Lucio Fernández, portavoz de Felicidad Auténtica, relata cómo este evento gratuito nació en 2020 con el objetivo de “cuidar a quienes cuidan”. Desde familiares de niños con capacidades diferentes hasta personal sanitario y público general, el encuentro se ha consolidado como un espacio de bienestar emocional y psicología positiva que dignifica el cuidado y reivindica políticas valientes para situar el bienestar colectivo en el centro de la sociedad.
¿Qué te empujó personalmente a crear Felicidad Auténtica en 2020? ¿Hubo un momento concreto que lo desencadenara?
Felicidad Auténtica apareció en dos momentos de mi vida. Uno en Sevilla cuando realizaba un viaje a esa hermosa ciudad y, otro, en Águilas (mi pueblo) donde le pude dar forma.
En toda mi etapa laboral he tenido la suerte de asistir a conferencias, e incluso compartir escenario, con grandes profesionales de la psicología positiva y el bienestar emocional: Álex Rovira, Mario Alonso Puig, Víctor Küppers, Juanma Quelle, Emilio Duró…
A esas conferencias solíamos asistir gente de empresa, con nuestro traje y corbata. Cuando había finalizado el evento, tu cuerpo y tu mente eran otros. Más energía, más positividad, una visión diferente de la vida.
Y me hice dos preguntas: ¿realmente ese público es quien más necesita esas conferencias? (que no digo que no sea necesario) y ¿por qué no ofrecer ese mensaje a otros colectivos más necesarios?
Y, fue ahí, cuando surgió la idea de ofrecer esa conferencia a familiares de niños con capacidades diferentes. Un colectivo que necesita volcar toda su energía en el cuidado de sus pequeños, pero que rara vez tenían el apoyo para ellos.
El objetivo estaba claro: cuidar al que cuida.
¿Cómo ha cambiado el perfil del público asistente desde aquel primer encuentro hasta ahora? ¿Notas que las necesidades emocionales también han evolucionado?
Inicialmente, el público era familiares de niños con capacidades diferentes y, ese iba a ser su futuro. Pero, vino la pandemia y en nuestra mente apareció otro colectivo al que le podría ser útil lo que allí contamos: el personal sanitario. Ese grupo de personas que tanto hicieron por nosotros, pero que solo recibían de la sociedad aplausos a las ocho de la tarde. Y, ampliamos el foco.
El gran salto fue cuando mi hija Lucía que tenía 16 años me dijo “Papá, ¿por qué no lo abres a todo el mundo? A mí me ha encantado”.
Y, desde entonces, el evento está abierto a colectivos de entidades sociales, personal sanitario y cualquier persona que necesite un “subidón” de energía.
Todo el mundo necesitamos en algún momento de nuestra vida alguien que nos diga que se puede pensar de forma diferente y afrontar los problemas de otra manera.
¿Qué aprendizajes te han dado los ponentes con los que has compartido cartel?
De Juanma Quelle y Fabián Villena aprendo cada momento que comparto con ellos. Son dos referentes en el ámbito de la psicología positiva y tienen una perspectiva de la vida que intento aplicar en la mía.
Además, en el escenario nos complementamos muy bien. Cada uno tenemos un estilo particular que hace que el evento sea muy completo y se puedan ver las ideas desde distintos enfoques.
Me quedo con dos frases que dicen ellos en sus conferencias:
“Haz lo que puedas con lo que tengas donde estés”. Fabián Villena.
“Viniste al mundo a ser feliz, no te distraigas”. Juanma Quelle.
¿Cómo eliges el hilo conductor de cada edición? ¿Te dejas llevar más por la intuición o por las demandas sociales que detectas?
El evento es similar en cada ciudad donde lo realizamos, porque nuestra forma de enfocar la vida no va cambiando de un evento a otro.
Lo que sí hacemos es detectar, con conversaciones previas con los asistentes, cuáles pueden ser los mensajes que mejor pueden encajar con el público que nos está viendo y, aunque la presentación ya está en marcha, adaptamos nuestra conferencia.
Lo que sí hacemos es introducir cambios de un lugar a otro en nuestro mensaje. Aprendemos aspectos nuevos, estudiamos a profesionales que nos ponen el foco en nuestros estudios que son de utilidad y, por supuesto, la vida nos enseña durante todo el camino.
¿Es posible enseñar felicidad sin caer en los tópicos del positivismo vacío?
Desde mi punto de vista, la felicidad no se puede enseñar. Lo que sí podemos hacer es ofrecer diversos puntos de vista que permitan a los asistentes entender que siempre hay un camino diferente por el que transitar.
En nuestro evento huimos del positivismo nacido del marketing. Hablamos de ciencia, de datos contrastados y de experiencias vividas que trasladamos de una manera coherente.
En mi caso, pongo como ejemplo una frase que es muy habitual escucharla en determinados foros “Si quieres puedes”. ¿No te parece una quimera? No todo lo que quieres ser puedes conseguirlo.
Ahora, si cambiamos algo el orden, tiene su sentido. “No siempre que quieres puedes, pero sí siempre que puedes quieres”. Afrontar los retos desde la consciencia, desde el ahora y desde la motivación de poder conseguirlo es fundamental para conseguir determinados objetivos de nuestra vida.
¿Habéis medido el impacto posterior del evento más allá de la asistencia?
Sí, y hay dos termómetros que lo certifican. Por un lado, cuando finaliza el evento, que dura 3 horas ininterrumpidas, el público se acerca de manera masiva a saludarnos, a darnos las gracias, a comprar nuestros libros para que se los dediquemos, a preguntarnos sobre temas personales para que les demos su opinión. Por otro lado, los comentarios en redes y la asistencia de personas que ya han visto el evento.
Que alguien repita un evento que ya ha escuchado te da una clara señal de que algo bueno tiene. Esa es nuestra mejor manera de medir si el impacto es positivo.
¿Cómo puede una sociedad cuidar mejor a quienes cuidan y qué fallos estructurales seguimos arrastrando?
Una sociedad que no cuida a quienes cuidan está condenada al colapso emocional. Seguimos arrastrando una estructura que da por hecho el sacrificio de los cuidadores como si fuera parte del paisaje. Se espera que cuiden sin descanso, sin horarios, sin reconocimiento… y muchas veces, sin red.
El gran error es que hemos delegado el cuidado al terreno de lo invisible, de lo vocacional, de lo doméstico o lo asistencial, como si no tuviera valor real. Pero el cuidado es el tejido que sostiene todo lo demás: nuestras infancias, nuestras vejeces, nuestras enfermedades, nuestras fragilidades.
Si queremos hablar de Felicidad Auténtica, tenemos que empezar por dignificar el cuidado. Y eso pasa por políticas valientes que pongan al bienestar colectivo en el centro, que no recorten donde más duele, que reconozcan y acompañen emocionalmente a quienes cuidan dentro y fuera de los hogares.
El fallo estructural no es solo económico, es cultural: seguimos midiendo el valor de una persona por su productividad, no por su capacidad de sostener la vida. Y eso hay que cambiarlo si queremos una sociedad que no solo viva más, sino que viva mejor.
¿Qué importancia tiene el respaldo institucional?
Felicidad Auténtica es un evento gratuito y sin fin lucrativo. No hay ninguna empresa detrás, solo mi ilusión como fundador y la de Juanma y Fabián como compañeros de este viaje.
Pero, claro, hacer un evento de estas características tiene un coste que debemos sufragar: local, sonido, iluminación, viajes,… Sin la ayuda de empresas e instituciones que colaboran altruistamente con nosotros no sería posible.
El éxito del evento no es que los conferenciantes podamos sacar pecho con el número de asistentes que han escuchado nuestra conferencia. También es lograr reunir al mayor número de personas que puedan escuchar lo que ahí contamos y puedan aprovecharlo en su vida. Si alguien de los asistentes piensa que ha valido la pena emplear lo más valioso que tiene (tiempo) en asistir para nosotros merece la pena.
Nuestro objetivo es poder llevar Felicidad Auténtica al mayor número de ciudades de España (y del extranjero por supuesto) y, para eso, necesitamos instituciones que nos apoyen no sólo económicamente sino a nivel de difusión como estáis haciendo desde Corresponsables, un medio líder en temas de sostenibilidad.
¿Te planteas formar una comunidad más estable alrededor del evento, como una plataforma o red de apoyo continua?
Pues ya me lo han dicho en alguna ocasión. Tenemos 4000 personas que han asistido ya a nuestro evento, lo que supone una red interesante, pero asumo mi incapacidad en darle forma a algo que tiene todo su sentido. Así que, si alguien quiere echarnos una mano en esta parte o en cualquier otra, estaré encantado de hablar con él.
Hacer grande Felicidad Auténtica es ayudar más a los que ayudan.
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