Entrevista para Corresponsables con Patricia Sánchez, Gerente de Ávora, Asociación del Sector del Tabaco, en la que explica cómo la organización impulsa la gestión responsable de los residuos de filtros de tabaco con plástico y promueve la concienciación social frente a la basura dispersa. Ávora es la entidad que gestiona el Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) para los residuos de filtros de tabaco, con el objetivo de reducir su impacto ambiental, fomentar la prevención y sensibilizar a la población fumadora sobre el correcto desecho de las colillas.
Patricia Sánchez detalla cómo la asociación trabaja en coordinación con las administraciones públicas, desarrolla campañas de comunicación como Depende de todos y distribuye gratuitamente ceniceros portátiles en eventos y espacios públicos para promover hábitos responsables. Además, analiza los avances logrados desde la aprobación del Real Decreto que regula la gestión de estos residuos, el papel de la hostelería y los ayuntamientos como aliados, y los desafíos futuros para reforzar la educación ambiental y la sostenibilidad del sector.
¿Cuál es la misión principal de Ávora y cómo se organiza la asociación para cumplirla?
Ávora es la asociación que gestiona el sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor para los residuos de filtros de tabaco con plástico, lo que se conoce como SCRAP.
Hace un año se publicó el real decreto que regula la gestión de estos residuos, concretamente los procedentes de filtros que contienen plástico. Desde entonces, hemos intensificado nuestra actividad. Nuestra misión principal es prevenir la generación de estos residuos y sensibilizar a la población fumadora sobre el correcto desecho de las colillas.
Para ello, nuestro gran aliado es el cenicero portátil, que promovemos para que los fumadores dispongan siempre de un lugar adecuado donde depositar las colillas. Esta herramienta es clave en nuestras campañas de comunicación, de las que hablaremos más adelante.
Además, desempeñamos una labor fundamental de coordinación con las administraciones públicas, especialmente con las comunidades autónomas, para asumir los costes derivados de la recogida y posterior eliminación de estos residuos en los espacios públicos.
Gestionan el Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) de filtros de tabaco con plástico. ¿Cómo funciona?
Así es. Este sistema, conocido por sus siglas como SCRAP, es una entidad sin ánimo de lucro creada para canalizar el cumplimiento de las obligaciones de los productores afectados por esta normativa de manera colectiva.
Ávora es una asociación formada por empresas adheridas que ponen en el mercado español productos de tabaco con filtro o filtros para utilizar con productos de tabaco, siempre que contengan plástico.
Es un sector muy concentrado y esta SCRAP está muy acotada a un residuo concreto: los filtros de tabaco. Esto nos permite mantener una estrecha colaboración con los productores, que están muy concienciados sobre la importancia de luchar contra la basura dispersa que generan las colillas. Su colaboración es clave para alcanzar nuestros objetivos.
Desde Ávora realizamos campañas de concienciación, desarrollamos estudios técnicos para disminuir la presencia de colillas en el suelo y mantenemos una interlocución constante con las administraciones públicas.
¿Qué campañas destacadas de sensibilización han realizado para fomentar el desecho adecuado de colillas entre la ciudadanía?
Nuestra campaña se llama Depende de todos. Ese es precisamente nuestro mensaje: involucrar a la población adulta fumadora en la consecución de nuestro objetivo común.
Tratamos de estar presentes en todo tipo de espacios y eventos con gran afluencia de personas, donde potencialmente se genera una mayor cantidad de residuos. Nuestras campañas tienen un doble objetivo: sensibilizar con mensajes dirigidos a evitar el abandono de colillas y dar a conocer el cenicero portátil, nuestro gran aliado.
Distribuimos estos ceniceros de manera gratuita a la población adulta fumadora. Este año hemos estado presentes en eventos multitudinarios como los carnavales de Cádiz, las Fallas de Valencia, el Orgullo de Madrid por segundo año consecutivo y la Semana Grande de Santander. También hemos llevado la campaña a festivales de música, mercadillos y playas durante el verano.
En todos los casos, el objetivo es llegar a más personas y contribuir a que, tras los festejos, los entornos queden más limpios.
¿Cómo involucran a establecimientos del sector de hostelería y autoridades locales para ampliar el alcance de sus campañas ambientales?
Siempre buscamos alianzas con entidades que compartan nuestro propósito, y la colaboración con los ayuntamientos es fundamental.
A lo largo de los años hemos comprobado que el cenicero portátil funciona, y los propios municipios lo confirman. Algunos incluso nos llaman para repetir colaboración. Un ejemplo claro es el Ayuntamiento de Málaga, con el que llevamos más de tres años trabajando.
Con ellos hemos colaborado durante la Semana Santa, en verano en las playas y también en la época navideña, cuando hay más actividad en las calles. Es una colaboración sólida que seguiremos repitiendo.
En el caso de la hostelería, contactamos con las asociaciones locales y, cuando les presentamos el proyecto, enseguida muestran su interés por contribuir a mantener el entorno limpio.
El sector lleva comprometido desde 2018 con la sostenibilidad. ¿Cómo ha evolucionado su enfoque ambiental desde entonces?
Desde 2018, cuando se conoció que esta normativa llegaría tanto a Europa como a España, el sector se anticipó y empezó a prepararse. Se realizaron estudios previos para poner en marcha el SCRAP en cuanto se publicara la normativa, y se lanzaron las primeras campañas de comunicación y distribución de ceniceros portátiles.
El enfoque ambiental siempre ha estado en el centro. Desde el principio se entendió que esta normativa era una oportunidad para trabajar juntos por la mejora del medioambiente. Además, el contexto actual nos acompaña: el cuidado del entorno y la responsabilidad social ya no son una moda, sino ejes estratégicos tanto en el ámbito público como en el privado.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta Ávora para que el público y las empresas adopten hábitos más responsables con los filtros de tabaco?
Sabemos que cambiar hábitos lleva tiempo, así que debemos ser perseverantes e insistir con nuestras campañas, muchas veces volviendo a los mismos lugares. Sin embargo, comprobamos que cuando se ofrece una solución eficaz, el cambio es posible.
El cenicero portátil está muy bien valorado por los fumadores, y los resultados son visibles: tras los eventos, se observa una disminución real de la cantidad de colillas abandonadas.
Nuestro desafío es llegar a más personas y más espacios, impulsando un cambio hacia una mayor responsabilidad en la gestión de los residuos. Y no solo hablamos de colillas: queremos contribuir a luchar contra la basura dispersa en general. Creemos que “la limpieza llama a la limpieza” y que un entorno libre de colillas tiende también a ser un entorno libre de otros residuos. Ese es nuestro propósito.
Mirando al futuro, ¿qué nuevas iniciativas o proyectos tiene planeados Ávora para reforzar la gestión sostenible de colillas y filtros de tabaco en los próximos años?
Queremos asegurarnos de que nuestras campañas y la distribución del cenicero portátil generan un impacto positivo real. Por eso, estamos desarrollando proyectos que evalúen su eficacia y nos ayuden a identificar puntos de mejora.
Esto nos permitirá ampliar nuestras alianzas, aumentar la escala de las campañas y llegar a más personas. En definitiva, seguir impulsando un cambio de hábitos sostenido y eficaz.
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