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Ucrania se prepara para un duro invierno, ya que la intensificación de los ataques contra la infraestructura energética del país deja a millones de personas en riesgo de sufrir apagones prolongados. Los ataques se producen ahora casi cada dos días en todo el país, y tienen como objetivo instalaciones eléctricas críticas, sumiendo a las comunidades en la oscuridad.
El último ataque a gran escala con drones y misiles, perpetrado el 10 de octubre, afectó a varias regiones, causó la muerte de civiles, entre ellos un niño de 7 años, y dejó al menos 15 heridos en todo el país. Barrios enteros de Kiev se quedaron sin electricidad ni agua, lo que pone de relieve la creciente presión sobre la red energética de Ucrania.
Para las familias, especialmente para los niños y niñas, los apagones significan no tener calefacción, agua caliente ni acceso a Internet para la educación on line. A medida que se acerca el invierno, estas condiciones suponen graves riesgos para la salud, la seguridad y el bienestar, lo que agrava el impacto psicológico de casi tres años de guerra.
World Vision y sus socios locales están respondiendo en toda Ucrania proporcionando apoyo psicosocial y de salud mental, desplegando equipos móviles en los refugios, gestionando espacios adaptados a la infancia y clases de recuperación escolar, y entregando alimentos, kits de higiene y suministros para el invierno, especialmente en las regiones orientales cercanas al frente. La organización también está apoyando a las pequeñas empresas con subvenciones para ayudar a las familias a reconstruir sus medios de vida en medio de la inestabilidad actual.