En un momento en el que la inteligencia artificial (IA) se está integrando de forma transversal en todas las industrias, la necesidad de una adopción ética, responsable y equitativa se ha convertido en una prioridad compartida por instituciones, empresas y sociedad civil. El sector farmacéutico, que históricamente ha operado bajo rigurosos principios éticos y un fuerte compromiso con el bienestar de los pacientes, se encuentra en una posición única para liderar este proceso. La IA, cuando se aplica bajo estos principios, no sólo acelera la innovación, sino que también amplifica su impacto positivo, garantizando que los avances científicos lleguen a quienes más los necesitan.
La industria farmacéutica ha estado desde siempre fuertemente regulada y orientada por valores como la seguridad del paciente, la transparencia científica y la equidad en el acceso a los tratamientos. Estos mismos valores deben ahora guiar el desarrollo y aplicación de soluciones de IA: desde los algoritmos utilizados en investigación hasta los sistemas de soporte clínico o los chatbots orientados a los profesionales de la salud o incluso al paciente.
Este enfoque ético no es solo una responsabilidad; es una oportunidad para generar confianza, impulsar la innovación y garantizar que el desarrollo de la IA no agrave desigualdades existentes, sino que contribuya a mitigarlas. En este sentido, algunas empresas del sector, como, por ejemplo, las adheridas a Farmaindustria, están ya avanzando decididamente hacia un uso transformador y ético de la IA. Es el caso de Grünenthal, una compañía farmacéutica internacional centrada en el tratamiento del dolor y comprometida con la mejora de la calidad de vida de los pacientes.
Investigación más rápida, menos pruebas en animales
Una de las áreas donde la IA ha demostrado mayor impacto es en la investigación y desarrollo (I+D) de nuevos medicamentos. Gracias a la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático (ML), en Grünenthal desarrollamos algoritmos para predecir las propiedades de diferentes moléculas y acelerar la identificación de posibles candidatos terapéuticos prometedores. Al optimizar las estructuras de las moléculas que se envían para su síntesis en el laboratorio, aceleramos la predicción de su eficacia y perfil de seguridad, y garantizamos también que nuestros esfuerzos de investigación sean lo más eficientes y sostenibles posible.
Además, la IA está contribuyendo a disminuir el número de pruebas necesarias en animales, gracias a modelos predictivos más precisos y sistemas de simulación in silico. Estos avances no sólo responden a una preocupación ética creciente en la sociedad, sino que también refuerzan la eficiencia científica del proceso de I+D.
Optimización de la fabricación y acceso equitativo a los tratamientos
La aplicación de IA en procesos de fabricación farmacéutica permite optimizar la producción en tiempo real, anticipar desviaciones, reducir desperdicios y asegurar una calidad constante. En Grünenthal, por ejemplo, se están utilizando sistemas inteligentes para prever la demanda y ajustar la producción, lo que resulta clave para evitar roturas de stock y garantizar que ningún paciente se quede sin el tratamiento que necesita.
Esto cobra especial relevancia en áreas terapéuticas donde no existen muchas alternativas disponibles, como en el tratamiento del dolor crónico. La capacidad de asegurar el suministro, incluso en contextos de volatilidad global, se convierte así en una forma concreta de equidad en salud.
Formación médica y educación sanitaria basada en IA
Otro ámbito clave donde la IA está marcando la diferencia es en la formación de los profesionales sanitarios. Aplicaciones como iFracture, una herramienta desarrollada por Grünenthal en colaboración con la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT) para ayudar a los médicos a mejorar el abordaje de las fracturas por fragilidad, utilizan algoritmos inteligentes para adaptar los contenidos a distintos perfiles y niveles de conocimiento, fomentando una formación más personalizada, interactiva y eficaz.
Por otro lado, la IA también se está empleando para empoderar a los pacientes mediante información fiable y accesible. Un ejemplo de ello es el chatbot inteligente disponible en Dolor.com, el portal de referencia de Grünenthal sobre dolor, que permite resolver dudas frecuentes y guiar a los usuarios en la comprensión de su patología, mejorando así la alfabetización en salud. Este tipo de soluciones reducen barreras de acceso a la información y fomentan un papel más activo del paciente en su propio cuidado.
Para que estas iniciativas tengan un impacto duradero, es imprescindible establecer marcos de gobernanza sólidos. En Grünenthal, el desarrollo y uso de herramientas basadas en IA se rige por principios como:
- Transparencia y explicabilidad: entendimiento claro de los usos de la IA y de los datos de los que se nutre.
- Equidad: compromiso de evitar sesgos en la IA que puedan perpetuar desigualdades o discriminación en el diagnóstico o tratamiento.
- Seguridad: validación rigurosa de los sistemas y modelos de IA antes de su implementación.
- Supervisión humana: la IA debe estar supervisada para asegurar que apoye, y no sustituya, el juicio clínico o las decisiones estratégicas.
Este enfoque forma parte de la estrategia digital global de la compañía, donde la tecnología es concebida como un habilitador de soluciones centradas en el paciente y en la mejora continua de los procesos científicos y operativos.
Para operacionalizar estos principios, Grünenthal está implementando un marco de gobernanza de la IA que incluye elementos clave como una política de IA aplicable a todos los empleados y terceros que actúan en nombre de Grünenthal; guías prácticas sobre su uso, que abordan temas como el uso de contenido deepfake y la creación de chatbots o agentes de IA, con un enfoque especial en aplicaciones dirigidas a profesionales de la salud y pacientes; evaluaciones de riesgos y beneficios para asegurar que los distintos usos de la IA tengan un impacto neto positivo para las personas; cláusulas contractuales con terceros específicas en los contratos para asegurar el cumplimiento de dichos principios y de la política de IA; una comunidad de embajadores de la IA, compuesta por representantes de diversas áreas de la compañía, garantizando un enfoque integrado y ético de la IA en toda la organización; y la alfabetización en temas de IA para promover la educación y el conocimiento sobre este tema dentro de la organización.
En definitiva, la IA puede ser una aliada poderosa para construir un sistema de salud más eficiente, justo y centrado en las personas. Pero sólo si se desarrolla e implementa con responsabilidad y bajo principios éticos claros. El sector farmacéutico, y en particular compañías como Grünenthal, están demostrando que es posible avanzar hacia una innovación tecnológica que no sólo cure mejor, sino también cuide mejor.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Por una IA responsable, justa y equitativa