de hoy. Los enfoques han cambiado notablemente. En los inicios de la RSE, el enfoque era más exploratorio, más basado en intuición, valores personales y compromiso genuino. Hoy, sin embargo, el enfoque es más técnico y estructurado, lo que ha permitido consolidar muchas prácticas, pero también ha restado, en algunos casos, cercanía y espontaneidad.
La mayor preponderancia respecto a la Sostenibilidad me parece muy acertada. La integración de los criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) ha dado un marco más completo y ambicioso a lo que antes entendíamos únicamente como RSE. Esta evolución ha enriquecido el campo, ampliando su impacto y alineándolo con los desafíos globales que enfrentamos como sociedad.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
La sociedad en general ha cambiado mucho en estas dos décadas. Los ciudadanos están más informados, exigen mayor transparencia y esperan una implicación real por parte de las empresas en los asuntos sociales y ambientales. Es lógico que los enfoques sean diferentes: antes predominaba la filantropía y ahora se busca un compromiso estratégico y transversal en las organizaciones.
“La evolución ha ido por la tiranía de las cuatro ‘P’: plan, proyecto, programa y piloto”
Aun así, en algunos aspectos de actualidad me duele su despersonalización. Echo en falta aquel componente más humano y cercano, el contacto directo, la voluntad de transformar desde las relaciones personales y no solo desde los indicadores o los marcos normativos. La profesionalización ha sido necesaria, pero sería deseable que no olvidáramos nunca el alma con la que nació todo esto.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
Me considero muy honrado de haber formado parte de la evolución de la RSE en este país. Haber contribuido desde dentro, desde una gran entidad como BBVA, en los primeros pasos de esta materia, es algo que valoro profundamente. Es una etapa que recuerdo con gratitud y orgullo por todo lo vivido, aprendido y compartido.
“Se ha dejado fuera, en la mayoría de las ocasiones, a la gran P que representa a las personas”
Ser uno de los pioneros en su puesta en marcha me ha permitido ver cómo una idea que en su día parecía abstracta ha ido tomando forma, estructura y proyección. Y también he comprobado cómo la constancia, el compromiso y el trabajo en equipo han sido claves para construir lo que hoy llamamos Sostenibilidad empresarial.
Querido Javier, ¿tienes alguna anécdota que refleje el espíritu y los desafíos de los primeros años de la RSE?
Alguien muy cercano a mí me decía que no hacía Responsabilidad Social Corporativa, que lo que verdaderamente hacía era Publicidad Social Corporativa. Esa frase, que en su momento me sorprendió, resume muy bien uno de los grandes retos de los comienzos: el escepticismo y la incomprensión de lo que realmente representaba esta función dentro de las organizaciones.
Durante aquellos años iniciales, muchas veces tuvimos que explicar, convencer y defender que nuestras acciones no eran cosméticas ni campañas de imagen, sino parte de un cambio profundo en la manera de entender el papel de la empresa en la sociedad. Esa anécdota, en el fondo, me reafirmó en la importancia de lo que hacíamos.
¿Cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
En aquel reducido grupo de los años dos mil y pocos, admirabas a muchas personas, no tanto por sus conocimientos técnicos, que aún estaban en construcción, sino por su actitud, su entrega y su valentía. Fueron años de entusiasmo colectivo, donde lo más valioso era el deseo genuino de avanzar en una dirección distinta.
Más que expertos, éramos exploradores, y eso generaba un clima de colaboración muy especial. Lo que nos unía era una favorable predisposición a alcanzar nuevas metas, abrir caminos, equivocarnos juntos y, sobre todo, creer firmemente que otro tipo de empresa era posible.
¿Qué lecciones has aprendido, Javier, a lo largo de estos años en el campo de la RSE y la Sostenibilidad?
Qué difícil es ser una buena persona cuando en torno tuyo hay admiración. Esa es una de las reflexiones más duras y sinceras que he podido extraer de estos años. La admiración puede desviar, hacer perder el norte, y es ahí donde el compromiso real con la RSE se pone verdaderamente a prueba.
“Qué difícil es ser una buena persona cuando en torno tuyo hay admiración”
He visto y sigo viendo protagonistas que, con gran visibilidad, carecen de la humildad y sencillez que requiere inexcusablemente el desarrollo de la RSE. Y esa es una gran paradoja: una disciplina que nace desde los valores más humanos no puede estar liderada por quienes no los practican.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
El principal reto, desde mi punto de vista, es la repercusión que va a tener en las empresas la Inteligencia Artificial. Estamos ante una transformación que afecta directamente a cómo se toman decisiones, cómo se comunican los valores y cómo se gestiona la relación con los grupos de interés.
Será necesario repensar muchos marcos éticos y de gobernanza para que esta revolución tecnológica no diluya los principios que tanto ha costado integrar. La Sostenibilidad deberá ser más que nunca un ancla frente a la inmediatez y automatización.
Para concluir, ¿qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Seguro que lo van a hacer fenomenal, porque vienen con una conciencia más despierta y una mayor sensibilidad social. Pero para que este relevo sea auténtico, deberán evitar el error de considerarse superiores a quienes iniciamos este camino.
“Seguro que lo van a hacer fenomenal, siempre que se salgan de considerarse superiores”
Con esfuerzo, disciplina e ilusión, entenderán que es más importante el camino que la meta, y que la Sostenibilidad no es un destino al que se llega, sino una forma de avanzar cada día con coherencia, respeto y sentido de propósito.
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