Lee un resumen rápido generado por IA   
 En el marco del Día Mundial del Ictus, la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Fundación Freno al Ictus, en colaboración con el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV-SEN) y la Fundación Gmp, organizaron en Madrid un encuentro científico y social que reunió a expertos, pacientes y cuidadores para analizar el impacto creciente del ictus en la sociedad española y proponer soluciones sostenibles desde la prevención hasta la rehabilitación.
Durante la jornada, se alertó sobre el alarmante aumento previsto de esta enfermedad: según la SEN, la incidencia del ictus podría crecer un 81 % y su prevalencia un 71 % para el año 2050 si no se actúa con urgencia. Con cerca de 90.000 casos anuales en España y más de 23.000 muertes en 2023 —más del 55 % de ellas en mujeres—, el ictus sigue siendo la primera causa de muerte en mujeres y de discapacidad adquirida en adultos.
Los expertos coincidieron en que el 90 % de los ictus podrían prevenirse con hábitos de vida cerebro-saludables. En palabras del Dr. Jesús Porta-Etessam, presidente de la SEN, “uno de cada cuatro españoles sufrirá un ictus a lo largo de su vida. Por eso, tanto la educación sanitaria desde edades tempranas como el control de factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol y el sedentarismo son clave para revertir estas cifras”.
Vida tras el ictus: la gran asignatura pendiente
Más allá de la prevención y el diagnóstico precoz, la jornada también puso el foco en la necesidad de mejorar la calidad de vida tras el ictus. La neuróloga María del Mar Freijo, coordinadora del GEECV-SEN, recordó que el envejecimiento de la población y la mayor supervivencia están aumentando el número de personas que conviven con secuelas crónicas.
Desde el ámbito enfermero, Purificación Enguix (Hospital La Fe) destacó que la formación especializada del personal de enfermería en unidades de ictus es esencial para detectar complicaciones, humanizar la atención y acompañar tanto al paciente como a sus familias durante el proceso de recuperación.
Además, se celebró una mesa redonda con testimonios de pacientes y cuidadores, en la que se reclamó una mayor coordinación entre el sistema sanitario y social, así como apoyo psicosocial para mitigar las secuelas invisibles de la enfermedad. “Detrás de cada ictus hay una historia de vida, no solo un diagnóstico”, afirmó la Dra. Patricia Simal, coordinadora científica de la Estrategia en Ictus del SNS.
Una campaña para visibilizar las secuelas: espasticidad
Durante el evento, Julio Agredano, presidente de la Fundación Freno al Ictus, presentó la campaña “Las secuelas de un ictus: espasticidad”, con la que se busca sensibilizar sobre una de las consecuencias más limitantes y menos visibles de esta enfermedad. Subrayó la necesidad de sumar fuerzas entre instituciones, profesionales y familias para ofrecer una atención verdaderamente integral que abarque desde el tratamiento médico hasta la inclusión social y laboral.
La jornada concluyó con el emotivo testimonio de Yolanda Torosio, bailarina y actriz que compartió su historia de superación a través del arte y la danza. Su experiencia sirvió como ejemplo de resiliencia y del poder transformador del acompañamiento emocional.
El evento contó con el respaldo de múltiples entidades del ámbito sanitario y farmacéutico, como Fundación Gmp, AbbVie, Sanofi, Novo Nordisk, Omron, Boehringer Ingelheim, Daiichi Sankyo, Bristol Myers Squibb–Pfizer, Novartis e Ipsen.
La Fundación Freno al Ictus continúa su labor para reducir el impacto del ictus en España, promoviendo hábitos de vida saludables, sensibilización, investigación y apoyo a las personas afectadas y sus familias.
Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en la Ficha de Freno al Ictus en el Anuario Corresponsables 2025.

 
  
 
 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 







 
  
  
 