Cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación. De un tiempo a esta parte, esta conmemoración cuenta con un espacio relevante para la alimentación ecológica. Se trata de una fecha que invita a reflexionar sobre la forma en que producimos, distribuimos y consumimos los alimentos. En un contexto de crisis climática, pérdida de biodiversidad y desigualdades sociales, la alimentación ecológica se presenta no solo como una alternativa saludable, sino como un pilar esencial para avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y construir una sociedad más justa y sostenible.
La agricultura ecológica prioriza el uso responsable de los recursos naturales, evita pesticidas y fertilizantes químicos, y protege la fertilidad del suelo y la diversidad biológica. Esto contribuye directamente a varios ODS, como el fin del hambre (ODS 2), la acción por el clima (ODS 13) y la vida de ecosistemas terrestres (ODS 15). Al mismo tiempo, fomenta sistemas alimentarios más resilientes frente al cambio climático y promueve la soberanía alimentaria, permitiendo a las comunidades mantener el control sobre sus métodos de producción y sus alimentos.
Desde el punto de vista social, el comercio ecológico y local fortalece las economías rurales y reduce la dependencia de grandes corporaciones agroindustriales. Apostar por productos de proximidad implica acortar las cadenas de distribución, disminuir las emisiones derivadas del transporte y garantizar precios más justos para los productores. Asimismo, impulsa un consumo más consciente y ético, en el que el ciudadano deja de ser un mero consumidor para convertirse en un agente activo del cambio.
Sin embargo, avanzar hacia una alimentación ecológica requiere políticas públicas comprometidas, educación ambiental y un cambio profundo en los hábitos de consumo. La sostenibilidad no puede ser un lujo, sino un derecho accesible a todos. Por ello, gobiernos, empresas y ciudadanos deben trabajar conjuntamente para transformar el actual modelo agroalimentario en uno más respetuoso con las personas y el planeta.
Celebrar el Día Mundial de la Alimentación Ecológica es, en última instancia, un recordatorio de que nuestras elecciones diarias tienen poder. Optar por una alimentación ecológica es apostar por un futuro más saludable, equilibrado y sostenible para las generaciones presentes y futuras.
Este editorial forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Alimentación Ecológica