¿Cuál es el diagnóstico actual de la eficiencia energética en el Perú? ¿Qué sectores enfrentan los mayores retos y por qué?
En el Perú persisten brechas relevantes en eficiencia energética, especialmente en sectores con alta intensidad de consumo como minería, industria, retail, infraestructura crítica y edificaciones comerciales. En estos rubros, la creciente complejidad de la demanda eléctrica no siempre ha venido acompañada de una modernización equivalente de la infraestructura. Como resultado, muchas operaciones aún carecen de visibilidad y control en tiempo real sobre su consumo energético, lo que limita la capacidad de identificar ineficiencias, anticipar fallas y optimizar procesos de manera sostenida.
Aun así, se observa una mayor conciencia por parte del sector empresarial sobre la importancia de avanzar hacia modelos más eficientes. Cada vez más organizaciones reconocen que la gestión energética impacta directamente en sus costos, su resiliencia operativa y su desempeño en sostenibilidad. Este contexto abre una oportunidad clara para acelerar la adopción de tecnologías de automatización, electrificación y gestión digital, que permitan transformar la energía en un activo estratégico y acompañar el crecimiento económico del país de manera responsable.
Desde su perspectiva, ¿cuáles son las brechas más urgentes que el país debe superar para avanzar hacia un modelo energético más sostenible de cara al 2026?
Mirando hacia el 2026, una de las brechas más urgentes que debe superar el país es la falta de una visión integral en la gestión energética. En muchos casos, la eficiencia, la electrificación y la sostenibilidad siguen abordándose como iniciativas independientes, cuando en realidad deben formar parte de una misma estrategia de largo plazo. Esta fragmentación limita el impacto de los esfuerzos realizados y retrasa la transición hacia un modelo energético más moderno, resiliente y sostenible.
A ello se suma una brecha clave en la capacidad de adopción tecnológica, que incluye tanto la inversión en soluciones modernas como el desarrollo de talento y cultura organizacional para gestionarlas de forma efectiva. Avanzar hacia un modelo energético sostenible no depende únicamente de infraestructura, sino de liderazgo, planificación y decisiones estratégicas que integren digitalización, automatización y electrificación de manera coherente. Superar estas brechas será determinante para que el Perú acelere su transición energética sin comprometer su competitividad ni su crecimiento.
La electrificación es un pilar de la transición energética. ¿Cómo están adoptando esta tendencia las empresas peruanas y cuáles son las principales oportunidades?
En el mercado peruano ya se observa una adopción progresiva de la electrificación, especialmente en empresas que buscan modernizar sus operaciones y reducir su impacto ambiental. Sectores como minería, industria, logística y edificaciones están incorporando soluciones eléctricas más eficientes, reemplazando tecnologías tradicionales y apostando por sistemas que ofrecen mayor seguridad, confiabilidad y control. Esta adopción responde a una comprensión cada vez más clara de que la electrificación no es solo una respuesta ambiental, sino una decisión estratégica para mejorar el desempeño operativo.
Las principales oportunidades se encuentran en la electrificación de procesos productivos, la modernización de edificios, la movilidad eléctrica y la integración de sistemas eléctricos inteligentes con plataformas digitales de gestión. Cuando la electrificación se combina con automatización y monitoreo en tiempo real, las empresas pueden optimizar el uso de la energía, reducir costos operativos y preparar sus operaciones para un entorno energético más exigente. En este sentido, la electrificación se consolida como una palanca clave para impulsar productividad, resiliencia y sostenibilidad de forma simultánea.
En términos de automatización y digitalización, ¿qué tecnologías están marcando una diferencia real en la gestión energética de las organizaciones?
Las tecnologías que hoy están marcando una diferencia real en la gestión energética son aquellas que permiten integrar medición, control y análisis de datos en tiempo real. Sistemas de gestión de energía y edificios, plataformas digitales conectadas, sensores inteligentes, tableros eléctricos digitalizados y soluciones de automatización industrial están transformando la manera en que las organizaciones supervisan y optimizan su consumo. Estas herramientas permiten pasar de una gestión reactiva a una gestión mucho más predictiva, basada en información confiable y continua.
El verdadero valor de estas tecnologías está en su capacidad de convertir los datos energéticos en decisiones operativas y estratégicas. Gracias a la digitalización, las empresas pueden identificar ineficiencias, anticipar fallas, optimizar cargas críticas y mejorar la continuidad operativa. En un contexto de creciente demanda energética y mayores exigencias de sostenibilidad, la automatización y la gestión digital se consolidan como habilitadores claves para operaciones más eficientes, resilientes y alineadas con los objetivos de largo plazo de las organizaciones.
Schneider Electric habla de la convergencia entre energía y digitalización. ¿Cómo se traduce esto en soluciones concretas para el mercado peruano?
Para Schneider Electric, la convergencia entre energía y digitalización se materializa a través de EcoStruxure, su plataforma abierta e interoperable que integra equipamiento eléctrico, automatización, software y servicios digitales. En el mercado peruano, esta propuesta permite a las organizaciones gestionar su infraestructura energética de manera integral, con visibilidad en tiempo real del consumo, mayor control operativo y capacidad de tomar decisiones basadas en datos. A través de soluciones como EcoStruxure Power, EcoStruxure Building y EcoStruxure for Industry, las empresas pueden abordar la gestión energética de forma coherente en distintos entornos, desde edificios y data centers hasta operaciones industriales y mineras.
En la práctica, esta convergencia permite implementar modelos de gestión más avanzados, donde el monitoreo continuo, la analítica de datos y la automatización se combinan para optimizar procesos, reducir emisiones y fortalecer la resiliencia operativa. Para las empresas peruanas, esto se traduce en soluciones escalables que se adaptan a sus necesidades actuales y futuras, facilitando la transición hacia modelos energéticos más sostenibles, digitales y preparados para los desafíos del crecimiento y la descarbonización.
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