En un mundo en el que la confianza es un activo cada vez más escaso y fragmentado, la gobernanza empresarial se ha consolidado como un elemento esencial de la cultura corporativa. Ya no hablamos únicamente de cumplimiento normativo, sino de la manera en la que las organizaciones se relacionan con la sociedad, gestionan sus recursos, crean valor y, en definitiva, contribuyen al bienestar de las personas. Una gobernanza sólida y coherente con la cultura de la empresa no solo genera credibilidad, también impulsa el avance de la sociedad y refuerza la solidez de nuestro sistema social, económico y sanitario.
En AstraZeneca, esta visión se traduce en una forma de actuar donde la ética, la transparencia y la responsabilidad guían cada decisión. Mejorar la salud de las personas es esencial, pero igual de importante es impulsar un modelo de desarrollo que cuida del planeta, fortalece la cohesión social y refuerza la sostenibilidad del sistema sanitario.
Este compromiso se refleja en reconocimientos internacionales que avalan nuestro enfoque integral, como la inclusión en el top 50 de las Mejores Empresas del Mundo 2025 por la revista TIME, la presencia en índices de sostenibilidad como el Dow Jones Sustainability Index y el FTSE4Good, la validación de nuestros objetivos de reducción de emisiones por la Science Based Targets initiative y su Net-Zero Standard, y la calificación “A” en el CDP, que reconoce nuestra transparencia y liderazgo en acción climática. A nivel local, esta orientación se concreta en la reciente adhesión de AstraZeneca al Pacto Mundial de la ONU en España, un paso que permite traducir los principios universales –derechos humanos, trabajo digno, protección ambiental y transparencia– en acciones concretas alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y con nuestro propósito de generar un impacto positivo en la salud de las personas y del planeta.
Así, la gobernanza deja de ser un marco abstracto para convertirse en una palanca real de cambio con la que aspiramos a generar un impacto tangible y duradero en la vida de millones de personas y en el futuro de la sociedad.
Nuestra estrategia de sostenibilidad, aprobada y monitorizada por el máximo órgano directivo, cuenta además con un comité asesor interno que identifica riesgos y oportunidades en cada área y departamento, así como con el conocimiento cualificado de expertos en cada uno de los pilares de sostenibilidad, responsables de integrar las aportaciones de los distintos grupos de interés y agentes implicados.
Este modelo de gobernanza se refleja en una estrategia que, en España, se ha materializado en un plan alineado con las prioridades globales pero adaptado a la realidad local con un enfoque de proximidad. Una estrategia concebida para afrontar los grandes retos sociales, sanitarios y medioambientales, y que se sustenta en tres pilares: facilitar el acceso a los cuidados básicos de salud, proteger el medioambiente y fomentar la ética y la transparencia a través de una cultura empresarial sólida.
Dentro de esta visión de sostenibilidad social, la diversidad y la inclusión ocupan un lugar central. Creemos que todas las personas deben tener las mismas oportunidades y que lo que marca la diferencia es el talento, la capacidad y el sentido de pertenencia. Entendemos la diversidad como una fuente de riqueza y la inclusión como una condición justa y necesaria para que cada persona pueda aportar lo mejor de sí misma. Los datos reflejan esta realidad: el 56% de los empleados de AstraZeneca en España son mujeres.
Este compromiso se refuerza a través de espacios de diálogo y apoyo como los Grupos de Recursos para Empleados (ERGs), centrados en cuestiones como la salud mental, la diversidad cultural, la inclusión LGBTIQ+ o el impulso de las mujeres en STEM. La misma vocación social inspira nuestra forma de entender la gobernanza como un motor de inclusión sociolaboral, empleo de calidad y dignificación del trabajo. Estamos comprometidos en crear entornos laborales seguros, equitativos e inclusivos, y en generar un impacto positivo en la sociedad en la que operamos. Este enfoque se materializa en puestos de trabajo que cambian vidas y en una organización que colabora activamente para que nadie se quede atrás. Porque una gobernanza auténtica debe estar orientada a construir sociedades más cohesionadas y capaces de avanzar hacia un futuro sostenible y próspero.
La gobernanza empresarial ya no puede limitarse a ser un conjunto de reglas formales o un apartado en los informes anuales. Hoy es, más que nunca, una forma de entender la cultura corporativa y de guiar la manera en la que nos relacionamos con empleados, pacientes, proveedores y sociedad en general. Debe ser un compromiso transversal que impregne todas las decisiones: desde la investigación hasta la cadena de suministro, desde la gestión del talento hasta el impacto medioambiental. Solo así podremos garantizar que nuestra actividad responda a las necesidades del presente y, al mismo tiempo, deje un legado positivo para el futuro.
Un ejemplo claro de cómo este modelo de gobernanza se traduce en prioridades de salud lo encontramos en la forma de afrontar el cáncer, que ya se ha convertido en la primera causa de muerte en España. En AstraZeneca queremos abordar este reto a través de una estrategia que va más allá del desarrollo de tratamientos innovadores: implica fomentar la prevención, impulsar la detección precoz, mejorar la atención asistencial y colaborar con todos los agentes implicados. Actuar con anticipación no solo salva vidas, sino que también facilita un abordaje menos complejo y contribuye a un uso más eficiente de los recursos. Este enfoque integral, respaldado por una gobernanza alineada con valores y propósito, muestra cómo una cultura empresarial coherente permite convertir en realidad nuestra misión de transformar la manera en que se diagnostican, tratan y gestionan las enfermedades más graves.
Porque, al fin y al cabo, lo que nos mueve es salvar vidas y mejorar la salud de las personas. Esa es la esencia de nuestra vocación social y el motor que convierte la gobernanza en un compromiso real, capaz de generar un impacto trascendental tanto dentro como fuera de la compañía.