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Cristian Rovira: “Calidad, profesionalidad y discapacidad pueden ir de la mano”

La evolución de Grupo SIFU ha sido posible, en parte, gracias al compromiso de empresas cada vez más sensible ante la diversidad 

04-04-2018

En 1993 apenas existían opciones laborales para las personas con discapacidad. Por aquel entonces, el presidente de Grupo Sifu, Albert Campabadal, decidió apostar por la empleabilidad del colectivo, poniendo los pilares de los que a día de hoy es Grupo Sifu. Tal y como nos cuenta Cristian Rovira, vicepresidente de la compañía, Campabadal hizo hace más de 25 años una apuesta transgresora para la épica. Gracias a ello, se han logrado hitos como dejar de hablar de “minusválidos” para hablar de personas con discapacidad e incrementar la inserción de este colectivo en el mercado laboral.

¿Cómo ha sido la evolución de Grupo SIFU desde 1993 a la actualidad? ¿Qué hitos destacaría?

En estos 25 años, gracias al trabajo constante y esfuerzo de todos los que creímos y creemos en este proyecto, hemos demostrado que calidad, profesionalidad y discapacidad pueden ir de la mano.

Año tras año, Grupo SIFU ha ido dibujando una línea de crecimiento constante hasta alcanzar más de 1.600 clientes y una plantilla de más de 4.500 trabajadores, el 89% con discapacidad. Empezamos en un local de Barcelona y hoy estamos presentes en todo el territorio nacional, con delegaciones en todas la comunidades autónomas, y contamos con clientes del ámbito público y privado de todos los sectores (industrial, farmacéutico, sanitario, aeroportuario, etc.) que depositan su confianza en nosotros.

Este crecimiento solo ha sido posible gracias a un cambio en la mentalidad de la sociedad respecto a la discapacidad, hemos pasado de “limpiar con minusválidos” a “ofrecer Facility Services integrando a personas con discapacidad”. Para mí, el gran hito de Grupo SIFU ha sido poner nuestro granito de arena para poner en valor las capacidades de las personas con diversidad funcional.

¿Y cómo ha ido evolucionando en paralelo la inserción laboral de las personas con discapacidad?

A lo largo de los años, a medida que se ha ido produciendo este cambio de mentalidad, la integración laboral de las personas con diversidad funcional ha evolucionado favorablemente, aunque su situación aún dista mucho de los indicadores generales. Los datos estadísticos hablan por sí solos: la tasa de paro de las personas con discapacidad es actualmente del 28,6%, casi 10 puntos por encima que el resto de la sociedad, y la tasa de actividad es del 35,2% frente al 58,8% de la última encuesta de población activa en España. Definitivamente, en estos 25 años, hemos avanzado en materia de integración laboral pero queda mucho trabajo por hacer.

En el 2000 se aprueban las medidas alternativas a la LISMI, ¿cómo repercute en Grupo SIFU?

La aprobación por Real Decreto de las Medidas Alternativas a la LISMI, hoy integrada en la Ley General de Discapacidad (LGD), representó un punto de inflexión para Grupo SIFU. Con su implantación, muchas empresas empezaron a confiar en los Centros Especiales de Empleo para la prestación de diversos servicios que, a su vez, les ayudaban a cumplir la cuota de reserva para personas con discapacidad.

A partir de entonces, el crecimiento del grupo ha sido constante, ampliando sus servicios en todas las Comunidades Autónomas e incrementando su plantilla y el número de personas con discapacidad que forman parte de ella. Es importante incidir en que el crecimiento empresarial de la organización va directamente ligado a la voluntad social de ofrecer puestos de trabajo adaptados a las necesidades de las personas con cualquier tipo de discapacidad y al fomento de esta política social al tejido empresarial.

Esta visión de la empresa ha hecho que hoy cuente entre sus más de 4.500 trabajadores con el 89% de personas con discapacidad.

¿Cuáles han sido los momentos más difíciles para la compañía en esta trayectoria de 25 años? ¿Cómo se han soslayado?

Los momentos más duros los vivimos los primeros años, cuando nadie nos entendía ni confiaba en que una empresa como la nuestra podía ofrecer servicios profesionales. Nos costó mucho hacer entender a nuestros interlocutores que discapacidad no estaba reñido con calidad y convencerles de que nos diesen una oportunidad. Supimos aprovechar esas primeras oportunidades y el tiempo nos ha dado la razón.

Como en todas las empresas, también hemos sufrido fracasos, por ejemplo en la creación de líneas de negocio que no funcionaron o cuando intentamos establecernos en Portugal. En esos momentos, cada fracaso supone un revés pero siempre hemos tenido una actitud positiva, aprendemos de los errores y emprendemos los nuevos retos cada vez más preparados.

¿Y los más satisfactorios?

La parte más satisfactoria de esta aventura es mirar atrás y ver lo que hemos conseguido. Año tras año la empresa sigue creciendo, más clientes apuestan por nosotros y eso nos permite crear más oportunidades para las personas con diversidad funcional.

En esta misma línea, actualmente nos sentimos especialmente orgullosos de la apuesta por las personas con discapacidad con especiales dificultades. Este colectivo, considerado de difícil inserción, ya representa el 29% de nuestra plantilla, es decir más de 1.300 personas. También es satisfactorio descubrir las historias de estas personas y ver que, como empresa, hemos contribuido a la normalización de la discapacidad y a la integración social y laboral.

¿Cómo ha evolucionado la sensibilidad de los empresarios ante el colectivo de personas con discapacidad?

La evolución de Grupo SIFU no habría sido posible sin el compromiso por parte un tejido empresarial que es cada vez más sensible ante la diversidad y más consciente de su papel para crear una sociedad más justa e integradora.

En la era de la Responsabilidad Social Corporativa, muchas organizaciones se están acostumbrando a situar el factor social entre los aspectos a tener en cuenta a la hora de contratar un servicio. En nuestro caso, cientos de clientes del ámbito público y privado han decidido apostar por el valor añadido que supone integrar a personas con discapacidad en su operativa, pero creo que es importante recordar que si esto ha sido posible es porque, además de aportar un valor añadido en el ámbito social, hemos sido capaces de ofrecer un producto de calidad, profesional y competitivo.

¿Qué retos quedan por delante en el ámbito de la inserción laboral de personas con discapacidad?

Con una tasa de empleo del 25% es evidente que aún quedan muchos retos por delante. Grupo SIFU no es más que un ejemplo, la punta del iceberg que demuestra que trabajar con personas con diferentes capacidades puede aportar valor y calidad a cualquier tipo de empresa, además de ser una opción perfectamente viable a nivel económico para cualquier tipo de sector.

¿Dónde se ven en Grupo SIFU de aquí a 25 años?

En un mundo tan cambiante como el actual, no sabemos qué servicios prestaremos dentro de 25 años, lo que sí sabemos es que seguiremos apostando por la discapacidad, aunque estoy convencido de que será en un entorno más normalizado e inclusivo, donde se valore a las personas por lo que pueden hacer y no por lo que son.