En España, el verano de 2025 batió récords con la ola de calor más intensa desde que hay registros, según la AEMET. En este contexto de crisis climática, BBVA presenta un nuevo monográfico que analiza cómo el mundo del vino —clave para la economía y la cultura de países como España, Chile, Argentina o México— está adoptando estrategias sostenibles.
Estas van desde la agricultura regenerativa hasta la equidad social y la innovación tecnológica. El vino ha acompañado a la humanidad durante más de 2.000 años, pero hoy enfrenta una transformación sin precedentes. Las alteraciones del clima —como las temperaturas extremas, lluvias torrenciales o sequías— están afectando su producción, modificando los ciclos de maduración de la uva y comprometiendo su calidad.
En este escenario, el nuevo monográfico de BBVA – ‘De la cepa a la mesa: la sostenibilidad en el mundo del vino’ – explora cómo el sector vitivinícola está respondiendo a estos desafíos. La publicación recoge las principales estrategias que bodegas y productores de Europa y América Latina están implementando —o considerando— para liderar una transición hacia modelos más sostenibles.
Soluciones sostenibles ante un clima impredecible
Los impactos del cambio climático ya se sienten en los viñedos de todo el mundo. Entre los efectos observados se encuentran el estrés hídrico, el desequilibrio del suelo y la pérdida de biodiversidad. También se han detectado cambios en la acidez y los aromas del vino.
El monográfico presenta innovaciones como la viticultura regenerativa, la reducción de pesticidas y el impulso a variedades de uva más resistentes. También destaca cómo tecnologías como sensores IoT (Internet de las cosas), inteligencia artificial o blockchain permiten anticipar plagas, monitorear viñedos en tiempo real y garantizar la trazabilidad de los vinos sostenibles.
Además, muchas bodegas están optando por generar su propia energía renovable, reutilizar el agua en bodega o emplear botellas más ligeras para reducir su huella de carbono.
Más allá del viñedo: impacto social y económico
La sostenibilidad en el sector del vino también conlleva un compromiso social significativo. Por ejemplo, en México, la industria vitivinícola genera más de 500.000 empleos directos en la actividad primaria del cultivo de la vid. En España, los municipios con viñedos mantienen un 53 % más de población que aquellos sin ellos, lo que evidencia el papel del vino en la lucha contra la despoblación rural.
El monográfico recoge iniciativas que promueven la igualdad de género (según la FEV, el número de mujeres al frente de explotaciones vitivinícolas en España se ha duplicado en la última década), el turismo responsable y el fomento del consumo moderado. Asimismo, aborda la sostenibilidad desde la gobernanza empresarial, destacando la importancia de la transparencia y los códigos éticos, entre otros.
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