Desde los inicios, en la Fundación Pasqual Maragall tuvimos la convicción de que el Alzheimer requiere una alianza social amplia y sostenida. Con esa visión, el propio presidente Pasqual Maragall inició una ronda de contactos con las principales empresas del país, sembrando una red de apoyo que hoy sigue viva.
Muchas de estas organizaciones forman parte de nuestro Consejo de Mecenazgo, un espacio de colaboración estratégica y plurianual que permite planificar con rigor y garantizar la continuidad de la investigación. La Fundación “la Caixa” y la Fundación ACS son ejemplo de cómo el compromiso sostenido en el tiempo se traduce en impacto real y genera resultados sólidos y medibles.
Con el tiempo, nuevas entidades se han sumado a este camino compartido hacia un futuro sin Alzheimer. Moventia se subió a esta ruta con determinación, poniendo su capacidad de mover personas al servicio de la ciencia. VOPI4 contribuyó a construir los cimientos que necesitamos para avanzar con solidez. Y la reciente incorporación de la Fundación Roviralta refleja la importancia de que nuevas entidades comprometidas con la salud refuercen la base social que sostiene la investigación.
Junto a estas colaboraciones, otras empresas han encontrado fórmulas adaptadas a su realidad. Algunas, como Caprabo, nos ofrecen impulsos puntuales a través de microdonaciones con sus clientes que se traducen en apoyo directo a la investigación. Otras, como Eurofragance, nos han abierto las puertas de su territorio, dándonos visibilidad en momentos tan significativos como la Diada de Sant Jordi, gracias a la implicación voluntaria de sus equipos.
En este afán por generar una red colaborativa, impulsamos iniciativas que nos acercan a entornos profesionales. Un ejemplo reciente fue la visita del Foro de Directivas de Personas, que reunió a casi 40 mujeres responsables de gestión de personas interesadas en conocer cómo la ciencia y la prevención del Alzheimer pueden mejorar la calidad de vida de sus equipos. En la misma línea, la Fundación Gresol nos ofreció la oportunidad de presentar nuestro proyecto científico al tejido empresarial de Tarragona, ampliando así el alcance de nuestra misión.
En la base de este ecosistema se encuentra la red de comercios y farmacias inolvidables, que sostienen la causa día a día y ponen rostro humano a la investigación. Como nos decía Esther Vázquez-Limón Ozcorta, del Colegio de Farmacia de Huelva: “Cada consulta en el mostrador es una oportunidad para prevenir y acompañar. Al apoyar a la Fundación sentimos que ayudamos dos veces: a quien nos necesita hoy y a la investigación que les ayudará mañana”.
La fuerza de esta comunidad se refleja en la evolución de nuestra Fundación. De aquellos primeros socios que eran amigos, amigas y familiares cercanos a la familia Maragall, pasamos a contar hoy con más de 100.000 socios y socias que sostienen nuestra labor con un compromiso constante. Ese crecimiento no es solo una cifra: es la posibilidad de investigar más, explicar mejor e incidir con mayor alcance.
La diversidad de estas alianzas se refleja en las múltiples formas de colaboración que impulsamos. Algunas entidades apoyan la ciencia de vanguardia, como los estudios de biomarcadores en sangre que abren la puerta a un diagnóstico precoz. Otras, centradas en el bienestar de sus equipos, canalizan su colaboración a la Fundación Pasqual Maragall a través de charlas a sus colaboradores que promueven hábitos saludables. Y muchas refuerzan su marca y reputación patrocinando iniciativas de divulgación que acercan el conocimiento a la sociedad. Distintos caminos, pero todos con un mismo destino: prevención, detección precoz y acompañar mejor a las familias.
En este Día Mundial del Alzheimer renovamos una invitación clara: las entidades tienen un papel insustituible en este reto sanitario y social. El mecenazgo a largo plazo da estabilidad a la ciencia, las alianzas multiplican el impacto y la red de comercios y farmacias teje, barrio a barrio, una cultura de prevención y apoyo.
Las grandes transformaciones nacen de grandes alianzas. Juntos, podemos lograr que el Alzheimer sea sólo un recuerdo… y no un destino.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Alzheimer