¿Puede la inversión de impacto transformar la manera en que las fundaciones cumplen su misión? Esta pregunta vertebró la presentación del informe ‘Fundaciones e Inversión de Impacto’, preparado en conjunto por SpainNAB, Fundación AltamarCAM, Esade Center for Social Impact, AEF y DLA Piper, y presentado en el auditorio de este último.
El estudio llega en un momento clave para el ecosistema español: la inversión de impacto está creciendo de forma sostenida tanto en España como en Europa, impulsada por nuevos instrumentos financieros, mayor interés institucional y recomendaciones regulatorias.
El encuentro reunió a líderes del sector fundacional, expertos en innovación social y representantes de entidades que ya están explorando modelos híbridos entre filantropía e inversión. El objetivo: analizar cómo movilizar capital hacia proyectos que generen impacto social y medioambiental sin renunciar a la sostenibilidad financiera.
Un informe que marca un punto de inflexión
El estudio, elaborado con la participación de 74 fundaciones españolas, ofrece una radiografía inédita del ecosistema, así como opiniones y experiencias de éxito directas de distintas fundaciones, como Ayuda en Acción, Daniel y Nina Carasso, Educo, Juan Entrecanales Azcárate, LaCaixa, Open Value, Prodis, Save the Children, Ship2B, Open Value, Salas y TuTecho.
Los resultados muestran que el 45% de las fundaciones ya realiza algún tipo de inversión de impacto. La mayoría destina menos del 5% de su presupuesto, mientras que un grupo más reducido ha comprometido más del 30% de su patrimonio a estas estrategias. La forma más habitual de invertir es hacerlo desde el propio balance, una opción que reduce la complejidad operativa y permite una mayor flexibilidad. En segundo lugar, aparecen las entidades de inversión colectiva de tipo cerrado, que posibilitan compartir riesgos y colaborar con otros actores.
Las fundaciones que invierten lo hacen movidas principalmente por la voluntad de reforzar su misión mediante nuevos instrumentos, una motivación presente en el 85% de las entidades activas. A esta prioridad se suma la necesidad de alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la búsqueda de una mayor eficiencia en el uso de fondos y la sostenibilidad financiera.
Pese al creciente interés, el informe también identifica barreras relevantes. La principal es la falta de experiencia interna, señalada por el 43% de las fundaciones encuestadas. La medición del impacto constituye otro desafío significativo para un 31% de ellas. Asimismo, muchas entidades encuentran dificultades para localizar oportunidades de inversión plenamente alineadas con su propósito fundacional.
Tras la bienvenida por parte de Jesús Zapata, socio director de DLA Piper en España, la jornada arrancó con la presentación del informe por parte de José Moncada, vicepresidente de SpainNAB, y Aldara Fernández de Córdova, presidenta de Fundación AltamarCAM.
‘Nuestro objetivo con este estudio es ofrecer claridad y explicar qué impulsa a las fundaciones a dar este paso, qué barreras encuentran y qué oportunidades reales se abren cuando combinan la acción filantrópica con instrumentos financieros orientados al impacto. Queremos contribuir a que más fundaciones se sientan preparadas para explorar estas estrategias’, señaló Aldara Fernández de Córdova, presidenta de Fundación AltamarCAM.
Por su parte, Mercedes Valcárcel, directora general de SpainNAB, apuntó: ‘La inversión de impacto es un instrumento clave para que las fundaciones con patrimonio puedan alinear la gestión del mismo con su misión social’.
A continuación, dos paneles pusieron sobre la mesa los grandes retos y oportunidades:
Panel 1: Visión y liderazgo – Silverio Agea, director general de la Asociación Española de Fundaciones, y María Cruz Conde, patrona de Open Value Foundation y co-fundadora de Fondo de Fundaciones, debatieron sobre cómo integrar la inversión de impacto en la estrategia institucional. Moderó María Cristina Romero, Head of Sustainable Finance de Ethifinance.
Panel 2: Experiencias prácticas – Pilar Martínez, responsable de programas de Alimentación Sostenible en Fundación Daniel y Nina Carasso, Marta Solsona, Head of Work4Progress en Fundación ‘La Caixa’, y Guiomar Todó, directora general adjunta en Educo ONG compartieron aprendizajes sobre cómo combinar impacto social o medioambiental con rentabilidad, para lograr mayor escala y sostenibilidad en las fundaciones. Moderó Dalila Silberstein, Manager de ESADE Center for Social Impact.
El cierre estuvo marcado por las conclusiones jurídicas, presentadas por DLA Piper, firma que examinó la normativa vigente para determinar si las fundaciones pueden llevar a cabo este tipo de inversiones, en qué circunstancias y con qué limitaciones. Almudena Comin, counsel, y Mariano Renedo, asociado de la firma, subrayaron que el marco normativo español permite a las fundaciones realizar inversiones de impacto, que podrán configurarse como actividad finalista, cuando los recursos se destinen directamente a proyectos o instrumentos que contribuyan de forma medible al cumplimiento de los fines fundacionales, o como gestión patrimonial o financiera siempre que se respeten los principios de prudencia y preservación patrimonial.
Una tendencia que no es pasajera
El mensaje final fue claro: la inversión de impacto no sustituye a la filantropía, la complementa. Abre la puerta a alianzas estratégicas, atrae capital privado y permite a las fundaciones ampliar su capacidad transformadora en un contexto donde los retos sociales y medioambientales exigen soluciones innovadoras.
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