ODS7. La eficiencia energética, una palanca imprescindible para un mundo más sostenible

Por Juan Bachiller, director general de ABB Motion España

17-01-2022



El comienzo de un nuevo año siempre ha sido sinónimo de nuevas oportunidades. En este caso, ante la llegada de los fondos europeos, en 2022 se espera un cambio de paradigma muy importante en el sector industrial.

Estas ayudas, claves para la recuperación económica y la transición ecológica del país, deben gestionarse y canalizarse correctamente para que sirvan como motor de crecimiento. Y es que se estima que pueden contribuir a elevar hasta el 20% el peso en el PIB de la industria en España, frente el 17% de media.

Por ello, ante estos datos esperanzadores, nos encontramos ante la posibilidad de transformar y digitalizar el modelo económico actual. Es decir, cambiar nuestra forma de producir para ser más eficientes y, por lo tanto, más sostenibles. De hecho, si se adoptasen las medidas adecuadas en materia de eficiencia energética se podría llegar a conseguir hasta en un 40% los objetivos establecidos en el Acuerdo de París.

La tecnología y la sostenibilidad, un binomio a potenciar

Un reto del presente que, junto a la explosión demográfica, el incremento del consumo eléctrico por la electrificación de la economía y los compromisos contra el cambio climático llevan al sector tecnológico a ser un agente clave en esta transición.

En ABB, empresa global de ingeniería, llevamos años trabajando para acercar la tecnología a todo tipo de organizaciones, independientemente de su tamaño y sector, para que podamos afrontar juntos los retos presentes y futuros.

A través de las soluciones que ofrecemos, los hogares, las oficinas, fábrica y transportes, entre otros, pueden ser más seguros y eficientes desde el punto de visto energético, lo que ayuda ahorrar a las compañías tanto en emisiones como en costes económicos.

Un buen ejemplo son los motores eléctricos. Estos consumen casi la mitad de la electricidad a nivel mundial, ya que son usados en múltiples contextos durante largos periodos de tiempo. De esta manera, su actualización por equipos más eficientes apoyados en las ventajas de soluciones complementarias, como los variadores de frecuencia, resulta crucial para garantizar unas operaciones presentes y futuras más seguras, inteligentes y productivas. Un proceso que alcanza un nivel aún más eficiente si se le añaden soluciones de monitorización, que ayudan a identificar en cada momento cómo se encuentran los equipos y planificar eventos futuros de su ciclo de vida.

El Movimiento por la Eficiencia Energética, una iniciativa estratégica para fomentar la sostenibilidad

Estas han sido algunas de las ideas que presentamos en la mesa redonda que organizamos en Madrid desde ABB hace unas semanas. Un acto englobado en el Movimiento por la Eficiencia Energética donde, a través de un viaje por el Sur de Europa, mostramos ejemplos reales que ponían de manifiesto cómo la correcta aplicación y uso de las tecnologías permite reducir el consumo energético y, al mismo tiempo, las emisiones contaminantes.

En dicha jornada destacamos casos reales de grandes organizaciones que han ahorrado considerables cantidades de energía mediante la instalación de variadores de frecuencia ABB en sus motores. Unos dispositivos que resultan cruciales para regular la energía empleada en los procesos y, así, poder aumentar la productividad, reducir costes y alargar la vida útil de los equipos.

En el caso de España, compartimos el caso de IKEA, en cuyos centros de San Sebastián de los Reyes y Alcorcón (Madrid), dos de sus complejos más grandes en España, el grupo sueco líder mundial en decoración y mobiliario ha instalado variadores de frecuencia de ABB. Gracias a ellos, IKEA ha dejado de emitir 425 toneladas de dióxido de carbono al año, lo que equivale a las emisiones de 95 automóviles de combustión en un año. Y no solamente se trata de dejar de emitir, sino que también de aumentar la eficiencia que, en este caso, ha sido del 25%.

En definitiva, un caso de éxito que sirve como precedente de lo que se pueda llegar a conseguir con la correcta aplicación de las tecnologías. Unas soluciones que a veces asociamos directamente con las grandes corporaciones, pero que cada vez más, están al alcance de las pequeñas y medianas empresas del país.