La gobernanza parece una palabra de otra época. Del pasado. De hecho, muchos de nosotros no la hemos utilizado jamás en nuestras conversaciones. Sin embargo, es importante que sepamos de qué estamos hablando.
En una empresa, la gobernanza es cómo se organizan y supervisan las decisiones importantes. Las reglas sobre quién manda, cómo se toman decisiones, cómo se controla que todo se haga bien y cómo se rinde cuentas. Ayuda a que la empresa funcione de forma ordenada, transparente y responsable
¿Y por qué está de moda y se habla ahora de ello? Porque en el contexto actual, en el que las compañías se evalúan no solamente por sus resultados económicos, sino también por su efecto medioambiental y social, la gobernanza empresarial es fundamental. Porque una empresa no podrá aspirar a un crecimiento sostenible sin bases firmes que orienten sus decisiones, sus relaciones con los diferentes grupos de interés y, principalmente, sin definir su cultura corporativa.
Es en esa relación con la cultura corporativa donde la gobernanza tiene su importancia y donde se une la necesidad de tener unas reglas claras (la gobernanza) con la construcción de una cultura corporativa que esté alineada con las exigencias de todos los stakeholders de la empresa (empleados, clientes, proveedores, accionistas y sociedad)
La gobernanza es por tanto ese sistema operativo que define la forma en que se toman las decisiones y los principios bajo los cuales se hacen.
La gobernanza debe estar en línea con la visión estratégica a largo plazo y debe constituirse como la brújula que guía la conducta de toda la organización.
En Puratos, creemos que el Norte de nuestra brújula es la Integridad. Es uno de nuestros valores y lo vivimos en la forma en que trabajamos, innovamos y nos relacionamos con nuestros clientes, proveedores y resto de stakeholders.
Por eso nuestra política de gobernanza empresarial, que es dinámica para ir adaptándose continuamente a la realidad del entorno contiene entre otros elementos un Código ético y de conducta que no sólo prohíbe explícitamente el soborno, la corrupción o la discriminación, sino que también fomenta una cultura de respeto y responsabilidad.
Sin ser tan excelentes como nos gustaría compartir que tenemos un Comité de Ética, que se reúne regularmente para asegurar que estamos cumpliendo con nuestros estándares en términos de gobernanza. O que tenemos un canal de comunicación “Speak Up”, que posibilita que cualquier trabajador o colaborador alce la voz de forma confidencial si detecta actitudes que no concuerdan con nuestros principios. El objetivo es fortalecer la transparencia y además promover un ambiente de confianza interna fundamental para desarrollar la cultura corporativa.
Y para que todos los empleados entiendan la importancia de dicha gobernanza, organizamos formaciones obligatorias en ética empresarial y ciberseguridad. Son obligatorias para que todas las personas de nuestra compañía entiendan y apliquen esos principios básicos de conducta que les dé autonomía, juicio y responsabilidad en su vida cotidiana. La gobernanza, concebida de esta manera, no es un conjunto de reglas establecidas por imposición, sino una forma colectiva de comprender el negocio.
Y de nuevo insisto en la relación entre cultura corporativa y gobernanza. La cultura corporativa de Puratos se sostiene sobre valores como la colaboración, la pasión y el coraje. Pero es la gobernanza la que asegura que esos valores se mantengan coherentes con nuestra misión de generar soluciones innovadoras y sostenibles para el sector de la alimentación. En otras palabras, la gobernanza es la infraestructura invisible que permite que nuestra cultura no se diluya en el camino, sino que evolucione sin perder su esencia.
En la actualidad, la confianza es un recurso limitado. Los empleados, los clientes y los consumidores exigen a las compañías que exista una mayor consistencia entre sus palabras y sus acciones. En este marco, la gobernanza de las empresas deja de ser un requisito formal y se transforma en una ventaja competitiva: asegura que las decisiones se tomen con transparencia, que los principios no queden solo en el papel y que la cultura corporativa sea auténtica.
En Puratos, creemos que una buena gobernanza no solo protege a la compañía, sino que sobre todo impulsa a las personas que forman parte de ella y tiene un impacto positivo en la sociedad. Y para nosotros, ese es el verdadero significado de liderar juntos con integridad.