El Ministerio del Ambiente (Minam) presentó la “Línea de base de la diversidad de la yuca peruana con fines de bioseguridad”, que aborda su aprovechamiento sostenible y la importancia de su conservación en nuestro territorio.
La investigación se desarrolló entre los años 2019 y 2021 en 15 regiones del país y permitió conocer sus condiciones ambientales, a partir del análisis de diferentes variedades domesticadas (sembradas por el hombre) y cuatro especies silvestres (sin intervención del ser humano) de dicho vegetal (Manihot esculenta).
Según los especialistas del Minam, los tipos silvestres pueden crecer en diversos tipos de suelo, sin intervención humana, y algunas comunidades le otorgan propiedades terapéuticas.
Al respecto, el director general de Diversidad Biológica, Marco Arenas, sostuvo que la investigación desarrollada es un hito significativo, ya que fortalecerá la conservación y uso responsable de los recursos genéticos del país. Explicó que la yuca es un cultivo ancestral, probablemente originario de la cuenca amazónica, “que ha acompañado a las comunidades indígenas durante cerca de 9000 años”.
Investigación
Las regiones involucradas en dicho estudio son Amazonas, Ayacucho, Cajamarca, Cusco, Huánuco, Junín, La Libertad, Loreto, Madre de Dios, Pasco, Piura, Puno, San Martín, Tumbes y Ucayali. En total, se recolectaron 188 muestras de hojas y flores, que fueron almacenadas en bancos de germoplasma del país para su conservación, estudio y protección a largo plazo.
La yuca es mucho más que un alimento; es un símbolo de la increíble diversidad que tiene en Perú.
Esta publicación del Minam recoge los conocimientos ancestrales sobre conservación de más de 500 agricultores. Es un cultivo ancestral esencial para la seguridad alimentaria pues puede crecer en condiciones climáticas adversas y esconde una riqueza genética, ecológica y cultural extraordinaria.
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