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Un total de 297 farmacias ubicadas en zonas rurales imparten sesiones de educación sanitaria a pacientes y cuidadores para fomentar el autocuidado y la adherencia en el ámbito de la salud mental, en el marco de una campaña impulsada por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos bajo el nombre de Escuelas Rurales de Salud Mental.
La iniciativa, desarrollada en colaboración con Boehringer Ingelheim, tiene como objetivos potenciar la intervención de la farmacia comunitaria en la detección de síntomas de patología mental, fomentar la derivación al especialista y desarrollar la educación sanitaria y el autocuidado. En definitiva, impulsar la labor del farmacéutico y la farmacia como un potente radar social de problemas de salud mental.
Las farmacias rurales de 35 provincias que se han sumado a esta campaña están impartiendo dos sesiones de educación sanitaria dirigidas a pacientes y a cuidadores a los que se les explica la importancia del autocuidado en la salud mental y de la adherencia tanto a los tratamientos como a los hábitos de vida saludables, entre ellos, el ejercicio físico y una alimentación equilibrada.
Para Rita de la Plaza, tesorera del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, “con esta iniciativa no solo ayudamos a los pacientes con patología mental y a sus cuidadores y familiares, contribuyendo a que entiendan mejor su enfermedad, su medicación y cómo deben cuidarse, sino que posicionamos al farmacéutico comunitario, como un profesional sanitario que actúa como un radar de las primeras manifestaciones de la enfermedad y que es capaz de detectar cualquier problema que presente el paciente y derivar al médico cuando sea necesario”.
Según la tesorera del Consejo General, “esto lo conseguimos por nuestra cercanía y accesibilidad y confianza del paciente y como expertos en el medicamento ofreciendo Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales desde la farmacia comunitaria”.
En las primeras semanas de funcionamiento de esta iniciativa, 850 pacientes y 280 cuidadores han respondido a las encuestas de satisfacción facilitadas tras asistir a las formaciones impartidas por los farmacéuticos. Sin embargo, se pretende sensibilizar y formar a más de 5.000 personas de pequeñas localidades.
Los orígenes
Esta iniciativa se enmarca en una campaña sanitaria que el Consejo General puso en marcha en noviembre del año asado junto a la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) y en colaboración con Boehringer Ingelheim, cuyo eje principal fue, además de potenciar la intervención del farmacéutico comunitario en patología mental, promover la estima frente al estigma en salud mental.
Para ello, se desarrolló una guía científica junto a la SEPSM, que permitía a los farmacéuticos profundizar en sus conocimientos sobre las principales patologías mentales, sus diferencias, los signos y síntomas de alerta y las buenas prácticas de derivación al especialista.
Además, se crearon infografías descriptivas sobre autocuidado en la salud mental para los pacientes y sus cuidadores, donde se aborda la importancia de la adherencia terapéutica y a hábitos saludables. También, bajo el paraguas de Escuela con Pacientes del Consejo General, se desarrolló un webinar formativo con el título de “El papel del autocuidado en la Salud mental”.
Un radar para detectar primeros síntomas
La contribución de los farmacéuticos comunitarios a la hora de afrontar el gran reto de la salud mental es clave, puesto que, por su cercanía al paciente, representan un auténtico radar para detectar primeros síntomas, pacientes que han dejado de tomar su medicación, otros que expresan reacciones adversas o que muestran signos de empeoramiento.
En el estudio “La Salud Mental en España”, promovido por el Consejo Asesor Social de la Profesión Farmacéutica, en el que se hace una fotografía de la prevalencia, causas, factores de riesgo, sistemas y recursos de atención asociados a los problemas de salud mental, se recoge un decálogo de recomendaciones en las que se insta a tener en cuenta a los farmacéuticos como un recurso sanitario para mejorar la atención a las personas con patologías mentales.
Como se defiende en el informe, la colaboración de los farmacéuticos con el resto de los profesionales potencia la calidad de los cuidados continuos, desde la prevención y detección hasta el seguimiento a largo plazo del tratamiento y proceso de recuperación. Por ello, integrar al farmacéutico en equipos multidisciplinares de salud mental es una medida necesaria pues permitiría mejorar la coordinación entre los distintos actores del sistema de salud y ofrecer un enfoque más integral y personalizado al paciente.
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