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Juanjo Mestre, CEO de Dcycle, comparte en esta entrevista su visión sobre la evolución de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad en las empresas, con especial foco en cómo los datos y la tecnología pueden transformar el sector. “La Sostenibilidad no puede quedarse en declaraciones bienintencionadas ni en campañas simbólicas. Sin datos no financieros sólidos, ninguna acción puede medirse, priorizarse o demostrarse”, asegura Mestre, subrayando la importancia de transformar los datos en decisiones accionables.
Desde la creación de Dcycle, que ha pivotado desde un marketplace de productos sostenibles a una herramienta de gestión ESG centrada en la explotación de datos no financieros, Mestre ha sido testigo de la profunda transformación que está viviendo la Responsabilidad Social Empresarial. “La RSE ha dejado de ser una cuestión periférica para convertirse en una realidad de negocio”, afirma con convicción.
En cuanto al papel de Corresponsables, Mestre destaca el valor del medio como un punto de encuentro clave para la Sostenibilidad: “Corresponsables ha sido uno de los altavoces más coherentes y comprometidos con una visión de la RSE centrada en las personas”. Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, resalta el papel pionero de la entidad: “Ellos llevan más de dos décadas defendiendo estos valores y promoviendo un modelo de negocio responsable, mucho antes de que esta conversación tuviera el foco mediático o empresarial que tiene hoy”.
Juanjo, ¿por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Desde siempre he sentido un interés genuino por los temas de Sostenibilidad y Responsabilidad Social. Sin embargo, algo que me generaba cierto rechazo era la forma en que tradicionalmente se comunicaban: con muchos clichés y una narrativa algo estancada. Se recurría constantemente a imágenes de árboles o montañas, manos sosteniendo plantas o frases genéricas, y el discurso solía girar exclusivamente en torno al medioambiente, sin evolucionar ni conectar con la realidad empresarial y social actual.
Esa visión limitada me llevó a pensar que hacía falta un enfoque renovado, más riguroso y conectado con el mundo real. Por eso decidí fundar DCycle: como una forma de aterrizar la Sostenibilidad en el ámbito del negocio, utilizando datos, tecnología y métricas concretas. Solemos decir que esto no va de «salvar pingüinos», sino de tomar decisiones basadas en datos reales y accionables.
«La Sostenibilidad no puede quedarse en declaraciones bienintencionadas ni en campañas simbólicas»
Una anécdota que poca gente conoce es que Dcycle no nació siendo lo que es hoy. En 2020, cuando comenzamos, la idea original era crear un marketplace de productos sostenibles. Junto con mi socio Jacobo, queríamos dar visibilidad y poner en valor aquellos productos que, a nuestro juicio, representaban mejores prácticas de Sostenibilidad dentro de sus respectivas categorías.
Sin embargo, a medida que íbamos trabajando con esas compañías, nos dimos cuenta de algo muy revelador: muchas de ellas no sabían realmente si sus productos eran sostenibles o no. O no podían demostrarlo con datos. Algunas lo intuían, otras lo comunicaban desde el deseo, pero pocas podían argumentarlo de forma sólida y verificable.
Ahí fue cuando entendimos que el verdadero reto no era vender productos sostenibles, sino ayudar a las empresas a entender, medir y demostrar su impacto. El problema de fondo en la sostenibilidad no era la falta de voluntad, sino la falta de datos claros, estructurados y útiles.
Esa experiencia fue el punto de inflexión que nos llevó a pivotar el modelo de negocio. Dejamos atrás la idea de un marketplace que, probablemente, no habría tenido mucho recorrido y dimos forma a lo que hoy es Dcycle: una herramienta de gestión ESG centrada en la explotación de datos no financieros.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Nuestra experiencia directa con el mundo de la RSE se remonta a los últimos cinco años, un periodo que puede parecer corto, pero en el que hemos sido testigos de cambios muy significativos.
Por un lado, vemos cómo la Sostenibilidad en algunas empresas sigue estando muy influenciada por los vaivenes políticos. Por ejemplo, mientras en Europa la implementación de normativas como la CSRD impulsó un esfuerzo notable por parte de muchas compañías para tomar el control de su impacto no financiero, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y el famoso Omnibus, el foco político en Sostenibilidad ha disminuido considerablemente, lo que genera incertidumbre y falta de continuidad.
«La RSE ha dejado de ser una cuestión periférica para convertirse en una realidad de negocio»
Esa dependencia de las dinámicas geopolíticas ha sido uno de los grandes retos para que la RSE se consolidara como un pilar estratégico real. Sin embargo, también estamos viendo señales alentadoras.
Cada vez más grandes empresas están incorporando la Sostenibilidad como una parte central de su estrategia de negocio, no solo como respuesta a una regulación, sino como una convicción que se traduce en decisiones informadas, apoyadas tanto en datos financieros como no financieros. Este enfoque más maduro y estructurado está empezando a permear también en sus cadenas de suministro, influyendo en empresas más pequeñas que, hasta hace poco, no veían la Sostenibilidad como una prioridad.
Eso nos hace pensar que, a pesar de las oscilaciones externas, la RSE ha entrado en una fase de consolidación y profesionalización. Y desde Dcycle lo vemos como una oportunidad histórica para construir un ecosistema empresarial más resiliente, transparente y comprometido.
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Desde que comenzamos nuestro camino en el mundo de la Sostenibilidad como compañía, Corresponsables ha sido una referencia clara para nosotros. Siempre ha representado ese espacio en el que se concentran los actores clave del sector: desde interlocutores estratégicos hasta voces inspiradoras de las que queríamos aprender y con las que deseábamos colaborar. Por eso, nuestro compromiso con ambas entidades ha sido claro y prioritario desde el primer día.
Una anécdota que recordamos con especial cariño fue durante el Sustainability Day de 2024. En pleno apogeo de la CSRD, desde Dcycle decidimos acudir con unas camisetas provocadoras que llevaban en la espalda la frase: “Nadie tiene ni p* idea de la CSRD**”. Era una forma desenfadada (aunque muy realista) de romper el hielo en un momento en que muchas empresas estaban enfrentándose a la complejidad regulatoria con cierta confusión.
«Corresponsables ha sido uno de los altavoces más coherentes y comprometidos con una visión de la RSE centrada en las personas»
El resultado fue increíble: generamos decenas de conversaciones espontáneas, muchísima gente nos pidió fotos (¡y camisetas!), y conseguimos conectar con profesionales de todo tipo desde el humor y la honestidad. Fue un éxito absoluto y, sobre todo, una experiencia muy divertida que refleja también nuestro estilo como compañía: directo, cercano y con ganas de cuestionar lo establecido para avanzar.
Como mencionábamos en la pregunta anterior, Corresponsables ha sido, y sigue siendo, punto de encuentro clave en el ecosistema de la Sostenibilidad. Aunque en los últimos años la Sostenibilidad se ha convertido, entre comillas, en una “tendencia”, ellos llevan más de dos décadas defendiendo estos valores y promoviendo un modelo de negocio responsable, mucho antes de que esta conversación tuviera el foco mediático o empresarial que tiene hoy.
Ese recorrido, esa coherencia y ese compromiso a largo plazo demuestran que su papel ha sido verdaderamente fundamental para consolidar la RSE como una práctica real, estructurada y con impacto. Han sido catalizadores del cambio, acompañando a empresas, instituciones y profesionales desde que esto era una inquietud minoritaria hasta convertirse en un eje estratégico para todo tipo de organizaciones.
Querido Juanjo, ¿qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
Tradicionalmente, muchas compañías asociaban la Responsabilidad Social exclusivamente con el medioambiente o con acciones puntuales como programas de voluntariado, donaciones o iniciativas ligadas a fundaciones. Aunque esas acciones siguen siendo valiosas, el enfoque era más simbólico o vinculado a reputación que a estrategia.
Hoy, en cambio, estamos viendo una transformación profunda: la Sostenibilidad ha dejado de ser una cuestión periférica para convertirse en una realidad de negocio. Las empresas están empezando a tomar decisiones basadas no solo en datos financieros, sino también en datos no financieros (como su huella de carbono, la diversidad de sus equipos, el impacto social de sus operaciones o el cumplimiento de criterios ESG).
«La Sostenibilidad influye directamente en el acceso a financiación, mejora condiciones económicas y se consolida como una ventaja competitiva real»
Eso sí, este cambio también supone un reto enorme. Muchas organizaciones aún no cuentan con datos centralizados ni confiables, y les cuesta traducir esa información en decisiones concretas y accionables. Ahí es precisamente donde entramos desde Dcycle: ayudamos a las empresas a estructurar, comprender y accionar sus datos no financieros, para que puedan integrar verdaderamente la sostenibilidad en su toma de decisiones.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
Sin duda, el mayor hito en Sostenibilidad en los últimos 20 años ha sido que haya empezado a tener sentido de mercado. Ya no se ve como un coste reputacional o una obligación regulatoria, sino como un factor estratégico clave. Influye directamente en el acceso a financiación, mejora condiciones económicas y se consolida como una ventaja competitiva real. Ese cambio de narrativa, de la Sostenibilidad como coste a la Sostenibilidad como valor, lo ha transformado todo.
A su alrededor, se han producido avances importantes como el Acuerdo de París, los Objetivos de Desarrollo Sostenible o el auge del enfoque ESG. En Europa, iniciativas como el Pacto Verde, la taxonomía o la CSRD han impulsado el marco normativo. En España, el liderazgo de grandes empresas del IBEX 35 y la existencia de un Ministerio dedicado a la transición ecológica también han sido señales claras.
Pero, más allá de las regulaciones, lo decisivo ha sido que las compañías empiecen a integrar la sostenibilidad en su lógica de negocio.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
Todos los días aprendemos cosas nuevas, pero si hay una lección que realmente ha marcado nuestro camino, es la importancia crítica de los datos. La Sostenibilidad no puede quedarse en declaraciones bienintencionadas ni en campañas simbólicas.
Sin datos no financieros sólidos, ninguna acción puede medirse, priorizarse o demostrarse. Y esa es precisamente la gran barrera a la que se enfrentan hoy muchas compañías. Todas, independientemente de su tamaño o sector, comparten el mismo reto: tener un control real sobre sus datos ESG. Por eso creemos que el siguiente gran paso en Sostenibilidad pasa por desbloquear esa capacidad de gestión. Solo así se puede construir una política de sostenibilidad que tenga sentido, sea estratégica y, sobre todo, accionable.
¿Tienes alguna anécdota, Juanjo, que refleje el espíritu y los desafíos de los primeros años de la RSE?
Aunque nosotros llevamos en el sector los últimos cinco años, seguimos viendo hoy muchas herencias de los primeros enfoques de la RSE. Una de las más evidentes es que, en muchas compañías, la Sostenibilidad sigue percibiéndose como un coste, como una acción de relaciones públicas o como algo únicamente vinculado al medioambiente.
«Hoy, si queremos que la Sostenibilidad sea estratégica y transformadora, necesitamos tener un control total sobre los datos no financieros»
Este enfoque refleja claramente esa visión inicial de la RSE, más comunicativa que estratégica. Afortunadamente, poco a poco vemos cómo las empresas van entendiendo que la Sostenibilidad también puede tener un valor real de negocio, y que integrarla de forma operativa y con datos sólidos es clave para su competitividad y supervivencia futura.
¿Cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
Para nosotros, los verdaderos referentes son las casi 2.000 compañías con las que trabajamos cada día. Desde aquellas que confiaron en nosotros desde el inicio (como Blue Banana, que con nuestra ayuda fue la primera empresa en convertirse en Carbon Negative) hasta empresas que hoy son ejemplo en sus sectores, como Solarig, Tolsa, Coren, AWWG…
Tenemos la suerte de colaborar con compañías líderes en Sostenibilidad y en negocio, que representan prácticamente todos los sectores en España y Europa. Eso nos permite trabajar con personas excepcionales, entender de cerca sus retos, acompañar sus procesos y aprender de sus experiencias.
¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?
Hemos tenido la suerte de acompañar a muchas compañías en su camino hacia una Sostenibilidad más estructurada y estratégica, pero si hay un caso que para nosotros es especialmente emblemático, ese es el de Grupo Gimeno.
Su recorrido con Dcycle comenzó hace unos tres años, a través de sus plantas de tratamiento de aguas de FACSA, con el objetivo de calcular su huella de carbono. A partir de ahí, hemos ido creciendo juntos paso a paso, hasta llegar a iniciar recientemente un proyecto mucho más ambicioso: darles el control total de toda su información ESG a nivel de grupo.
«Corresponsables lleva más de dos décadas defendiendo estos valores y promoviendo un modelo de negocio responsable, mucho antes de que esta conversación tuviera el foco mediático o empresarial que tiene hoy»
Para nosotros, este caso representa un verdadero éxito, no solo por el alcance técnico del proyecto, sino por el compromiso real de una compañía de ese tamaño y con una actividad tan diversa. Ver cómo logran alinear una visión común de Sostenibilidad en todas las empresas del grupo, con una forma de hacer las cosas coherente y transversal, es algo que nos enorgullece profundamente y que siempre nos gusta destacar como ejemplo de evolución responsable y estratégica.
Juanjo, ¿qué lecciones has aprendido a lo largo de estos años en el campo de la RSE y la Sostenibilidad?
Como hemos venido repitiendo a lo largo de esta entrevista, la principal lección para nosotros es que la Sostenibilidad va de datos y tiene que tener un valor de negocio real para que tenga sentido y futuro.
Se acabó el tiempo en el que la Sostenibilidad podía entenderse como un ejercicio de marketing o una herramienta de reputación. Hoy, si queremos que sea estratégica y transformadora, necesitamos tener un control total sobre los datos no financieros. Solo así podremos tomar decisiones con impacto real y construir empresas más competitivas, responsables y resilientes.
¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
Hasta ahora, hemos observado que las empresas suelen abordar la Sostenibilidad desde tres enfoques principales. En primer lugar, a través del outsourcing, externalizando completamente la gestión de la Sostenibilidad a consultoras que se encargan de cumplir con las obligaciones normativas, sin ir más allá del puro compliance. En segundo lugar, algunas organizaciones han empezado a incorporar herramientas concretas, internas o externas, para dar un paso adicional: soluciones específicas para calcular la huella de carbono o para cumplir con la CSRD, por ejemplo.
Pero en Dcycle creemos que el futuro de la Sostenibilidad pasa por algo mucho más ambicioso: que las compañías tomen pleno control (ownership) de sus datos no financieros. Solo así podrán explotarlos de forma estratégica, no solo para cumplir con normativas, sino para generar valor real de negocio. La gran oportunidad está en integrar esos datos con los financieros y utilizarlos de forma conjunta para tomar decisiones más inteligentes, más sostenibles y más competitivas.
Ahora bien, ese futuro también plantea un reto enorme. La mayoría de las empresas todavía no tienen un control total sobre sus datos ESG: carecen de acceso, están dispersos o no son del todo fiables. Por eso, nuestro papel en Dcycle es ayudarles a superar ese reto, dotándoles de herramientas que les permitan convertir la Sostenibilidad en una capacidad interna, estructurada y accionable.
Para concluir, ¿qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Creemos que las nuevas generaciones tienen un papel fundamental en la evolución de la Sostenibilidad. Cada vez más, vemos que no solo la entienden como un tema de valores o compromiso ético, sino también como una auténtica oportunidad profesional, en la que pueden volcar su talento, su formación y su ambición por generar impacto real.
En Dcycle lo vivimos cada día. Somos una compañía con un equipo joven, pero formado por algunas de las personas más brillantes del sector. Su pasión por cambiar el mundo (línea de código a línea de código, reunión a reunión, cliente a cliente) es lo que nos da la certeza de que la Sostenibilidad no solo tiene futuro, sino que cuenta con una cantera preparada y motivada para liderar el cambio. Y eso es, sin duda, una de las mayores garantías de éxito para esta transformación.