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En el marco de la Semana Mundial de la Seguridad Vial de las Naciones Unidas, diversas entidades y profesionales de la movilidad conectada han recordado el enorme potencial de la tecnología para reducir siniestralidad en las carreteras. Hoy, gracias a herramientas basadas en inteligencia artificial, análisis predictivo y conectividad, es posible prevenir miles de accidentes incluso antes de que se produzcan.
España, pese a cierta mejora en las cifras globales, sigue enfrentando un reto estructural en materia de seguridad vial. Solo durante la pasada Semana Santa, la Dirección General de Tráfico registró 26 personas fallecidas en 25 siniestros, en un periodo con más de 16,7 millones de desplazamientos. Desde que existen registros oficiales (1993), las víctimas mortales en estas fechas ascienden a 2.950, con más de 13.000 personas hospitalizadas.
Estos datos ponen de manifiesto que, a pesar de los esfuerzos en concienciación, controles o infraestructuras, la evolución hacia un modelo de movilidad verdaderamente seguro aún está lejos de consolidarse.
Innovación y prevención: una nueva hoja de ruta
Frente a este escenario, desde el ámbito tecnológico se trabaja ya en la implementación de soluciones avanzadas que complementen las medidas tradicionales. Plataformas capaces de actuar como copilotos predictivos, sistemas que analizan en tiempo real el estado del conductor, la vía o el vehículo, o herramientas que emiten alertas ante signos de fatiga o comportamiento errático son solo algunas de las propuestas que están comenzando a generalizarse.
Un ejemplo de ello es el desarrollo de sistemas basados en conectividad IoT e inteligencia artificial que permiten anticipar riesgos antes de que estos se materialicen. En algunos casos, estas soluciones ya están integradas en flotas empresariales, donde han logrado reducir accidentes hasta en un 25%, mejorar la seguridad del conductor en un 33% y reducir los costes en seguros en un 12%, gracias al análisis continuo del comportamiento al volante y la emisión de alertas en tiempo real.
Ahorro, sostenibilidad y eficiencia
Los beneficios no se limitan a la seguridad. Según diferentes estudios del sector, la implementación de estas tecnologías inteligentes también ha generado mejoras operativas y medioambientales: un ahorro medio del 24% en combustible, una reducción del 19% en siniestros, un 16% menos en costes de mantenimiento y una mejora del 20% en los tiempos de entrega, gracias a la optimización de rutas y el mantenimiento predictivo.
Desde el punto de vista medioambiental, las empresas que han adoptado estas soluciones han registrado reducciones de hasta un 25% en sus emisiones de CO₂. En sectores como el reparto urbano, algunas flotas han logrado disminuir su huella de carbono en un 18%, mejorando su acceso a Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) y avanzando en el cumplimiento de normativas ESG.
En algunos casos, estas tecnologías permiten incluso la gestión y monetización de Certificados de Ahorro Energético, lo que se traduce en incentivos adicionales —hasta 100 euros por vehículo al año— que refuerzan la apuesta por una movilidad más eficiente.
Una tendencia en expansión
Según el Fleet Trends Report de Movildata, sectores como el transporte de mercancías, la construcción o los servicios de asistencia ya han comenzado a adoptar este tipo de soluciones, registrando mejoras operativas de hasta el 71% en productividad y reducciones de costes de hasta el 24%, dependiendo del sector.
En este camino, algunas compañías españolas, como Next Mobility, están liderando el desarrollo de modelos de movilidad conectada que integran automatización, personalización y prevención como pilares de un nuevo enfoque en seguridad vial. Su aportación se suma al esfuerzo colectivo que, desde distintos ámbitos, busca garantizar que el futuro de la movilidad sea más seguro, sostenible y eficiente.
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