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La sede en Madrid de la tecnológica Glovo acogió la mañana del jueves 22 de mayo un nuevo Diálogo Corresponsables bajo el lema «La tecnología al servicio de las entidades sociales», un punto de unión intersectorial moderado por Ricardo Martín, Director General de Corresponsables.
La jornada arrancó con la bienvenida y el agradecimiento a los asistentes de Sacha Michaud, Cofundador de Glovo, quien recordó que la empresa cumple 10 años operando en 23 países y más de 1.500 ciudades. «Estamos digitalizando los barrios y tenemos la responsabilidad de que ese proceso genera un impacto positivo y medible», afirmó. Esa filosofía cristalizó en 2022 en el Impact Fund, un vehículo en el que se invierte una parte económica generada por cada pedido en la app y que se destina a proyectos sociales impulsados por la compañía.
Patricia Higueras, Responsable de Impacto Social para el Sudoeste de Europa (SWE) y Polonia, detalló también en la inauguración los tres pilares de la estrategia de impacto de la compañía: Give, Grow y Green. Y es precisamente en ese primer pilar de la compañía, “Give” en el que se basa el proyecto pionero de Glovo Access, una iniciativa lanzada en 2020 que ofrece servicios de entrega gratuitos a organizaciones sin fines de lucro y a instituciones públicas para apoyar su propósito social: «Más de 60 entidades sociales gestionan mensualmente 30.000 entregas de comida, ropa o juguetes gracias a nuestra red logística y al soporte 24/7 de la plataforma; el objetivo es alcanzar 2,6 millones de comidas entregadas en 2025».
Con el telón de fondo de esa experiencia se dio paso a un diálogo estructurado en cuatro bloques que reunió a Francisco Greciano, Director de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), Ana Benavides, Directora General de Fundación Lealtad, Pablo Aledo, Director de Fundación Altius y Tania Quintero, CEO de Worldcoo.
El impacto real de la tecnología en las entidades sociales: buenas prácticas
Pablo Aledo abrió el diálogo con el ejemplo práctico de su alianza con Glovo Access, que, durante el confinamiento, permitió a Altius atender a más de 8.000 familias solo en Madrid y recuperar 2 millones de kg de alimentos: «No vivimos una época de cambios, sino un cambio de época, subrayó: sin la capilaridad que nos aporta la plataforma, muchas de esas entregas habrían sido inviables». Tania Quintero añadió que la digitalización «ha democratizado la solidaridad», al reducir en un 20 % los costes de recaudación gracias al redondeo solidario en los terminales de punto de venta, una herramienta con la que Worldcoo ya supera los 20 millones de euros recaudados.
Desde una óptica de gobernanza, Ana Benavides destacó que la tecnología «ha elevado el listón de la transparencia» y ha permitido a Fundación Lealtad ofrecer a donantes y empresas diagnósticos mucho más profundos sobre la gestión de más de 500 ONG certificadas con el sello “Dona Con Confianza”.
Para Francisco Greciano, el salto digital empezó en 2014 con la app de almacenes desarrollada junto a IBM, y se acelera ahora con el “Plan B”, plataforma que integra donantes, bancos de alimentos y entidades beneficiarias. «El reto es acompasar la curva tecnológica con la realidad de un voluntariado mayor en edad», reconoció en su caso.
Eficiencia y utilidad social: barreras y palancas de la tecnología
Atendiendo a los principales desafíos de la integración de la tecnología en el Tercer Sector, todos coincidieron en que la capacitación es la primera piedra.
FESBAL trabaja ya en una extranet móvil para las más de seis mil entidades con las que colabora, mientras Worldcoo organiza talleres sobre analítica y comunicación digital para ONG de pequeño tamaño, explicaron sus representantes.
«Sin profesionales que lideren la transformación, la inversión se queda en hardware sin alma», advirtió Benavides.
Por su parte, Aledo incidió en que la Inteligencia Artificial puede optimizar rutas de reparto y reducir el desperdicio alimentario, pero alertó de la necesidad de «no dejar a las personas rezagadas en la carrera digital».
Tecnologías con mayor impacto a cinco años vista
Mirando a 2030, la Inteligencia Artificial se alza como la gran palanca común. Desde Altius ya prueban con modelos predictivos para detectar picos de demanda alimentaria y orientar la formación hacia empleos emergentes en cloud computing o ciberseguridad. «Estamos ante una nueva revolución y en la cuestión social nos toca empujar porque sea humana y justa», remarcaba Pablo Aledo.
Desde Worldcoo, como explicaba su CEO, Tania Quintero, ultiman ya una aplicación que permitirá al donante seguir en tiempo real el destino de cada céntimo donado, con métricas y rankings personalizados. «El donante es un usuario digital muy exigente, y todo lo que sea ir en el camino de hacer esa experiencia fluida, es fundamental» recordaba Quintero, centrando el foco en la “solidaridad 4.0”.
Ana Benavides vislumbró desde su perspectiva en Fundación Lealtad la importancia futura del open data para medir el alcance de los proyectos en salud o educación. «Estamos ante una herramienta potentísima, pero el reto es priorizar: con recursos limitados, una mala decisión tecnológica puede lastrar años de trabajo», alertaba.
Francisco Greciano, Director de FESBAL, cerraba este punto solicitando que «de cara a la población vulnerable, la tecnología móvil sea un elemento de transformación e inclusión, de vinculación con la sociedad».
Alianzas tecnológicas que multiplican el alcance solidario
Llegando al final del diálogo, y poniendo el foco en el impulso de alianzas, la mesa coincidió en que ninguna organización, pública o privada, puede afrontar sola la brecha digital.
Aledo resaltó que, por ejemplo, la colaboración con Amazon y Glovo durante la DANA «permitió entregar ayuda en tiempo real allí donde más se necesitaba». Así, reafirmó que ya se viven buenas prácticas de alianzas en las que se «experimenta ese valor añadido con el que hacer match».
Quintero defendió que el entorno físico, como son los supermercados o las tiendas de barrio, sigue siendo «un canal privilegiado de sensibilización» cuando se combina con soluciones digitales como el redondeo solidario. «Estamos en la punta de iceberg» apuntó la CEO de Worldcoo, quien además llamó a los compañeros a seguir unidos en el camino de la solidaridad accesible, transparente y digitalizada.
Greciano subrayó que “Plan B”, la iniciativa innovadora impulsada desde FESBAL y la red de Bancos de Alimentos, solo tendrá éxito «si las empresas tecnológicas, las Administraciones y las pequeñas ONG reman en la misma dirección».
Por último, Ana Benavides abogó por incorporar expertos digitales en los órganos de gobierno de las entidades «para hablar el mismo idioma que las start-ups y las grandes corporaciones». El refuerzo interno y externo está ya en la hoja de ruta del Tercer Sector.
Pablo Gómez-Tavira, Viceconsejero de Familia, Juventud y Asuntos Sociales: «El impacto no es filosofía, son hechos»
Con esas conclusiones sobre la mesa, el Viceconsejero de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Pablo Gómez-Tavira, clausuró la sesión recordando que «somos unos privilegiados porque trabajamos en lo más bonito que se puede hacer: mejorar la vida de quienes están en la última fila».
Gómez-Tavira aprovechó la ocasión para felicitar a Glovo por «demostrar que la rentabilidad puede ir de la mano del impacto social» y animó a las entidades a medir resultados «para que la innovación social reciba la financiación que merece».
Tras el aplauso final, el espacio se convirtió en un networking espontáneo en el que surgieron nuevas sinergias. La invitación permanece abierta: Glovo Access continúa integrando entidades sociales para convertir la última milla en la primera oportunidad de ayuda.
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