Desde muy joven, Andrea Sciorra sintió una fuerte conexión con las causas sociales y ambientales, y fue durante sus estudios universitarios cuando comprendió que la Sostenibilidad no solo debía abordarse desde el compromiso, sino también desde la acción concreta.
En su trayectoria profesional, ha vivido momentos profundamente transformadores, como “la alegría en el rostro de una familia que logró construir su hogar” o “el orgullo de compartir un mate con la directora de una escuela rural emocionada por el progreso de sus alumnos”. Cada uno de estos episodios ha reforzado su convicción de que el cambio es posible si se trabaja con vocación y escucha.
Destaca también el papel de las nuevas generaciones como motor de transformación: “Están más comprometidas con la justicia social y la equidad. Tienen la responsabilidad de integrar la RSE en la cultura organizacional, asegurando que no solo se hable de Sostenibilidad, sino que se actúe en consecuencia”.
Además, reconoce el valor de los espacios de divulgación y conexión como Corresponsables, al que considera “un actor clave en la visibilización de estas acciones, logrando un efecto multiplicador que fomenta un espíritu colectivo solidario”.
¿Cuándo comenzó tu interés por la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad?
Desde chica me sentí atraída por el impacto social y ambiental de las decisiones que tomamos como individuos y organizaciones. Ese interés se profundizó durante mis estudios universitarios, cuando comencé a interiorizarme en los desafíos globales, el tercer sector y el rol clave de la Sostenibilidad.
Tuve la oportunidad de comenzar mi carrera en una gran empresa que ya trabajaba estos temas desde su área institucional, y allí entendí el verdadero poder que tienen las organizaciones para generar un cambio positivo. Fue entonces cuando decidí involucrarme más activamente, convencida de que la Sostenibilidad no es solo una responsabilidad, sino también una oportunidad para innovar y crear valor.
¿Qué experiencias o vivencias de tus inicios te marcaron especialmente?
A lo largo de mi trayectoria he aprendido el valor de la escucha activa y el impacto de una simple conversación o una mirada. He vivido situaciones que me marcaron profundamente: desde la alegría de una familia al construir su hogar, hasta celebrar Reyes con niños en tratamiento oncológico.
También recuerdo el cálido recibimiento en un comedor comunitario, donde nos ofrecieron lo poco que tenían. Compartir un mate con la directora de una escuela rural, emocionada por el progreso de sus alumnos, es otra imagen que atesoro.
Durante la pandemia capacitamos a cientos de enfermeros, y esa sensación de impacto positivo fue indescriptible. Pero, sin duda, lo que más me enorgullece es haber contribuido a incidir en algunas políticas públicas que hoy benefician a millones de personas.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con el actual?
Cuando empecé, la RSE era casi exclusiva de grandes organizaciones y solía limitarse a acciones puntuales, como donaciones o eventos solidarios. Hoy en día, ha evolucionado hacia una práctica estratégica, con presencia transversal en muchas empresas. Ya no se ve como un gasto, sino como una forma de generar valor compartido.
La transparencia y las herramientas de medición han cobrado protagonismo. Si bien aún enfrentamos desafíos como la falta de estándares claros o dificultades para medir el impacto real, el compromiso empresarial con la inclusión y la Sostenibilidad ha crecido considerablemente.
¿Cuándo conociste a Corresponsables y qué opinas de su rol en estos años?
Conocí a Corresponsables hace varios años, cuando comenzaba a profundizar en este ámbito. Desde el principio me impresionó su capacidad para fomentar el diálogo entre empresas, ONG y la sociedad.
Hoy en día, la RSE ha evolucionado hacia una práctica estratégica, con presencia transversal en muchas empresas
Leo con frecuencia el material que comparten y considero que han sido un actor clave para visibilizar buenas prácticas y generar un efecto multiplicador, promoviendo un espíritu colectivo solidario. Han logrado no solo informar, sino también inspirar.
¿Qué aprendizajes destacarías en este recorrido profesional?
Uno de los aprendizajes más importantes es no subestimar al otro. También valoro mucho la evolución profesional del área y la creciente confianza en el impacto que puede lograrse desde este trabajo.
¿A quién consideras pionero o referente en este campo?
Sin dudas, Paula Solsona, directora de Fundación IRSA. Es pionera en este ámbito y ha sido una mentora para mí. Me enseñó todo lo que sé y continúa desafiándonos cada día a ir por más.
Compartir un mate con la directora de una escuela rural emocionada por el progreso de sus alumnos es una imagen que atesoro
¿Qué rol crees que deben jugar las nuevas generaciones en el futuro de la RSE?
Las nuevas generaciones tienen un fuerte compromiso con la justicia social y la equidad. A través de su activismo y participación en redes sociales, logran amplificar mensajes relevantes y movilizar a sus comunidades. Su rol será clave para integrar la RSE en la cultura organizacional, asegurando que no solo se hable de Sostenibilidad, sino que también se actúe en consecuencia.
La transparencia y las herramientas de medición han cobrado protagonismo
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