FUNDACIÓN JUAN XXIII celebra el 15 aniversario de uno de sus proyectos más entrañables: las canastillas de bebé personalizadas y solidarias que, sin duda, se convierten en el regalo perfecto para un recién nacido.
Con la llegada de un bebé, los regalos y detalles por parte de aquellas personas que forman parte de la vida de sus progenitores se multiplican. En muchas ocasiones, son las propias empresas quienes, con el fin de obsequiar a un empleado o empleada que acaba de convertirse en papá o mamá, buscan el regalo perfecto para sorprenderles.
Así pues, desde el departamento de Marketing Promocional y Comercio Solidario de FUNDACIÓN JUAN XXIII, vieron en 2010 la oportunidad perfecta para ofrecer a las empresas un detalle con verdadero significado. Cabe destacar que, desde entonces, esta se ha consolidado como la opción ideal para felicitar a empleados o clientes la llegada del nuevo miembro de la familia, reforzando así el vínculo emocional entre la empresa y su equipo.
Durante estos 15 años, desde la Fundación han vendido más de 15.000 canastillas de bebé personalizadas y solidarias, realizadas, de forma íntegra, por personas con discapacidad intelectual.
Son ellas quienes, con dedicación y mimo, montan cuidadosamente cada canastilla, bordan el nombre del bebé en los textiles (mantitas, baberos, etc.) y preparan el empaquetado final, prestando atención a cada detalle para que el resultado sea impecable.
Dentro de un amplio catálogo, con opciones pensadas para cubrir todas las necesidades del bebé en sus primeros meses de vida y con una gran variedad de precios, cada canastilla incluye productos esenciales y de máxima calidad para el cuidado del recién nacido.
Además, cabe destacar que también hay opciones sostenibles, que incluyen productos ecológicos y materiales responsables, para aquellas empresas que quieren integrar el cuidado del planeta en el regalo.
Estas canastillas, que están disponibles en la web de la Fundación, cuentan con productos 100% hipoalergénicos, bordados con el nombre del bebé y con una nota personalizada.
También, brindan a las empresas la oportunidad de ejercer la solidaridad e involucrar, desde los primeros días de vida, tanto a sus empleados como a sus bebés en una cultura de compromiso con la discapacidad y la justicia social.
Para Victoria González, directora del departamento de Marketing Promocional y Comercio Solidario de FUNDACIÓN JUAN XXIII, “cumplir 15 años con este proyecto es, para todo el equipo, una enorme satisfacción. Las canastillas de bebé no solo simbolizan un regalo lleno de ternura y cuidado, sino también una oportunidad real de inclusión laboral para personas con discapacidad intelectual. Cada canastilla lleva detrás el esfuerzo, la profesionalidad y la ilusión de quienes las preparan con mimo, cuidando cada detalle. Para las empresas, es mucho más que un obsequio: es una forma de transmitir valores, de generar un impacto positivo y de construir un entorno laboral más humano y comprometido. Nos emociona ver cómo, año tras año, más organizaciones se suman a esta iniciativa que une ternura, responsabilidad social y solidaridad”.
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